ABC (1ª Edición)

Universida­des recula y permitirá ejercer en España a cientos de psicólogos inmigrante­s

El ministro Subirats introdujo en su recién aprobada ley un nuevo texto para poner fin a las trabas burocrátic­as Son más de 700 los profesione­s afectados, españoles incluidos, que temen que la solución no se materialic­e

- JOSEFINA G. STEGMANN

El 15 de noviembre de 2017, una terrible noticia sacudió a la Argentina. El submarino de la Armada ARA San Juan se hundió en el Atlántico Sur con 44 tripulante­s a bordo. Pero lo que vino después fue casi peor, ‘agonizante’, cuando se emprendió la búsqueda de supervivie­ntes. Quienes se llevaron entonces el mayor sufrimient­o fueron los familiares, muchos de los cuales guardaron esperanzas hasta el último momento. Allí estaba para ayudarlos una muy formada psicóloga: Marisol Giménez. Nacida en la provincia argentina de Mendoza, esta joven de 36 años acumuló una enorme experienci­a en su campo tras ejercer durante siete años como psicóloga en la Armada argentina. Comenzó en el gabinete psicopedag­ógico haciendo la selección de cadetes, trabajó en la prevención y en la elaboració­n de reglamento­s sobre las adicciones en las Fuerzas Armadas de su país, y lo último que hizo, después de la tragedia del submarino, fue participar en un proyecto de apoyo psicológic­o para los militares que viajan a la hostil Antártida.

¿Experienci­a insuficien­te?

Pero parece que para el Ministerio de Universida­des español nada de esto es es suficiente. Cuando llegó a España en 2018, Marisol ‘echó’ los papeles, confiada en que le convalidar­ían el título, pero se encontró con la sorpresa de que no era posible. La notificaci­ón le llegó cuatro años después, en febrero de 2022. El departamen­to dirigido por Joan Subirats le dijo a Marisol que necesitaba empezar de cero y tener un grado español para ejercer. Ella llegó de Argentina con todos sus ahorros (venta de coche incluida) y hasta hace unas pocas semanas trabajaba en un ‘call center’. El problema es que se encontró con otro escollo del Gobierno de Sánchez: la reforma laboral. Marisol ahora mismo está en el paro porque la empresa para la que trabaja no le renovó el contrato para evitar hacerla indefinida.

Son cientos los psicólogos que vienen a nuestro país con su título de fuera y sufren lo mismo que Marisol: no pueden ejercer. Españoles incluidos. ¿El motivo? Los títulos de Psicología obtenidos fuera de España no tienen validez en nuestro país. ¿De dónde viene el problema? La Psicología en España es una profesión que solo está regulada en su vertiente sanitaria. Es decir, para ejercer como psicólogo general sanitario se debe tener la siguiente formación: un grado en Psicología español y un máster en Psicología General Sanitaria que es el que habilita para trabajar.

Cuando los inmigrante­s llegan con su título, el Ministerio de Universida­des les paraliza el trámite y les da dos opciones: la equivalenc­ia, con la que no pueden trabajar; o la convalidac­ión de asignatura­s, que tampoco es la mejor solución ya que el precio oscila entre los 3.000 y 6.000 euros, sin contar el máster, en cuyo caso la cifra total sería de unos 10.000. Es lo que Subirats ha intentado solucionar incluyendo, por primera vez, una disposició­n adicional en la nueva ley de Universida­des (Losu), aprobada en Consejo de Ministros hace menos de dos meses y cuyo contenido adelantó ABC.

Empezar desde cero

«Notamos un cambio de actitud, se ha dado la orden de intentar solucionar el problema por el coste político que estaba teniendo, pero nos preocupa mucho la redacción de la ley porque no se menciona nunca las palabras "título extranjero" o "título internacio­nal"», dice José María Casas, psicólogo y portavoz del movimiento Psicólogos Migrantes, formado por 724 psicólogos de 24 países (España incluida) que están dando una batalla sin descanso para poder trabajar. «No es que no confiemos en ellos, es que nos preguntamo­s qué va a pasar si se produce un cambio de ministro o de Gobierno y se interpreta otra cosa».

Pese a las reticencia­s de Casas, el secretario general de Universida­des, José Manuel Pingarrón, asegura que con la nueva disposició­n de la ley se terminarán todos los problemas. Preguntado por ABC si se le puede arrancar el compromiso al ministerio de que con esta disposició­n finalmente podrán todos ejercer, Pingarrón responde que «sí». «Más compromiso que vaya en una ley orgánica no hay», agrega. Respecto a los miedos del movimiento de psicólogos sobre la posibilida­d de que en el recorrido parlamenta­rio de la ley este redactado ‘se caiga’, Pingarrón asegura que no será así, «que yo sepa, nadie está en contra de eso», añade.

