Radiografía de un gazpacho
Este tesoro nutricional, que además es saciante y bajo en calorías, se ha convertido en uno de los platos fetiche del verano para disfrutar y refrescarse
Esta sopa fría es una bomba de nutrientes pues aporta vitaminas, minerales, antioxidantes, grasa saludable y fibra
Hidratante, refrescante, saciante y lleno de nutrientes, el gazpacho se ha convertido en el as indiscutible del verano, especialmente cuando azotan las altas temperaturas.
En sus orígenes el gazpacho formaba parte del recetario típico y tradicional de los campesinos del sur de España. Antaño se preparaba con pan duro desmigado del día anterior, tomate, aceite de oliva y vinagre. Pero con los años ha ido evolucionando hasta llegar a la receta actual en la que se han incorporado otros ingredientes como pepino, pimiento, cebolla y ajo.
El carácter saciante e hipocalórico de esta sencilla receta se debe a su composición, pues está hecho a base de la mezcla de hortalizas crudas trituradas, agua, aceite de oliva, pan y esa pizca de sal que siempre se incorpora para potenciar el sabor.
Podría decirse que es una bomba de nutrientes, ya que contiene vitaminas, fibra, antioxidantes y minerales.
Entre todos los micronutrientes que aporta predominan la vitamina C (gracias a que el pimiento es una de sus mejores fuentes), la vitamina A y la vitamina E (por el aceite de oliva virgen). Además, el licopeno del tomate, que aporta ese color rojo característico, junto a las cucurbitacinas del pepino otorgan a este plato líquido un gran poder antioxidante que permitirá frenar el envejecimiento celular y el estrés oxidativo.
También es rico en minerales como calcio, fósforo, magnesio, manganeso, zinc, cobre, sodio, potasio y hierro. Y aunque el hierro se encuentra en su forma no hemo (su biodisponibilidad es baja), gracias a la presencia de vitamina C en la mezcla aumenta su absorción por parte del organismo.
Además, al estar compuesto en su mayoría por vegetales crudos destaca por su aporte de fibra insoluble, que no es digerible por el organismo y, que contribuye a facilitar el tránsito intestinal y a producir mayor sensación de saciedad en menor tiempo. Es importante reseñar que esta fibra puede ayudar de forma natural a regular los niveles de colesterol sanguíneo y a prevenir la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de colon.
Su contenido graso, que proviene del aceite de oliva virgen extra, hace que este veraniego plato sea rico en ácidos grasos monoinsaturados, un tipo de grasa saludable que protege el sistema cardiovascular y además potencia la acción antioxidante del licopeno.
Flexibilidad
La receta del gazpacho es tan sencilla que es posible encontrar variantes con todo tipo de verduras, hortalizas y frutas como sandía, melocotón, mango, remolacha, cerezas, fresones, aguacate, zanahoria... Eso sí, si la combinación resultante difiere mucho de la fórmula original lo ideal es categorizar esas recetas como sopas frías.
A la hora de elaborar un menú equilibrado y saludable se puede rizar el rizo si se añade una fuente de proteína. Podemos hacerlo con el segundo plato (tomando pescado, huevo, carnes magras, marisco o legumbres) o bien consumiendo el gazpacho como plato único pero añadiendo ‘toppings’ de huevo cocido, taquitos de jamón serrano, bolitas de mozzarella, trozos de sardinas o incluso un aporte de cualquier tipo de queso cremoso.
Aunque en la actualidad existen buenas opciones envasadas en el supermercado, es más aconsejable la elaboración casera para así poder controlar los ingredientes y los aderezos del gazpacho y hacerlo a tu medida.