ABC (1ª Edición)

La extraña fuga de Wass

El Atlético traspasa de repente al lateral danés, fichado hace medio año y al que Simeone obligó a jugar lesionado

- MICHAEL VIPERINO

Daniel Wass (33 años) jugó 20 minutos en el Atlético de Madrid con la pierna destrozada. Y ya nada más. No tiene ni tendrá más biografía oficial como futbolista rojiblanco. Ayer, horas antes de que diera comienzo la Liga, dos días antes del estreno de su equipo, el danés fue traspasado por sorpresa al Brondby, el club donde se inició. No se han cumplido ni siete meses del anuncio de su controvert­ida y desesperad­a llegada y ya se despide. Con solo medio partido a sus espaldas y una de las travesías más surrealist­as y desconcert­antes que se recuerdan por el Metropolit­ano.

Su fichaje, en el mercado de inviernos del curso pasado, ya fue raro. Un poco conflicto y un poco capricho. El Atlético necesitaba un lateral derecho que parcheara la salida a destiempo del inglés Trippier y los informes de la secretaría técnica se fijaron en el danés, que jugaba de medio defensivo en el Valencia, pero al que el Big Data adjudicaba algunos minutos de experienci­a como carrilero derecho. Aunque la actual institució­n ché no perdona una oportunida­d de hacer caja, la operación indignó a su entrenador, Pepe Bordalás, que veía cómo le birlaban una pieza fundamenta­l a mitad de curso. Y también escoció en el propio club colchonero, al que le sonó a innecesari­o invertir tres millones de enero por alguien al que tan sólo unos meses después podían incorporar gratis. Terminaba contrato el 30 de junio. Pero Simeone dijo que sí o sí y nadie manda más que en él en la entidad de las rayas.

Wass firmó por el Atlético, contrato hasta final de temporada y una más, casi como fichaje estrella. Alguien importante para ocupar un vacío tremendo y devolver a Marcos Llorente a su posición natural de centrocamp­ista. De hecho, Simeone le convocó casi nada más salir de su presentaci­ón y le hizo jugar ni más ni menos que en el Camp Nou, ante el Barcelona. Vrsaljko completaba otro desastre de actuación y el Cholo acudió al danés tras el descanso.

No le dio tiempo a hacer mucho a Wass. Poco después, una entrada brutal de Ferran Torres lo mandó directo al hospital. O así debería haber sido. Pero su jefe no se lo permitió. En una imagen impactante que dio la vuelta al mundo viral, mientras era atendido sobre el césped por el doctor Celada, Simeone se acercó enojado, apartó de un empujón al galeno y agarró al rubio futbolista bruscament­e del brazo para que se levantara y siguiera jugando. Al Atlético ya no le quedaban más cambios y con el Cholo no existen, o no se autorizan, los dolores.

Wass tuvo que terminar el partido, pero, obvio, sin movilidad natural en su pierna dañada. Al pitar el árbitro, se tumbó de nuevo en la hierba, y a su conmovedor imagen de dolor se acercaron después de un rato Savic, Correa, Ferrán Torres y Jordi Alba. A la mañana siguiente, el jugador fue examinado y diagnostic­ado con un esguince de rodilla grado II. Wass se quejaba por algo. Un mes de baja.

Cuando recibió el alta, el futbolista que un mes antes era objetivo prioritari­o para el entrenador, obligatori­o, pasó a formar parte del mobiliario del equipo. No volvió a jugar un minuto. Ni en el lateral derecho ni en ningún otro lugar. El responsabl­e de que Simeone se viera señalado y afeado por su conducta sin escrúpulos dejó de ser considerad­o. El técnico huyó de las respuestas cuando se le preguntó por el asunto.

Este verano, temporada nueva, vida nueva, Wass apareció en todas las quinielas como futbolista del que prescindir. Las filtracion­es eran inequívoca­s. Sin embargo, empezaron los partidos de pretempora­da y el danés se insinuó como un jugador útil, muy del gusto de Simeone por su polifuncio­nalidad. Lateral derecho, central derecho y mediocampi­sta. Buen trato de balón, sentido defensivo y hasta un golazo ante el Cádiz por un zapatazo desde fuera del área. Convincent­e.

Y entonces, muy a su modo, casi cuenta un traspaso intempesti­vo así por temporada (Heitinga, Jurado, Thomas...), el Atlético lo vende de repente. Anunció ayer que se va al Brondby. Un millón y medio de euros por el traspaso, el ahorro correspond­iente de la ficha (casi dos) y un cortés mensaje de despedida en el tuit oficial del club: «Acuerdo con el Brondby para el traspaso de Wass. ¡Te deseamos mucha suerte en este nuevo reto profesiona­l!».

Cosa del jugador, un problema personal, argumentab­an en voz baja los portavoces oficialist­as. El caso es que Wass ya es pasado en el Atlético. Seis meses de estancia después y 45 minutos de juego (la mitad de ellos con la pierna rota) ya no está en Madrid.

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// ABC Daniel Wass, ayer, con la camiseta del Brondby

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