LA CULEBRA RENACE TRAS EL FUEGO GRACIAS A VECINOS Y VOLUNTARIOS
La fauna silvestre regresa a la sierra zamorana mientras los ganaderos evalúan el desastre
Han pasado más de veinte días desde que se apagó el último fuego, pero el ambiente en la sierra de la Culebra sigue igual de cargado desde hace más de un mes. El olor de los árboles calcinados se ha adueñado de todo el pueblo de Tábara, donde los restos de paja, ramas, escombros y tierra quemada se encuentran a simple vista amontonados en cualquier esquina. Jóvenes y mayores colaboran para adecentar lo poco que no ha sucumbido a las llamas. Milagrosamente, porque nadie se lo explica, zonas emblemáticas como el bosque de Tábara o la ermita de San Mamés han quedado intactas… pero todo lo demás está calcinado. Más de 60.000 hectáreas, que suman en conjunto el cuádruple de todo lo que quemó el volcán de Cumbre Vieja en La Palma, pero no verán una cobertura igual para la sierra de la Culebra.
Estamos hablando de Zamora, de la España vaciada, en un contexto donde los incendios continuos de la Península han ido desviando la atención de unos a otros.
De vez en cuando en el camino asoma algún brote verde, pero veinte días son pocos para que los montes se recuperen de una catástrofe como esta, y menos aún cuando el mismo terreno ha sufrido dos oleadas de incendios con apenas un mes de diferencia.
Entre todos, el sector que más ha sufrido el envite del fuego ha sido el agrícola. Los trabajadores del campo no cesan de repetir lo mismo cuando se les pregunta sobre cómo ven el futuro de su negocio, su sustento. Ninguno sabe qué va a hacer sin cosechas para vender y sin forma de alimentar al ganado que ha sobrevivido. Esta situación no ha pasado desapercibida para los miembros de Tracción Noroeste 4x4, una asociación que se está encargando de transportar alimento para los ganaderos. «Nos gusta colaborar siempre en rescates, catástrofes, incendios… Nuestra filosofía es ayudar», explica para ABC Rubén Feliz, coordinador de Tracción Noroeste 4x4. Desde el momento en el que se marchó el último bombero, este joven tenía claro que era hora de movilizar a toda su asociación y ayudar a los ganaderos de la sierra de la Culebra, Tábara y Losacio. «Sabiendo que los ganaderos han sido el sector más afectado, decidí lanzar una campaña a través de nuestras redes sociales».
Unidos contra el fuego
A través de la etiqueta #ZamoraUnida, Feliz ha sido capaz de juntar más de 15 vehículos todoterreno, perfectos para recorrer las dunas, montañas y praderas que separan los pueblos de la zona. «Nos gusta la montaña, nos gusta conducir y sobre todo nos gusta ayudar. Realizando estas donaciones disfrutamos de nuestros 4x4 y apoyamos a nuestros ganaderos», comenta Feliz, a la sombra de un muro, mientras un tractor descarga el forraje que ha traído en su Jeep Wrangler para un ganadero de Villarrín de Campos. A Feliz le acompaña otro granjero local, afortunado por no haber perdido sus cosechas, y el donante principal del forraje de esta entrega. «Es una tristeza todo. Vi los vídeos en Instagram y se me partió el alma. Gente que ha trabajado toda su vida en este negocio, han sacado adelante a sus familias con lo poco que tenían… y ahora no les queda nada».
Sin la ayuda de vecinos anónimos y granjeros locales, Tracción Noroeste 4x4 no habría sido capaz de cumplir con el abastecimiento prometido: «La situación es crítica para más de treinta ganaderos. Si no nos ayudamos ahora entre nosotros, cuando quiera llegar la ayuda del Estado… las ovejas pueden estar en el matadero o a saber qué ha podido ser de ellas». Para evitar un final trágico, Rubén Feliz se ha encargado personalmente de contactar con todas las explotaciones de la zona para conocer la ayuda que precisa cada uno de ellos. Una vez descargado todo el forraje, este voluntario se despide y pone el Jeep en marcha hacia el próximo punto de entrega. No hay tiempo que perder.
Jabalíes, ciervos y corzos
Ahora, con la escasez de alimentos para el ganado controlada gracias a la solidaridad de los vecinos, la siguiente cuestión es aclarar cuándo va a poder volver la fauna local a los bosques y cordilleras. Si bien ya se puede observar la tímida presencia de algunos jabalíes, ciervos y corzos, la estampa que dejan en los bosques negros y esqueléticos de la Culebra es aún desgarradora.
Los animales que huyeron a tiempo de las llamas ahora vuelven a los montes solos y heridos, visiblemente afligidos, con marcas y quemaduras provocadas por el fuego. Impacta ver lo desorientados que se muestran, buscando entre los restos algún matojo o hierbajo verde del que alimentarse. Según la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, queda aún mucho tiempo, al menos hasta la primavera del año que viene, para que la fauna herbívora autóctona se pueda alimentar de nuevo en buenas condiciones.