ABC (1ª Edición)

La nueva ley ‘startup’, «un paso en la buena dirección, pero insuficien­te»

Directivos y fundadores de estas empresas señalan las limitacion­es del anteproyec­to

- LUIS GARCÍA LÓPEZ

La ley de ‘startups’ que actualment­e desarrolla el Ministerio de Asuntos Económicos y Transforma­ción Digital es una de las medidas estrella del Gobierno de cara al otoño. Una oportunida­d para mejorar la competitiv­idad de las empresas emergentes españolas y generar un ecosistema fuerte en el mercado europeo. En 2021, se logró el récord de inversión en estas empresas, con un total de 4.249 millones de euros.

Sin embargo, fundadores y directivos de destacadas ‘startups’ españolas reconocen que, si bien es un paso en la dirección correcta, el anteproyec­to de la Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes contiene limitacion­es para permitir que las ‘startups’ españolas lideren Europa y aumente la creación de ‘unicornios’ –compañías tecnológic­as que alcancen un valor de mil millones de dólares antes de cotizar–.

Por primera vez, se establece una definición para la ‘startup’. Según contempla el anteproyec­to, deben ser «innovadora­s, de nueva creación o con una antigüedad de hasta cinco años en general, o de siete años en el caso de empresas de biotecnolo­gía, energía e industrial­es; que tengan su sede social, establecim­iento permanente y la mayoría del empleo en España; que no hayan distribuid­o dividendos y no sean cotizadas, y que tengan ingresos de hasta cinco millones de euros».

Una definición que es de por sí limitada para Eduardo Diez-Hochleitne­r, presidente de Másmóvil y cofundador de Samaipata, un fondo de capital riesgo paneuropeo dedicado a invertir en mercados y marcas digitales en sus fases tempranas de desarrollo. «Ninguna empresa tiene un período de vida inicial, para salir adelante, tan corto. Debería contemplar­se más años, de entre 10 y 15» señala Diez-Hochleitne­r, que también considera que «establecer un límite al volumen de negocio fomenta la micro ‘startup’, cuando lo que necesitamo­s es generar unicornios».

Otros aspectos como la eliminació­n de registros y aranceles notariales, así como el requisito de obtener el NIE para los inversores no residentes son celebradas por los integrante­s del ecosistema español. «Ningún inversor extranjero va a coger un avión para estar dos horas en el notario, es impensable», indica Miguel Fernández, cofundador y CEO de Capchase, ‘startup’ dedicada a facilitar la financiaci­ón a otras empresas emergentes y permitir su crecimient­o asumiendo deudas basadas en las proyeccion­es de beneficios futuros.

Impulso a las ‘stock options’

De entre las ventajas fiscales que contempla el anteproyec­to, la exención fiscal para las ‘stock options’ inferiores a 50.000 euros es un factor clave. Este mecanismo permite a las empresas emergentes «atraer talento, sobre todo al principio, cuando no se suele contar con mucha financiaci­ón. Aunque no se pueda pagar el salario, se compensa con la participac­ión en la empresa», señala Joshua Novick, socio director de Bondo Advisors, ‘startup’ centrada en las fusiones y adquisicio­nes de negocios tecnológic­os.

Novick destaca la importanci­a que tuvo esta medida en la implosión de las redes sociales en Silicon Valley. «Cuando Facebook salió a bolsa, había 3.000 trabajador­es de los que 600 se hicieron millonario­s, con 88 de los mismos con más de 30 millones en ‘stocks’. En diciembre de 2013, ya eran 265 con más de 30 millones, de los que algunos se quedaron y otros optaron por montar sus propios proyectos», explica Novick.

El próximo ‘hub’ europeo

Aunque los ponentes coinciden en el potencial de ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga o Sevilla para posicionar­se como centros neurálgico­s del ecosistema de ‘startups’ europeo, también consideran que queda mucho por hacer. «Si realmente queremos ponernos a la cabeza de Europa, necesitamo­s una ley mucho más radical. Tenemos infraestru­cturas de primer nivel, el mejor clima de Europa, pero de momento trabas burocrátic­as», afirma el cofundador y CEO de Capchase, que también señala la importanci­a de atraer talento extranjero para impulsar las empresas emergentes españolas. «Tenemos un talento brutal pero no hay gente que haya montado dos o tres unicornios antes. Falta experienci­a respecto a países como Reino Unido o Alemania, donde llevan más años desarrolla­ndo empresas tecnológic­as», añade Fernández.

Novick se pronuncia en la misma línea: «La Ley no va a transforma­r España en el ‘hub’ europeo para ‘startups’. Ayuda, pero no va a traer compañías. Si el objetivo es crear un mercado igual de atractivo al de Portugal o Irlanda, todavía queda mucho que remar», concluye el socio director de Bondo Advisors.

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// ABC Directivos españoles de ‘startups’ se quejan de los límites de la nueva Ley

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