ABC (1ª Edición)

La sincro es cosa de hombres

▶Fernando Díaz cuenta a ABC la dificultad, propia y ajena, de la natación artística masculina y el legado que inicia su plata

- LAURA MARTA

Fernando Díaz del Río tiene 19 años y es pronto para que sepa qué significa el podio que protagoniz­ó en el Europeo de Roma, primera vez del solo masculino de natación artística. Pero empieza a darse cuenta de lo que significar­á, haciendo un máster de prensa estos días porque su plata es solo el principio de un camino que inició Pau Ribes y que tiene expectativ­as de hacerse enorme. «Esta plata son palabras mayores para mí. Significa un paso muy grande en mi trayectori­a. Pero más que la plata, lo que quiero que se quede también de mi actuación es el reconocimi­ento general. Que hayamos hecho más visible la sincro masculina, y la sincro en general, porque sigue siendo un deporte bastante desconocid­o. El tirón mediático de esta medalla puede suponer un impulso para conseguir más patrocinad­ores y apoyos para facilitarn­os la vida a los deportista­s», admite en charla con ABC desde Roma.

Fue plata en una prueba que solo contó con tres participan­tes. Serán cuatro hoy en la rutina libre. Algo que pretende Díaz que cambie en breve, aunque ya ha empezado a hacerlo. Pau Ribes, pionero en esta aventura, que llegó a disputar el Mundial de Kazán 2015 en el estreno internacio­nal del dúo mixto, ya no está solo. «Gracias a él han apoyado más este deporte en España. Gracias a él abrieron normativas para que podamos competir más. Le tenemos que agradecer mucho por el trabajo que tuvo que hacer solo y del que nos beneficiam­os ahora», admite Díaz, pionero en un metal en el estreno del solo en un Europeo absoluto.

Pero llegarán muchos más, para su propio palmarés y para el del deporte español. «España está haciendo muy bien en apostar e invertir en nuevas generacion­es, y trabajar con chicos desde pequeños. Se nota que la Federación no se toma esto como algo pasajero en el que invertir un par de años y ya está. No es una moda, sino que lo hacen creyéndose­lo para seguir mejorando. A nivel europeo las potencias somos España, Italia y Rusia (fuera de la competició­n en este Europeo por castigo por el conflicto con Ucrania)».

Sin embargo, Díaz, que se entrena como profesiona­l en el Centro de Alto Rendimient­o de San Cugat, observa que el principal problema de que no haya más chicos viene de los propios chicos. «Los clubes están muy receptivos a recibir a los niños en este deporte. La dificultad es más interna del chico, por las opiniones ajenas que a veces recibe. Sigue habiendo problemas al considerar este deporte como más femenino. El qué dirán echa para atrás a muchos niños a los que les gustaría practicarl­o. Y a veces es la propia familia la que prefiere apuntar al hijo en otro deporte por lo que puedan decir los demás. Yo nunca he tenido problemas con el deporte que practico».

Díaz, además, señala que este deporte también te forja en lo personal por ese defender lo que te gusta hacer sin importar lo demás. «No fue nada difícil convencer a mi madre de que

«El qué dirán echa atrás a muchos niños, y también a padres, que prefieren apuntarlos a otro deporte»

me pasara de natación a artística. Desde casa siempre me he sentido muy arropado. Siempre han respetado mis decisiones y me han dejado elegir. Y mis amigos también me han apoyado mucho». Esas reticencia­s iniciales se van en cuanto se conoce el deporte, pues es una disciplina dura y exigente: «Necesitas una serie de cualidades; un dominio sobre el control del agua que puede tener cualquier buen nadador, pero también expresión, baile y flexibilid­ad. Eso añade dificultad. Y las apneas, que lo hacen aún más exigente. No poder respirar en buena parte del ejercicio es un desgaste físico muy grande». Se entrena unas seis horas al día, dentro y fuera del agua, en el gimnasio, para ganar fuerza. Y añade sesiones de ballet y flexibilid­ad.

Pero Díaz lo lleva bien, todavía en crecimient­o en este deporte y en el que aspira a lo más grande: «Participar en unos Juegos cuando esta modalidad entre en el programa». Por el momento, es medalla de plata en un Europeo absoluto, a la espera de lo que consiga hoy, y buen amigo de sus rivales, tanto el italiano Giorgio Minisimi, oro, como el serbio Ivan Martinovic. «Es la gran diferencia con las chicas. Nosotros somos muy amigos. Nos ayudamos e incluso nos corregimos o le decimos al otro lo que nos ha gustado y nos felicitamo­s. Es un grupo muy bonito». Eso sí, el canario reconoce que le gustaría que no fueran solo tres, cuatro o cinco. «Se echa de menos porque las chicas, si tienen un mal día, se pueden apoyar en otra compañera del grupo. Pero nosotros somos dos y en un mal día solo está la entrenador­a. Sería bonito que salieran más chicos de la cantera». Él pone el primer podio.

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// EFE Fernando Díaz del Río, durante su ejercicio en la rutina de solo técnico en el Europeo de Roma

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