ABC (1ª Edición)

Alcaraz, a la final y al 4 del mundo

▶ El español sabe sufrir ante Zeppieri y luchará hoy por el título de Umag

- LAURA MARTA

Se sigue ajustando Carlos Alcaraz esta semana en el torneo ATP 250 de Umag, confianza porque aquí ya ganó en 2021, e ilusiones porque suena bien revalidar corona en el sitio en el que inauguró su palmarés e impulsó su proyección hacia la élite. Era el número 73 del mundo hace apenas un año y será cuatro mañana, después de cumplir con sus aspiracion­es de triunfo ante un bravo Guilio Zeppieri por 7-5, 4-6 y 6-3 en dos horas y 55 minutos. De paso, jugará la final, segunda consecutiv­a tras la de Hamburgo, perdida ante Lorenzo Musetti.

Apenas tuvo que sacar su mejor tenis en cuartos ante Facundo Bagnis, le bastó con la calma cuando el argentino se quitó los nervios, porque se sabía superior.

Pero tuvo que sacar el mono de trabajo ayer en la semifinal ante el italiano, otro zurdo, pero muy jugón, que corría de maravilla y pegaba sin pensárselo demasiado. Llegaba de la previa, pero obligó al casi cuatro del mundo a sacar sus mejores galas y a limitar esas imprecisio­nes que arrastra el español en esta minipretem­porada antes de que llegue la pista rápida norteameri­cana.

Hubo despistes en la elección de las dejadas, pero hubo sacrificio para sacar adelante los puntos por valentía y calidad, que hay de sobra y más contra el 168 del mundo, peligroso porque el favorito era el otro. Y hubo aún más porque el tobillo derecho dio problemas, vendado en el segundo set, con 2-2, tras retorcérse­lo al intentar llegar a una pelota.

Aunque haya errores, de cabeza va bien el de El Palmar. Levantó tres bolas de set en la primera manga y aunque no pudo defenderse de la que obtuvo el italiano en la segunda, pudo encarrilar el tercer capítulo con un ‘break’ en la primera oportunida­d. Le falta rodaje, y quizá esa chispa de escenarios y torneos de mayor renombre. Pegó duro con viento a favor, pero se dejó engatusar por el ímpetu de Zeppieri, que recuperó el 03. Sin embargo, al italiano le pesaron los partidos en las piernas y se quedó clavado con calambres cuando parecía presto para darle otro susto al murciano, algo cabizbajo.

Esa pierna derecha que el italiano no pudo flexionar en un par de puntos, permitiero­n al español coger oxígeno, alegría y gesto de rabia tras encadenar los tres juegos que necesitaba para clasificar­se para la final. Saber sufrir y bien vale estas casi tres horas porque además de la lucha por el título hoy, se celebra que mañana será cuatro del mundo, su posición más alta por el momento, siendo el sexto jugador más joven en lograrlo. Antes llegaron a esta plaza nombres del calibre de Andre Agassi, Bjorn Borg, Boris Becker, Rafa Nadal y Mats Wilander.

En Kitzbuhel, también ayer, otro ATP 250, llegó otra alegría para el tenis español. Roberto Bautista levantó el título tras superar con claridad al austriaco Filip Misolic por 6-2 y 6-2. Es el undécimo trofeo en la carrera del castellone­nse, segundo en este 2022 tras el de Doha en febrero, y segundo en tierra con el de Stuttgart 2014.

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// EFE Carlos Alcaraz golpea de revés

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