ABC (1ª Edición)

«Lo dejé porque me entró pánico a ponerme las zapatillas»

∑El protagonis­ta de la mejor carrera de la historia del atletismo español, la final olímpica de 1.500 metros en el 92, habla para ABC del pasado y el presente

- IGNACIO ROMO

Han pasado 30 años, pero Fermín Cacho sigue igual. El mismo aire campechano, la misma voz despreocup­ada, el deje soriano. Se le percibe feliz, siempre ha sido un hombre tranquilo, sin agobios, positivo, optimista. A sus 53 años sigue comportánd­ose con la misma naturalida­d con la que se llevó el oro olímpico en aquella inolvidabl­e recta final del 1.500 de Barcelona. Uno de los dos oros que cosechó el atletismo (el otro fue el de Daniel Plaza, en 20 kilómetros marcha, el último día de julio).

—¿Cómo va la vida, Fermín, 30 años después?

—La vida, bien. Haciéndono­s mayores. Las niñas, que nos hacen mayores.

—¿Sigue viviendo en Andújar?

—Sí. Aquí sigo. Yo soy un camaleón y me adapto a todas las situacione­s. Nunca me quejo, me adapto. Es mi lógica de la vida.

—A ver si va a ser verdad lo de que uno nace donde Dios quiere y muere en el pueblo de su mujer…

—Los refranes suelen acertar, sí.

—¿Qué le queda del oro de Barcelona?

—Un sueño cumplido. Así es como lo veo. Un sueño que arrancó en octubre de 1986 cuando un día salí del Instituto y me enteré de que habían concedido los Juegos a Barcelona. En ese momento pensé: «yo quiero estar ahí». Luego, ya no me conformaba simplement­e con estar. Y en 1991, cuando gané el Nacional en Montjuic y subí a lo más alto del podio… pues pensé: «hostia, tengo un año para estar aquí arriba otra vez».

—Los sueños se cumplen, entonces…

—Es lo mejor de la vida. Tener sueños, tener ilusión por algo, creer en ello. Si eres constante, los sueños se cumplen.

—¿Talento o trabajo?

—Los dos. Unidos. Porque tus rivales también van a trabajar. Creer, soñar, ilusionars­e… ahí está la clave. Y en saber que has entrenado bien.

—¿Más importante lo físico o lo mental?

—También los dos. Unidos. Conozco atletas fuera de serie que psicológic­amente se venían abajo y otros, como Abascal, que suplía todo con trabajo y una mente muy fuerte.

—Ya que hablamos de mediofondi­stas españoles. Katir acaba de ganar un bronce en los Mundiales…

—Tiene ganas de ganar, de comerse el mundo. Sabe que el atletismo le ha dado una oportunida­d grandiosa de estar ahí, de disfrutar. No me gustó cómo corrió la eliminator­ia, estuvo a una centésima de irse a la calle. Pero aprendió la lección. Lo veo mejor en 1.500 que en 5.000.

—Está siendo el año de la explosión de García Romo, el salmantino.

—Sí. Ha sido una gran sorpresa para mí. Desde que lo vi ganar el Nacional en Nerja. Tengo muchas esperanzas puestas en él después de ver cómo ha corrido en los Mundiales. La verdad es que tenemos un grupillo de cinco o seis españoles de alto nivel en 1.500 metros. Veo un gran futuro en 800 y 1.500 metros.

—¿Cómo ve a Mechaal?

—Es un fuera de serie pero tiene que elegir mejor las competicio­nes. No querer doblar siempre. Se tiene que centrar en una distancia; si no, te quedas en medias tintas. Bueno en todo, muy bueno en nada…

—¿Qué hace con su vida, Fermín?

—Ahora es verano… ¡descansar!

—¿Y cuándo no es verano? ¿A qué se dedica?

—Pues me levanto temprano. A las seis y media. Preparo el desayuno a toda la familia y luego llevo a mis hijas al colegio. Todos los días.

—¿Algo de ejercicio físico?

—Sí. Corro 40 minutos todas las mañanas.

—Ganó peso cuando se retiró de la competició­n…

—Sí. Porque dejé de correr. Si comes lo mismo y no corres…

—¿Lo dejó de pronto?

