Oriente Medio, sede universal del deporte
El Mundial de Catar, la Fórmula 1, MotoGP, el nuevo golf, el Dakar o el tenis se van al Golfo Pérsico
El nuevo edén del deporte proviene de una mezcla de desierto, petróleo y gas. Son los nuevos propietarios del ocio, países que hace años hubiese costado localizar en el globo terráqueo y que se han constituido como sede oficial de las principales competiciones: Bahréin, Catar, Abu Dabi, Dubai y, en el último lustro, Arabia Saudí. Un nexo común los conecta: el dólar. Nada que el dinero no pueda conseguir: un Mundial de fútbol casi navideño que altera todos los torneos del deporte rey o unos Juegos de Invierno con nieve artificial proyectada sobre montañas en un desierto.
Con el paso de los años, la lista de certámenes con sede en Oriente Medio se vuelve cada vez más extensa. El Mundial de fútbol en Catar (200.000 millones de presupuesto, el mayor de la historia), la Supercopa de España en Jeddah (Arabia), la Fórmula 1 con cuatro carreras el año pasado (Bahréin, Catar, Abu Dabi y Jeddah), el nuevo formato millonario del Golf LIV (aunque con sedes a distancia), un gran premio de MotoGP en Losail (Catar), el rally Dakar en el desierto de Arabia, la Fórmula E precursora cerca de Riad, el Mundial de Atletismo en Doha, el nuevo circuito de pádel, el equipo del doble ganador del Tour, Pogacar (con Emirates), o el Bahréin de Mikel Landa, un partido de la NBA en octubre en Abu Dabi, el glamour de la alfombra roja de los premios Laureus, el primer torneo del año de tenis en Doha, la mejor carrera de cabalos de la historia en Dubái (seis millones de euros)... Una secuencia que crece sin parar.
Blanqueo político
El deporte como vehículo para blanquear la imagen de países inmersos en conflictos bélicos (en el último GP de Arabia de Fórmula 1 se lanzó un misil junto al circuito por la guerra que la nación mantiene con Yemen), discriminación de género o explotación laboral (6.500 trabajadores muertos en las labores del Mundial de Catar, según una investigación de The Guardian) y siempre respaldado por sus líderes políticos.
El Mundial de Catar será el del aire acondicionado. Una cadena de estadios (Al Shamal, Al Khor, Al Gharafa, Al Rayyan...) con comodidades desconocidas. Uno con forma de barca para cruzar al cercano archipiélago de Bahréin. Y en el Khor, vistas al Golfo Pérsico desde el asiento.