ABC (1ª Edición)

«Dejé de ver, todo estaba borroso y no sabía dónde me encontraba»

► La psicosis por los pinchazos a mujeres en lugares de ocio nocturno recorre Europa. En España las denuncias se cuentan ya por decenas ► Las agresiones son un misterio: ni están relacionad­as con abusos ni con robos

- ANDREA DE PRADO SOLLA

Una nueva psicosis recorre la noche europea. Empezó en Francia con las primeras denuncias de mujeres jóvenes que relataban cómo habían sigo agredidas con una jeringuill­a o un objeto punzante mientras se divertían en discotecas. Notaban un pinchazo y ya no eran capaces de recordar nada más. En España los primeros casos se denunciaro­n durante los Sanfermine­s, pero el goteo de casos ha continuado salpicando casi toda la geografía nacional. La mayoría se concentran en Cataluña, donde los Mossos investigan ya casi una veintena de casos, y el País Vasco, donde se han registrado más de una docena.

«Es una cuestión que preocupa seriamente al Gobierno de España», aseguró ayer la delegada del Gobierno en Cataluña, María Eugènia Gay, quien ha garantizad­o que la Policía Nacional y la Guardia Civil están «trabajando de forma coordinada» con los Mossos d’Esquadra.

Las agresiones son un misterio. Ninguna de las denuncias en España están relacionad­as con abusos sexuales, agresiones o robos, por lo que se desconoce el objetivo de esta nueva práctica y no se descarta ninguna hipótesis. En Francia sí se han relacionad­o a intentos de delito sexual.

Test negativo en drogas

Todas las jóvenes españolas agredidas tienen en común un análisis negativo en drogas en los análisis que se les hicieron posteriorm­ente. Esto puede ser por dos motivos: las sustancias inyectadas desaparece­n rápidament­e de la sangre o los agresores, al ser una acción tan rápida, tienen tiempo de pinchar pero no de inyectar. Solo en Gijón se ha documentad­o el que podría ser el primer caso de sumisión química por pinchazo en España. Ayer una niña de 13 años dio positivo en éxtasis líquido en el Hospital de Cabueñes, Gijón, tras acudir allí mareada y con la pierna dormida.

Los testimonio­s de todas las afectadas son muy parecidos, tal y como han ido contando en redes sociales para advertir a otras. Fueron pinchadas mientras bailaban y estaban distraídas dentro de una multitud. En fiestas, conciertos, discotecas... ABC ha hablado con cuatro de ellas y esta es su historia.

A Sara, madrileña, le ocurrió el pasado 22 de julio cuando se divertía en la sala La Riviera, una de las mayores discotecas de Madrid. «Yo estaba en medio de la gente bailando, cuando sentí un pinchazo en el brazo. No había nadie sospechoso a mi lado, pero el pinchazo estaba en el brazo derecho. El personal de La Riviera estuvo muy pendiente de mí, se quedaron conmigo y no se movieron hasta comprobar que me encontraba bien. Hablé con la policía pero no puse denuncia».

En el caso de Susana, nombre ficticio porque prefiere mantener el anonimato, sucedió en el festival Cabo de Plata en Barbate, Cádiz. «Estaba en el concierto de Duki cuando sentí un pinchazo en el brazo. A los pocos minutos el brazo se me había dormido, a los 10 ya empecé con mareos, vómitos y mucho cansancio. Fuimos al puesto de socorro del festival y desde allí al hospital para hacerme una prueba de drogas».

Cuando llegó al centro sanitario se encontró con otros trece casos similares que habían estado en el mismo festival. Asegura que todos dieron negativo en los análisis. No se conformó y acudió a la Policía: «Denuncié y me dijeron que ya se investigar­ía».

También en Málaga, la Policía Nacional investiga un posible caso de sumisión química a una turista francesa del pasado 8 de julio. Ella había salió de un local de ocio con un joven extranjero al que acababa de conocer.

A la mañana siguiente, la joven se levantó mareada y observó en uno de sus brazos dos puntos de inoculació­n, según ella misma detalló a la Policía Nacional. El agresor no ha sido identifica­do y se está a la espera de los resultados de laboratori­o para confirmar si la mujer fue inoculada con alguna sustancia química.

Álvaro, trabajador en el ‘Reggaeton Beach Festival’ en Santander el pasado 31 de julio recuerda bien aquel día: «Venían las chicas medio mareadas porque habían notado un pinchazo en el brazo. Empezaban a sudar, las sentábamos y les dábamos un poco de agua. Esperamos con ellas a que los sanitarios viniesen buscarlas o las acompañaba un compañero. Tenían la vista súper ida, se veía claramente el pinchazo».

Una de esas víctimas de Santander fue Ana, menor de edad. Un amigo suyo le advirtió de lo que estaba ocurriendo y le repitió reiteradam­ente que tuviese cuidado. Unos minutos después de hablar con él, Ana empezó a marearse: «Yo estaba cerca del escenario, el pinchazo en sí no lo sentí, pero me empecé a encontrar muy mal de repente y salí corriendo a buscar a mi amigo. Se me nubló mucho la vista, dejé de ver, estaba todo borroso y no sabía a dónde me encontraba. Tenía un pinchazo en el gemelo derecho. Me desmayé fuera. Hablamos con la Policía y fueron ellos los que llamaron a la ambulancia».

Como en el resto de casos, las pruebas de sangre y de orina que le realizaron a Ana en el hospital dieron negativo. La víctima cuenta que el pinchazo lo sintió a las once de la noche y que no fue hasta las cuatro de la mañana cuando le hicieron las pruebas. «Ahora mismo me da miedo que me vuelva a pasar, lo he pasado muy mal, mi familia también. Salir me da miedo». Como Ana fueron once las chicas que acudieron al hospital; cuatro de ellas denunciaro­n.

Su madre confirma su relato y la preocupaci­ón de la familia: «Por un momento, se te para el mundo. Cuando llegué al hospital ella estaba consciente. Dio negativo en la prueba de drogas pero decidimos acudir a un centro sanitario privado por miedo a que le hubieran contagiado alguna infección con la aguja».

Alarma social

Vicente Pizcueta, portavoz de España Noche, asegura que la noche española es «con diferencia» la más segura de toda Europa y lanza un mensaje de tranquilid­ad para todas las chicas que están manifestan­do por redes sociales su miedo a salir de fiesta: «Estamos en un momento de alarma social y es lo normal, pero se está trabajando en muchas cosas para garantizar la seguridad. No se ha producido ningún tipo de agresión sexual, ni ningún robo, no produzcamo­s alarmismo. No hay delito mas allá de los pinchazos».

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//SERRANO ARCE A Ana le pincharon durante el festival de reggaeton que se celebró el pasado 31 de julio en Santander. Como ella, once más denunciaro­n una agresión similar VÍCTIMA DE PINCHAZO
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