Helados a base de frutas: fáciles, ricos y sanos
Elaborar versiones caseras de los postres helados permite elegir ingredientes saludables y evitar azúcares y grasas saturadas
No hay verano sin helados, en eso estamos de acuerdo, pero si uno está dispuesto a cuidarse hasta en las vacaciones y además siente una cierta curiosidad nutricional es probable que se haya dado cuenta, con un vistazo rápido a las etiquetas de los productos, que las opciones industriales no son para tomar a diario. Por una parte porque incluyen una gran cantidad de azúcares y, por otra, porque si se trata de helados cremosos, que suelen ser los favoritos por su palatabilidad, también hay que tener en cuenta su contenido en grasas poco saludables.
La buena noticia es que con pocos ingredientes y de fácil acceso (se encuentran en cualquier supermercado) es posible recrear en casa una fábrica de helados saludables. Cuando uno se pone manos a la obra y elabora sus propios postres helados a base de frutas, yogures y bebidas vegetales el resultado sorprende, tanto por su sabor como por sus texturas, colores y cremosidad. Pero además el hecho de formar parte de su proceso de de elaboración permite elegir aquellos ingredientes que aporten una mayor cantidad de nutrientes: vitaminas, minerales y antioxidantes.
La mejor opción para los principiantes es comenzar por recetas sencillas y bases que combinan con casi todo.
Una de las que nunca falla es la que se prepara con base de plátano. Aporta una textura increíble al helado sin demasiados ingredientes complementarios. Además su uso supone un doble beneficio, pues cómo el plátano es una de las frutas más dulces que existen, no es necesario añadir endulzantes. Cabe destacar que, para que salga perfecto este tipo de helados se debe congelar previamente la fruta ya pelada y troceada antes de triturarla, pues solo de esta manera se consige una textura cremosa.
Eso sí, me gustaría recordar que aunque el sabor principal de los helados sea el de una fruta, este tipo de dulces nunca tiene que ser el sustituto de una pieza de fruta, pues nuestro organismo recibe mejor los alimentos que no han sido procesados.
Otra base que siempre funciona es el yogur. Si es griego el resultado será aún mejor porque tiene más cuerpo y no se cristalizará tanto como uno tradicional (son menos grasos). Uno de los atractivos de esta base es su versatilidad a la hora de combinar sabores, además de que supone su aporte extra de proteínas y de calcio.
Para conseguir una textura cremosa se debe congelar la fruta antes de triturarla junto al resto de ingredientes