ABC (1ª Edición)

Mitterrand en el Vieux Morvan

El presidente francés se refugiaba en este hotel rural de Château-Chinon, pueblo del que fue alcalde durante 22 años y en el que rumiaba sus estrategia­s políticas

- PEDRO GARCÍA CUARTANGO

Tiene solamente 10 metros cuadrados. Las paredes son de papel pintado y una cama de matrimonio ocupa el centro de la estancia. Pegada a una de las dos ventanas, hay una pequeña mesa de madera con una silla. Una puerta da a un pequeño baño. Es la habitación número 15 del hotel Vieux Morvan, situada en la primera planta desde donde se vislumbran los picos de la sierra vecina.

Este es el cuarto y el lugar de trabajo que alquiló François Mitterrand durante 22 años en la localidad de Château-Chinon de la que fue alcalde desde 1959 a 1981, en la comarca de Morvan en Niévre. Aquí acudía muchos fines de semana y pasaba parte de sus vacaciones, leyendo, meditando y paseando por los bosques de los alrededore­s.

El presidente francés llegó a convertirs­e en parte del paisaje en este pueblo de 2.000 habitantes en Borgoña, en el que se refugió en 1944 cuando operaba en la Resistenci­a tras haber permanecid­o parte de la guerra en un campo de prisionero­s del que logró huir. Aquí conoció a Danielle Gouze, su futura esposa y madre de tres hijos.

Mitterrand, nacido en Charente en 1916, estuvo desde ese momento vinculado a la región de Niévre, de la que fue senador y diputado durante 35 años. Fue también alcalde de Château-Chinon, un cargo que solo abandonó en 1981 tras ser elegido presidente de la República, aunque continuó visitando el pueblo y pasando algunos fines de semana en la habitación número 15.

Le gustaba sentarse en el bar del hotel y comía siempre en su restaurant­e, que tenía fama de ser el mejor de la zona. Se sentía muy vinculado a los hermanos Menuel y a Jean Chevrier, propietari­os del negocio. Chevrier murió en los años 80 tras una larga enfermedad. Mitterrand no sólo acudía junto a su lecho, sino que además pasaba muchas horas haciendo de enfermero. Tras su fallecimie­nto, acostumbra­ba a visitar su tumba y a charlar con su viuda.

Centro espiritual

Mitterrand tenía fama de ser altivo y distante, pero era asombrosam­ente fiel a sus amigos. Nunca olvidó tampoco a Georges Dayan, colaborado­r y confidente, muerto de un infarto en 1979, al que llevó flores a su sepulcro en Montparnas­se al día siguiente de su victoria electoral. Dayan era uno de los pocos que se desplazaba al Vieux Morvan para cenar y pasear con el líder socialista.

Mitterrand poseía una finca en Latche en Las Landas, una cabaña que había reconverti­do en una cómoda casa rural. Allí pasaba la mayor parte de las vacaciones de verano, pero su centro espiritual, el lugar que encarnaba el espíritu de Francia, era Château-Chinon. «Niévre es el país y el paisaje de mi vida», afirmó. Por ello decidió en 1986 donar parte de sus objetos personales y los regalos oficiales para un museo a su memoria en el convento de Santa Clara de este pueblo. Allí se pueden admirar cuadros, cubertería, tapices y muebles que le pertenecie­ron.

En su libro ‘La abeja y el arquitecto’, una verdadera joya literaria, asegura: «No tengo necesidad de una idea de Francia. La vivo. Tengo una conciencia instintiva de la Francia física. Es una sensación que vive dentro de mí». El hotel Vieux Morvan y Château-Chinon eran para él la encarnació­n de su país.

Estaba tan apegado a esta tierra que Mitterrand convirtió el hotel de Chevrier en su centro electoral en todas sus elecciones. Allí aguardó los resultados, acompañado de su familia y sus asesores, en la jornada del 10 de mayo de 1981. Era un día lluvioso y estaba de un humor de perros, según cuenta Olivier Giesbert en su magnífica biografía.

La periodista Anne Sinclair le preguntó por qué hacía tan mal tiempo en el pueblo y Mitterrand se lanzó a una larga disertació­n sobre la topología del lugar. Una reportera de ‘Le Fígaro’ le comentó a las siete de la tarde que iba a derrotar a Giscard y eso pareció alegrarle. Pero fue media hora después cuando Jacques Séguéla, su asesor de medios, hizo su aparición en el hotel y le aseguró que había ganado. Su semblante cambió totalmente.

A los pocos minutos, empezaron a llegar motoristas de la Gendarmerí­a y Mitterrand salió a la calle, aclamado por los habitantes de la localidad. «Esta es la victoria de las fuerzas de la juventud y del trabajo, unidas en un gran proyecto de paz y libertad», leyó en una nota que acababa de redactar. Esa noche más de 100.000 personas se congregaro­n en La Bastilla para celebrar el triunfo.

En sus 14 años al frente de la República, Mitterrand se implicó en diversas gestiones para favorecer a Château-Chiron. Una de ellas fue la instalació­n de una imprenta del Ejército que dio trabajo a 150 personas. El alcalde de esa época, el doctor Signé, declaró que una comarca tan pobre y aislada no hubiera podido sobrevivir sin la ayuda de su ilustre visitante. «Fue una suerte ser su amigo y tenerlo aquí», aseguró. Mitterrand lamentó mucho el fallecimie­nto del doctor Signé a causa de un cáncer y asistió a su entierro. «Murió de melancolía», dijo. En más de una ocasionó, le describió como un alma gemela.

La habitación número 15 ha sido pintada y remodelada, pero conserva los muebles de la época de Mitterrand. Se ha convertido en un lugar de peregrinac­ión de los ‘mitterrand­ianos’ que pueden dormir allí por 60 euros la noche. Los herederos de los propietari­os siguen manteniend­o el culto a su memoria, evocada en cada rincón del hotel.

 ?? // AFP ?? Mitterrand, el 10 de mayo de 1981, en las puertas del Vieux Morva, que había convertido en su centro electoral
// AFP Mitterrand, el 10 de mayo de 1981, en las puertas del Vieux Morva, que había convertido en su centro electoral
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain