Arranque de agosto

Ya ha pasado la mitad del mes de agosto y, contra lo que algunos pensaban, la bolsa lo está haciendo muy bien este verano. La semana pasada el Ibex subió un 3% y encadenó la serie de días subiendo más larga desde hace tiempo.

Desde los mínimos de hace un par de meses la Bolsa mundial ha recuperado más de un 10% lo que sirve para desmontar alguno de esas recomendaciones de los malos consejeros que aprovechándose de las miserias humanas en su relación con el dinero que tan bien describió Kahneman, no dejan pasar la oportunidad de hacer como que hacen cuando los titulares empeoran para vender

Bolsa casi siempre a destiempo.

Tratar de anticipar lo que va a hacer la bolsa es siempre tarea difícil. Y lo fácil siempre es ir con el rebaño amparándose en una de las excusas más burdas que existe en esto del asesoramiento financiero: dormir tranquilo.

La historia nos enseña que el 80% de la rentabilidad el mercado te lo da en el 20% del tiempo. Y, normalmente, ese periodo suele coger al inversor con el pie cambiado. Quien trata de ganar entrando y saliendo de la bolsa al calor de los titulares lo que consigue es lo contrario: un porcentaje elevadísimo de inversores que han invertido en la Bolsa americana estos últimos 100 años, que es el periodo más largo sobre el que tenemos datos, han perdido dinero. ¿Cómo lo han hecho? Entrando y saliendo a destiempo.

Lo que está pasando este verano en los mercados que, para muchos es el último verano, es una muy buena muestra de que la Bolsa suele hacer lo que más daño provoca a los inversores. En el caso que nos toca parece claro que lo que más dolía era subir, sobretodo si tenemos en cuenta la psicosis en la que estamos instalados. Mirando para adelante no voy a ser yo quien haga predicciones pero mi recomendación sería que no se fiaran los que de buena fe tratan de hacerle un favor animándoles a vender Bolsa porque a lo mejor les permite dormir unos días algo más tranquilo si el calor se lo permite pero, desde luego, lo que no van a lograr son mejores rentabilidades, todo lo contrario. En esto de las inversiones, como en otras muchas cosas en la vida, quien bien le quiere le hará sufrir. Al menos un poco.