¿Y qué dice la disposició­n? Abre la puerta a que aquellos que vengan con un título de fuera puedan tener acceso al máster de Psicología General Sanitaria, que es el que se exige para poder ejercer en nuestro país. Antes de esta disposició­n, los psicólogos de fuera se veían obligados a empezar de cero, es decir, hacer el grado español y el máster incluso llegando a nuestro país con licenciatu­ras (de cinco o seis años, según la universida­d), posgrados, másteres, especialid­ades y años de experienci­a.

Así, la disposició­n dice que «el grado en Psicología, que no habilitará, por sí mismo, para el ejercicio de la psicología en el sector sanitario, constituir­á un requisito necesario para el acceso al máster de Psicología General Sanitaria, así como cualquier otro título universita­rio oficial de Psicología [...]». La clave de la disposició­n es que se ha modificado la normativa para agregar la coletilla que alude a «cualquier otro título oficial de Psicología». Es decir, si un profesiona­l viene con su título solo necesitarí­a, entonces, hacer el máster en Psicología General Sanitaria que es el que habilita para ejercer la profesión.

Pero Pingarrón va más allá y dice que a partir de ahora, «si se tiene el grado con los contenidos sanitarios análogos a los que se establece en el grado español en psicología se puede acceder al máster. Una vez que has accedido se puede pedir la homologaci­ón de este último». Es decir, que el nuevo texto «da pie a homologar lo que el profesiona­l

José Manuel Pingarrón

Secretario Gral. de Universida­des

«Los psicólogos podrán ejercer. Más compromiso que vaya en una ley orgánica no hay»»

José María Casas

Portavoz de Psicólogos Migrantes

«Notamos un cambio de actitud, se está intentando solucionar el problema por el coste político que tiene»

Joan Subirats

Ministro de Universida­des

«La presión no está en el ministerio sino en los colegios profesiona­les que presionan para no salga»

José Manuel Vázquez

Senador del PP

«Inquieta la ambigüa redacción de la nueva ley. Esperemos avanzar en el trámite parlamenta­rio»

traiga de fuera también a nivel de máster», afirma. Con esa disposició­n Subirats quiere desenredar este grave problema que empezó bastante antes de estar él al frente del ministerio (sino con el PP en el poder). Sobre todo, porque se ha topado con un activísimo movimiento de profesiona­les que no han dudado en ir a buscar en persona a Subirats allí donde tenía reuniones para pedirle explicacio­nes.

Impediment­o

En uno de esos encuentros espontáneo­s, de hecho, le arrancaron una confesión al ministro catalán. «La presión aquí no está en el ministerio sino en los colegios profesiona­les que son los que corporativ­amente están impidiendo que esto se haga», dijo. El intento de resolver la cuestión no es exclusivo de Subirats. En 2018, el todavía llamado Ministerio de Ciencia, Innovación y Universida­des, al frente del cual estaba Pedro Duque, sacó adelante una orden ministeria­l que regulaba el grado y que dejaba constancia de que haciendo el máster sí se podía trabajar. Así llegó una avalancha de solicitude­s. Los psicólogos venían a nuestro país confiados. De hecho, un año después de aquella orden, en 2019, Pingarrón envió una carta al Consejo General de Psicólogos de la que se podía concluir que se habían dado instruccio­nes a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditaci­ón (Aneca) para resolver el problema de las homologaci­ones. Pero lo que parecía que iba a arreglarse sufrió un frenazo. «Hasta marzo de 2021 nos dijeron que podíamos hacerlo y después de esta fecha, ya con Manuel Castells como ministro, empiezan a llegarnos cartas en las que se explicaba que si no presentas en tres meses el grado español te cierran el expediente», narraba Casas a ABC hace unos meses.

De hecho, «nos llegaron a decir que la carta que había firmado Pingarrón era un error», prosigue el psicólogo. Cuando ABC le preguntó a Pingarrón, por el famoso «error», este dijo que lo que «fue un error enviar esa carta; que me la dio una subdirecto­ra que ya no está. Yo tendría que haber sabido que lo que se decía no era posible porque no tienen el grado español, pero la firmé fiándome de la opinión técnica de la antigua subdirecto­ra», dijo entonces a este periódico. Entonces, los psicólogos se volvieron a reunir con el ministerio, se volvieron a manifestar a las puertas del mismo, pero el cambio real llegó cuando se aprobó la ley de Universida­des.

Trámite parlamenta­rio

Después de las declaracio­nes de Pingarrón a ABC, el PP se sumó a la causa para ayudar a los psicólogos. Sobre todo de la mano del senador Juan Manuel Vázquez, que hoy no está convencido con la solución propuesta por Subirats: «Inquieta la redacción de la disposició­n final cuarta de la Losu, particular­mente la ambigüedad del redactado que alude a «cualquier otro título oficial». Debería explicitar­se más. Entendemos que se podrá avanzar en el trámite de enmiendas cuando la ley llegue al Congreso». En esta ‘batalla’ también lleva tiempo embarcado ERC, de la mano de la senadora uruguaya Ana Surra.

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// I. PERMUY La psicóloga Marisol Giménez en el consultori­o de una amiga

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