Críticas a Biden por la calamitosa retirada que hizo caer Kabul
El anuncio de la muerte del líder de Al Qaida, que en principio debería ser uno de los momentos históricos de una presidencia norteamericana, ha tenido efectos inesperados para Joe Biden. Tras las pasadas muertes de cabecillas terroristas como Osama bin Laden o Abu Baker al Bagdadí, tanto Barack Obama como Donald Trump recibieron un aplauso casi unánime, de su partido y el contrario, por tales logros. Con Biden, sin embargo, los republicanos son muy críticos, acusándole de haber creado el caldo de cultivo propicio para que Al Qaida regrese a Kabul, por su apresurada y calamitosa retirada de tropas de hace un año, con un ataque terrorista que mató a 13 uniformados norteamericanos. El senador republicano Lindsey Graham dijo que puede que Ayman Al Zawahiri haya sido eliminado, pero que la amenaza de Al Qaida en Afganistán sigue. «Nuestra capacidad para combatir las crecientes amenazas terroristas en Afganistán es hoy marginal. Hay campos de entrenamiento de Al Qaida que están surgiendo en Afganistán como antes del 11-S», dijo. La pregunta para muchos críticos con Biden es qué sucedió para que Al Zawahiri se sintiera lo suficientemente cómodo como para abandonar su escondite en Pakistán y volver a Kabul, una ciudad que hasta hace un año controlaban las tropas de EE.UU. El diputado republicano Mike Waltz, un boina verde que de hecho sirvió en Afganistán, se preguntó por qué Al Zawahiri se sentía tan seguro allí como para salir hasta al balcón, donde lo mataron. «¿Qué le prometieron los talibanes? ¿Por qué le resultó tan fácil volver?», se preguntó en la cadena Fox News. Biden, por su parte, ha mantenido que la Inteligencia de EE.UU. seguirá persiguiendo a los yihadistas con ataques de este tipo, con aviones controlados de forma remota e informadores clandestinos sobre el terreno.