EL LEGADO DE MIGUEL DE LA QUADRA-SALCEDO
Sus antiguos colaboradores reeditan las expediciones para jóvenes que mezclan historia, aventura y valores. ‘Vuelta al mundo’ acaba de arrancar
Durante 37 años (entre 1979 y 2016), diez mil jóvenes españoles e iberoamericanos participaron en alguna de las expediciones dirigidas por Miguel de la Quadra-Salcedo como Aventura 92 y Ruta Quetzal. Eran unos viajes ilustrados que mezclaban historia, aventura y valores, abrían la mente, despertaban vocaciones, forjaban amistades, rompían barreras interiores y cambiaron la vida de muchos de los estudiantes.
Tras la muerte del periodista, el patrocinador suprimió estos viajes y, desde entonces, antiguos expedicionarios y colaboradores de De la Quadra han tratado de recuperar el espíritu de esas rutas ilustradas. Querían que las nuevas generaciones tuvieran también la oportunidad de participar en una expedición iniciática. «Abandonar el proyecto era un drama para la gente joven», relata a ABC Jesús Luna, que trabajó durante 25 años como coordinador en la Ruta Quetzal.
La huella de Elcano
Allí conoció al periodista Carlos Pecker y a Jesús Garrido, que estuvieron trabajando 27 años con Miguel de la Quadra, y juntos han puesto en marcha una nueva expedición, que está patrocinada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y auspiciada por el Senado de España y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Se llama Vuelta al Mundo y rinde homenaje a los protagonistas de la primera circunnavegación: Fernando de Magallanes, Juan Sebastián de Elcano y los 18 marinos que sobrevivieron a la epopeya hace 500 años.
De la Quadra contaba que sus expediciones nacieron «para acercar las dos orillas del Atlántico» y, siguiendo su ejemplo, los responsables de Vuelta al Mundo abrieron su proyecto a estudiantes nacidos en España, Portugal y los demás países iberoamericanos.
La expedición, integrada por 40 jóvenes, arrancó el pasado 21 de julio de Madrid y concluirá el 12 de agosto en Ceuta. Desde allí volverán todos a la capital española para recoger sus diplomas en la Universidad Autónoma y para emprender regreso a sus respectivas ciudades, después de haber recorrido a pie, en autobús, bicicleta, tren y barco, municipios de Castilla y León, Navarra, País Vasco, Galicia, Extremadura y Andalucía, y las ciudades portuguesas de Lisboa, Monsanto y Oporto.
Además de visitar museos, monumentos, exposiciones y lugares históricos –muchos vinculados a Magallanes y Elcano–, y de acudir a conferencias, clases y charlas sobre historia y medio ambiente, los expedicionarios han navegado por el Canal de Castilla y por la ría de Bilbao y han recorrido parte del Camino de Santiago. Ahora, uno de los momentos más esperados por los alumnos es el ascenso al pico Mulhacén (3.479 metros de altitud) –que es el más alto de la península ibérica–, previsto para el próximo 8 de agosto. Sostenibilidad
Aunque está inspirada en anteriores viajes ilustrados, como el Crucero por el Mediterráneo de 1933 –en el que Gregorio Marañón y José Ortega y Gasset participaron como profesores, y Julián Marías como alumno–, Vuelta Mundo «es un proyecto nuevo e innovador», afirma Jesús Luna, «porque está enfocado a nuevos valores como la sostenibilidad y la solidaridad».
Con ese fin, «los expedicionarios han plantado árboles en Santervás de Campos (Valladolid), han asistido a conferencias sobre el futuro de las energías renovables y han conocido ejemplos de vida sostenible en San Fiz de Cangas (Lugo), donde han convivido con una familia que vive en una casa completamente sostenible», explica Carlos Pecker. En los próximos días también limpiarán playas, conocerán de cerca el impacto de los incendios forestales que han destruido enormes extensiones en España y Portugal, y reforestarán espacios mediante la plantación de semillas inteligentes.
Además de la defensa del medio ambiente, la solidaridad también está muy presente en esta nueva expedición. «En Guecho los expedicionarios han estado dos días durmiendo en el polideportivo Fadura, que ha acogido ya a 85 familias ucranianas, y por las mañanas eran ucranianos quienes les servían el desayuno», relata Pecker. Pero el momento solidario clave será la cena que mantendrán en Ceuta en un Centro de Acogida de Menores, donde intercambiarán experiencias con ellos.
Uno de los expedicionarios, Carlos Wences, mexicano de 18 años, resumía así su experiencia a ABC: «Es algo completamente innovador, un proyecto que me encanta y me permite conocer un país y lugares históricos, y España es muy cercana a la cultura mexicana».