El Gobierno fulmina al Comité de Bioética que criticó la ley de Eutanasia
▶ Renueva por completo a su organismo asesor y apuesta por doce miembros con un perfil más progresista y de mayoría femenina ▶ Solo mantienen a la psiquiatra Leonor Ruiz Sicilia del equipo anterior
El Gobierno ha renovado por sorpresa al Comité de Bioética el último día de curso político y con media España haciendo las maletas. No se trata de cambios puntuales, sino de una renovación profunda del anterior equipo, el mismo que puso objeciones a la ley de la Eutanasia en un informe crítico. De ese grupo asesor solo ha sobrevivido la psiquiatra Leonor Ruiz Sicilia.
Los nuevos nombres son solventes profesionales del mundo de la medicina, la investigación y el derecho. Todos tienen experiencia en bioética y formación académica similar a la elegida para los comités que le han precedido. Pero sí se vislumbra un cambio de tendencia. El nuevo comité posee un perfil más progresista y con presencia mayoritaria de mujeres. De los doce miembros elegidos, siete son mujeres. En el anterior, la presencia femenina era menor con solo tres mujeres entre los once expertos.
No se conoce aún quién de ellos relevará al hasta ahora presidente, el jurista Federico Montalvo. El sucesor dirigirá un comité que tendrá sobre la mesa normas en tramitación tan polémicas, como la ‘ley trans’ , donde se abre la puerta a la autodeterminación de género y se podrá cambiar de sexo en solo tres meses a partir de los 14 años.
Cuatro podían repetir
El Ministerio de Sanidad justificó en el Boletín Oficial del Estado de ayer que la renovación se produce «tras la expiración de los cuatro años de mandato de sus miembros». Eso es cierto para la mayoría de los miembros, como el ahora expresidente Montalvo, pero aún había cuatro expertos que podían repetir y afrontar un segundo mandato como suele ser costumbre. Eran los médicos Rogelio Altisent, Álvaro de la Gándara, Encarna Guillén y Leonor Ruiz Sicilia. Solo se ha rescatado a la psiquiatra Ruiz Sicilia. Además de Leonor Ruiz Sicilia, en esta nueva etapa formarán parte del organismo a propuesta de las comunidades autónomas: Aurelio Luna, Juan Carlos Siurana, Íñigo de Miguel Berain, José Antonio Seoane y Desirée Alemán Segura. A propuesta de los ministerios de Justicia, Ciencia, Industria y Sanidad: Alberto Palomar Olmeda, Lydia Feyto Grande, Atia Cortés Martínez, Isolina Riaño Galán, Carme Borrell i Thio y Cecilia Gómez-Salvago.
La elección de los integrantes del Comité de Bioética no es banal. Importa y mucho. Desde 2007 este organismo tiene como misión la delicada tarea de asesorar al Gobierno en las cuestiones más espinosas, en viejos y nuevos dilemas éticos que surgen de los cambios sociales y los avances cientí
ficos. Por sus manos han pasado debates tan polémicos como la eutanasia, la gestación subrogada o el aborto, entre muchos otros.
Los integrantes de este ‘consejo de sabios’ son nombrados en su mayoría por el Gobierno, buscando afinidad ideológica, aunque la mitad se eligen a propuesta de las comunidades autónomas para contar con una mayor pluralidad y distribución territorial.
Organismo independiente
Aunque las decisiones de este organismo no son vinculantes, sus informes y recomendaciones pueden poner en una situación incómoda al Gobierno de turno, por eso el perfil de sus miembros importa tanto. Funciona como un organismo independiente, cuyo trabajo consiste en elaborar informes que ayuden a tomar decisiones delicadas. Pueden hacerlos a propuesta o no del Gobierno, como ocurrió con la ley de la Eutanasia.
El Comité de Bioética, que ahora dinamita el Gobierno, elaboró un informe sobre la eutanasia durante la tramitación de la ley, pese a que no se pidió oír la voz de este organismo asesor. Pese a ello, la institución que presidía Federico Montalvo, decidió publicarlo para que su ausencia no se interpretara como «un grave déficit en la deliberación ética de nuestra opinión pública y de la sociedad», en una norma de «un enorme calado social, ético y legal». España no quiso seguir el ejemplo de Alemania, Austria, Francia , Italia, Portugal o Suecia cuyos comités sí participaron activamente en el debate público sobre la eutanasia en sus países.
Las conclusiones tampoco gustaron, porque el informe advertía de «lagunas legales», dejaba claro que no podía considerarse un acto médico y temía por la objeción de conciencia. Álvaro de la Gándara, médico especialista en cuidados paliativos y uno de los expertos depurados del comité reflejó ayer en un tuit su opinión: «Cuando la política impregna todo, se toman este tipo de decisiones ideologizadas y partidistas».
La ‘ley trans’, en la mesa
Los últimos informes elaborados por el comité saliente eran cuestiones menos polémicas, aunque muy relacionadas con los tiempos de pandemia y Covid, como el cuidado de los mayores en el sistema sociosanitario o el tratamiento a distancia con telemedicina. Pero sobre la mesa, en los próximos meses volverá a haber temas y leyes que plantean dilemas bioéticos y sociales dentro de la estrategia de gobierno. El más claro es la ‘ley trans’ que prevé el cambio de sexo a los menores, a partir de 16 años y sin tutela. Si el Gobierno no le encarga un informe, deberán decidir si de forma independiente lo realizan, como decidió el anterior comité.