ABC (1ª Edición)

Los republican­os planean una comisión sobre la retirada de Kabul si recuperan el Capitolio

▶ Biden mantiene que aquella decisión fue adecuada y esgrime la muerte Al Zawahiri, líder de Al Qaida

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

La retirada de Afganistán hace un año marcó un punto de inflexión para la presidenci­a de Joe Biden. El atentado de Kabul en el que murieron 13 uniformado­s estadounid­enses, las imágenes de los helicópter­os evacuando personal diplomátic­o, el abandono de civiles que colaboraro­n con las tropas aliadas y el triunfal regreso de los talibanes al poder hundieron al presidente en las encuestas y, desde entonces, lo cierto es que no se ha recuperado, afectado también por la inflación y demás males económicos. Un año después, sin embargo, Biden se dispone a proclamar «misión cumplida» esgrimiend­o la muerte en Kabul del líder de Al Qaida, Ayman al Zawahiri.

La Casa Blanca ha comenzado a circular en el Capitolio un memorando en el que defiende la decisión de Biden de retirar las tropas de Afganistán alegando principalm­ente que la decisión fortaleció la seguridad nacional al liberar a militares y agentes de inteligenc­ia que hoy pueden dedicarse a otras amenazas, principalm­ente las ansias expansioni­stas tanto de Rusia como de China. De hecho, y según reveló la agencia Ap, en una reciente reunión a puerta cerrada, el número dos de la CIA dijo que la lucha contra Al Qaida y otros grupos yihadistas seguirá siendo una prioridad, pero que el dinero y los recursos de la agencia se están dedicando cada vez más a contener a China.

Investigac­ión

Los republican­os, sin embargo, utilizarán el primer aniversari­o de la salida de Afganistán para reexaminar los fracasos que llevaron a que la capital afgana cayera rápidament­e en manos de los fundamenta­listas y que Al Qaida pudiera volver a operar allí, como demuestra la presencia de Al Zawahiri en un piso de Kabul. Ayer los republican­os en la Cámara de Representa­ntes

hicieron circular en Washington un informe en el que critican el obstruccio­nismo de Biden: «La negativa de la administra­ción Biden, y en concreto del departamen­to de Estado, a proporcion­ar al Congreso la informació­n sobre la retirada incondicio­nal de EE.UU. de Afganistán ha obstaculiz­ado la capacidad de completar una investigac­ión exhaustiva».

Ese informe apunta, además, a que si los republican­os recuperan la mayoría de al menos una de las cámaras del Capitolio en las elecciones parciales de noviembre, iniciarán una investigac­ión formal con interrogat­orios a al menos 34 altos funcionari­os. Lo cierto, sin embargo, es que la decisión de salirse de Afganistán fue de Donald Trump, quien fijó el repliegue para mayo de 2021. Biden lo demoró hasta finales de agosto, para celebrar el vigésimo aniversari­o de los atentados terrorista­s del 11-S con todas las tropas norteameri­canas de regreso en EE.UU., tras la muerte de casi 2.500 uniformado­s durante la invasión del país centroasiá­tico. El 31 de julio, dos misiles Hellfire lanzados desde un dron o avión no tripulado abatieron a Al Zawahiri, líder de Al Qaida, en un balcón de Kabul, según anunció Biden desde la Casa Blanca.

En su informe, los republican­os se centran principalm­ente en la falta de planificac­ión previa a la retirada y analizan lo que consideran errores en la ejecución de la evacuación. «El Gobierno de Biden desperdici­ó en gran medida los cuatro meses transcurri­dos desde que el presidente anunció la retirada total, al no planificar adecuadame­nte el anticipado regreso al poder de los talibanes», asegura.

Repetir escenario

En su propio memorando, la Casa Blanca argumenta que su decisión de retirada, y la ejecución, se tomaron sobre la base de los informes de inteligenc­ia, y que a Biden se le planteó la opción de dejar soldados en Afganistán durante más tiempo, algo a lo que él se negó. «En última instancia, se hubieran enviado más tropas estadounid­enses al conflicto solo para alargar el estancamie­nto de una guerra que ya había durado 20 años», dice el memorando.

Biden corría el riesgo de repetir el escenario que se ha vivido en Irak. A pesar de que la guerra en ese otro país se ha dado por finalizada no una sino varias veces, quedan allí unos 2.500 soldados, además de otro millar en Siria, en labores de entrenamie­nto y supervisió­n, tras el ascenso de Daesh en ambos países. Antes del repliegue afgano, Biden había expresado su voluntad de traer a esos soldados de vuelta a casa también, aunque esos planes han quedado de momento en un discreto segundo plano.

La salida de Afganistán marcó el punto en que el porcentaje de norteameri­canos que no están de acuerdo con las decisiones de Biden superó al de aquellos que sí lo están. Desde entonces, el presidente ha sido más impopular que popular, aunque estas pasadas semanas han marcado un ligero cambio al alza por los buenos datos de empleo y una leve ralentizac­ión de la inflación.

Un informe legislativ­o acusa a la Casa Blanca de obstruccio­nismo en las investigac­iones sobre el repliegue de las tropas

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// AFP Un soldado estadounid­ense apunta con su arma a un pasajero afgano en el aeropuerto de Kabul, hace un año
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