Fin de una época
A pesar de la caída del líder, Al Qaida sigue viva gracias a sus franquicias y a los talibanes
Hijo de la clase media piadosa e ilustrada cairota, joven cirujano, Ayman al Zawahiri tuvo todo a su favor para convertirse en un ciudadano ejemplar. Pero también creció en el entorno y recibió los estímulos idóneos para transmutarse en un extremista astuto y peligroso y estos últimos condicionantes pesaron más que todos los demás. La autoría islamista del complot que acabó con la vida del presidente egipcio Anuar el Sadat (1981) le supuso la cárcel y el afianzamiento de sus conexiones con la Yihad Islámica de Egipto. Sus viajes a Pakistán en la década de 1980 le pusieron en contacto con los promotores árabes de la yihad afgana contra los soviéticos y con Osama bin Laden, a quien empezó atendiendo como médico y acabó apoyando para lanzar una yihad mundial. Así, el médico se trocó en asesino de masas
Tras el 11-S ayudó a mantener en pie la estructura de Al Qaida en condiciones extremas. Reemplazar al saudí en el plano simbólico era imposible y tampoco lo procuró. Zawahiri no tuvo el halo carismático de Bin Laden, pero tenía ganado el respeto de muchos acólitos, una formación religiosa más amplia, una mente estratégica e indudables dotes para la intriga. Apostó por priorizar la lucha contra el ‘enemigo cercano’ (la yihad en países musulmanes) frente al terrorismo contra el ‘enemigo lejano’ (Estados Unidos y Occidente), contribuyendo a la pervivencia de la marca Al Qaida y la multiplicación de filiales y focos de actividad insurgente contra gobiernos ‘apóstatas’ y ejércitos infieles. Sin embargo, no anticipó que la filial iraquí y su líder Bagdadi se atreverían a fracturar el movimiento yihadista y proclamar un nuevo califato.
La muerte de Zawahiri supone el fin de una época, pues era el último gran líder yihadista coetáneo de Osama, pero se ha producido cuando la ONU acababa de advertir que Al Qaida sigue viva gracias a sus franquicias y a los talibanes. Y lo mismo ocurre con Daesh (Estado Islámico). El fin de una época probablemente no traerá el fin de la yihad.