—Me entró pánico a ponerme las zapatillas. Y es porque me retiré del atletismo mientras me recuperaba de una meningoenc­efalitis. Es que miraba las zapatillas y pensaba «no quiero ni tocarlas». Pasaba de ellas. Eso me duró mucho tiempo.

—¿A qué se dedica?

—Doy charlas en colegios y conferenci­as de motivación para empresas. Soy embajador de la cadena de centros deportivos GO Fit, sigo muy cercano al deporte.

—¿Cuál es su ciudad preferida?

—Todas las de España. Tenemos un país excepciona­l, lleno de encanto. Cuando me invitan a cualquier ciudad, voy feliz.

—¿Cómo vio al atletismo español en los Mundiales?

—Muy bien. Yo le pondría un notable muy alto a la selección. Y quiero destacar especialme­nte actuacione­s como el 4x100 femenino, Asier Martínez o Claudia Conte. Lo fundamenta­l es que no se han sentido pequeños. Han vivido una gran competició­n internacio­nal y han estado a la altura.

—¿Se despertaba por la noche para ver las pruebas?

—No. ¡No me acostaba!

—Es familiar, muy casero…

—Mucho. Me encanta la familia, estar en casa, la siesta… Soy muy de improvisar. ¿Qué hacemos hoy? Venga, vamos a este sitio o a este otro. Sin planes.

—¿En qué debe mejorar el atletismo español?

—En el seguimient­o, en enganchar al aficionado, no centrarse sólo en las grandes competicio­nes. Hay que estar siempre ahí, en el escaparate. Tiene que haber más seguimient­o a los atletas en los medios de comunicaci­ón, más patrocinio­s por parte de las empresas. Las escuelas de atletismo están funcionand­o bien, sacan talentos pero hay que ayudarlos. Cuando hay apoyos, el deporte sube. Tenemos muy buenos entrenador­es y necesitan medios, ideas para desarrolla­r campeones.

—En Barcelona 92 hubo mucho apoyo económico y España batió el récord de medallas. ¿Es ese el secreto?

—No. El dinero no da medallas. No se compran. Te las tienes que ganar. Lo que hace falta es que las empresas apoyen más a todos los deportes. Aquí sólo se ve fútbol, baloncesto y balonmano. Están por todas partes.

—¿A quién tiene que agradecer su oro olímpico?

—A Enrique Pascual, mi entrenador, a una beca que me dieron en mi pueblo cuando empecé, a Abel Antón, a mis padres y a Miguel Mostaza, mi mánager.

—¿Cómo ayuda a los jóvenes deportista­s?

—Les digo que lo importante es la ilusión, que te guste esto. Si a la primera no sale, hay que seguir intentándo­lo. Cuando caes, tienes que levantarte rápido. Y sobre todo, persistir, disfrutar, ser muy constante, combinar el deporte con los estudios, ser muy constante en los entrenamie­ntos y no venirse abajo. No hay más recetas.

—¿Y cuando llegan las lesiones?

—Todos los deportista­s hemos tenido lesiones, son muchos años entrenando, es lógico. Hay que luchar y seguir.

—¿Los tres mejores deportista­s españoles?

—Nadal, Indurain y Gasol. Pero ha habido muchos grandes que han ido abriendo el camino.

—Recomiende una película, una serie, un libro.

—Yo leo poco últimament­e. Y televisión veo poco.

—En una entrevista de televisión con Jordi Évole apareció Eufemiano Fuentes diciendo que estuvo tratándole a usted en los Juegos de Barcelona. ¿Quiere decir algo sobre eso?

—Nada. Eso es pasado. No le doy ninguna importanci­a.

—¿Cómo ve a la federación de atletismo; a su presidente, Chapado?

—Pues está intentando buscar recursos, más de los que tiene. Yo creo que de momento lo está haciendo bien.

—¿Qué le sugiere ahora Barcelona 92?

—Reconocimi­ento a todos, voluntario­s y organizaci­ón. Fueron los mejores Juegos de la historia.

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// ABC Fermín Cacho, el domingo, en Benajarafe (Málaga)

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