‘Cebolleo’ de Sánchez por los Balcanes
El principal objetivo ruso sigue siendo el dominio de todo el óblast de Donetsk. La intención de Zelenski de evacuar a la población civil de los 12.000 kilómetros cuadrados que todavía controla en esa provincia supone un reconocimiento del recrudecimiento de los combates en el Donbass. Estos se focalizan en la pelea por Siversk, Sloviansk, Kramatorsk y Bajmut. Simultáneamente, las tropas rusas refuerzan su despliegue en el sur para afrontar la voceada contraofensiva ucraniana en dirección a Jersón. Los zapadores rusos, para asegurar el apoyo logístico a sus fuerzas al oeste del Dniéper, se aplican en la rehabilitación del puente Antonovsky, inutilizable por vía ferroviaria gracias a la eficaz acción de la artillería ucraniana,
La nueva doctrina naval, firmada por Putin el pasado domingo en San Petersburgo, es una respuesta al nuevo concepto estratégico de la OTAN. Aquélla considera la estrategia de EE. UU. como «el mayor desafío» para la seguridad nacional rusa. Además, precisa como áreas de atención preferente los mares Ártico, Báltico y Negro; y, mirando a Asia, también las islas Kuriles. Se deduce así una política de rearme con una nueva generación de armas estratégicas. El mascarón de proa para tal impulso se concreta en la prevista e inmediata entrada en servicio del misil de crucero hipersónico 3M22 Zircom, para buques y objetivos de superficie.
En tan peligroso escenario, se dan iniciativas políticas inoportunas que irritan innecesariamente a propios y extraños. Por ejemplo, la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, que está elevando enormemente la tensión entre EE.UU. y China. En el mismo orden de memez está el reciente ‘cebolleo’ de promoción personal de Sánchez por los Balcanes, mientras ascendía la siempre latente tensión entre Serbia (afín a Rusia) y el secesionado Kosovo (’tutelado’ por EE.UU. y reconocido por la mayoría de los países de la UE, aunque no por España). Es bochornoso que el comprensible apoyo a Serbia sobre la cuestión de Kosovo sea asegurado, en Belgrado, invocando el «respeto a la integridad territorial de los estados», por quien se esmera diligentemente en favorecer al secesionismo en nuestro propio país. Este tipo es de traca.