Un vida de entrega al trabajo y a su familia
Ha sido reconocido con innumerables distinciones, entre ellas: la Medalla de Oro del PPO, la Cruz de la Orden al Mérito Militar de primera clase con distintivo blanco o la Medalla de la Orden de Cisneros
EL pasado 22 de julio falleció, en Vigo, a los 96 años, un gran servidor público y de la empresa privada, y, ante todo, un amante de su familia. Nacido en Moaña (Pontevedra), aunque su domicilio estuvo entre Vigo y Madrid, tuvo siete hijos, dieciocho nietos y cinco bisnietos.
Conocido y estimado por todos, políticos, empresarios, y gente de toda clase y condición, ha dejado una profunda huella durante toda su larga vida profesional, que comenzó como funcionario del Ministerio de Trabajo (anteriormente teniente alcalde de Vigo), siendo nombrado en 1976 gerente nacional del PPO (Promoción Profesional Obrera). Tiempo después asumió la Dirección Nacional del Servicio del Acción Formativa (SEAF), antecedente de la nueva red de Oficinas de Empleo del Ministerio de Trabajo (donde creó 250 Oficinas de Empleo), lo que más tarde se denominaría el INEM, del que fue creador.
Siendo ministro de Trabajo Jiménez de Parga fue nombrado agregado de la Embajada en Chile. Sus pasos como servidor de la Administración pasan a la Xunta de Galicia, donde en el año 1985 le nombran director general de Comercio; su vida laboral concluye en la empresa privada como director general de la empresa Transportes Urbanos de Vigo (Vitrasa) –1991/1999–, en la que ha desarrollado una gran labor hasta que cumplió los 73 años.
Cabe destacar, además, que durante su trayectoria profesional ha sido reconocido con innumerables distinciones, entre ellas: la Medalla de Oro del PPO; la Cruz de la Orden al Mérito Militar de Primera Clase con Distintivo Blanco o la Medalla de la Orden de Cisneros.
Todos los que tuvimos la suerte de compartir la vida junto a él hemos aprendido mucho de sus sabios consejos, que a buen seguro nunca olvidaremos. Yo personalmente he tenido una relación de amistad de 44 años y me siento inmensamente agradecido por haber tenido la fortuna de vivir momentos inolvidables junto a él.