ABC (1ª Edición)

Un paseo con los melancólic­os

El nieto de uno de los fundadores, el hijo del presidente más emblemátic­o y uno de los candidatos que perdió ante Jesús Gil las últimas elecciones. Encuentro sobre las cenizas del Calderón para hacer memoria del Atlético de Madrid

- JOSÉ IGNACIO FERNÁNDEZ MADRID

Vicente Calderón hijo (83 años) llega a la cita 45 minutos antes de la hora fijada. «Me gusta llegar con tiempo», dice. Espera tomando un café con leche en una terraza frente a las grúas, las montañas de escombros y las nuevas torres de pisos que hoy tiñen de gris el paisaje que su padre dibujó en rojo y blanco hace casi 60 años levantando el estadio Vicente Calderón, entonces llamado Manzanares. En esa empresa lo ayudó Salvador Santos Campano (85 años), su mano derecha y vicepresid­ente primero durante 16 años. Llega el segundo al encuentro y trae una fotografía en la que aparecen Vicente Calderón padre, hijo y él, viendo las obras de un incipiente Calderón. Ambos se miran y coinciden en un calificati­vo: pena. «Duele, porque costó mucho trabajo sacarlo adelante, tuvimos todo en contra: autoridade­s, economía... Y se consiguió y fue el primer estadio con todos los espectador­es sentados, el más moderno de España, era un orgullo para nuestro club», asegura Santos Campano.

El tercero en sumarse es José Luis Acha (60 años), nieto de Eduardo de Acha, uno de los fundadores del Atlético de Madrid. «Recuerdo cuando era un niño que pagamos el abono cinco años por adelantado para ayudar al club a la construcci­ón de la tribuna principal, que aún estaba sin cubrir», rememora. Y los tres se embarcan en un viaje por el tiempo recorriend­o la historia del Atlético de Madrid, que el miércoles cumple 120 años.

—José Luis Acha. «Si mi abuelo levantara la cabeza y viera lo que es el Atlético hoy, se volvía para la tumba». —Vicente Calderón. «Ahora es otro fútbol, otra filosofía de vida». —Salvador Santos Campano. «Entonces estábamos ahí para ver qué podíamos dar por el club, no para ver qué nos podíamos llevar. Ahora van a ver qué se pueden llevar».

—J. L. A. «Mi abuelo me contó cómo fundaron el Athletic de Madrid. En la final de Copa de ese año el Athletic de Bilbao ganó 3-2 al Real Madrid, pero quedaron espantados por el comportami­ento del público y el mal perder de sus jugadores, lejos del talante de caballeros de la época. Así que se decidió crear otro club en Madrid, con una filosofía distinta, que se fundó como sucursal del Athletic en Madrid». —S. S. C. «O sea, por oposición al Madrid. Antimadrid­ismo desde el primer día». —J. L. A. «En esa época jugar al fútbol era un lujo para los que podían permitirse hacer deporte. No tiene nada que ver, no ya con ahora, sino con la época del Marqués de la Florida, que arruinó el club, o de Javier Barroso».

—S. S. C. «Ahí llega Calderón. El primer día en la oficina tuvo que avalar un embargo que llegó en ese momento... eso para empezar. El club estaba desprestig­iado, sin un duro, con un estadio malvendido». —Vicente Calderón. «Regalaron el antiguo Metropolit­ano. Mi padre lo primero que hizo fue leer el contrato de venta. Lo habían malvendido casi por una décima parte de su valor sólo para recuperar las letras que habían firmado. Y mi padre les dijo a los nuevos dueños: ‘de aquí no me voy hasta que no esté terminado el nuevo estadio’».

—S. S. C. «Y les sacó dos años y 30 millones más».

—V. C. «Hubo que traspasar a Jorge Mendonça para terminar la tribuna principal. Y es que mi padre tenía una filosofía: ‘primero el campo, y después los jugadores; si tenemos un buen campo, tendremos buenos jugadores’. El continente antes que el contenido. Pero mereció la pena. En una Asamblea, los socios se levantaron y dijeron que el campo tenía que llevar su nombre. Es la única vez que vi llorar a mi padre, se le saltaron las lágrimas».

—J. L. A. «Que los socios te hagan ese reconocimi­ento tuvo que ser muy emocionant­e. Ahora sólo somos clientes, no se nos escucha».

—S. S. C. «¡Si ya no existen los socios! Los socios antes vivían el club, vivían su sociedad, el día a día».

—V. C. «En el régimen anterior no se votaba nada, pero el fútbol se votaba. En este régimen vota todo el mundo, menos el fútbol. Esto son las sociedades anónimas deportivas».

—J. L. A. «Las sociedades anónimas son el problema de todo esto. La Ley prohibía que tuvieran más de una sección y a ellos les dio igual. Se cargaron el hockey, el boxeo, el balonmano, que Salvador lo sabe bien».

—S. S. C. «Con seis títulos nacionales que teníamos... Es una pena, el club debe ser polideport­ivo y tener más secciones, como toda la vida. Costaba muy poco dinero y daba títulos y prestigio al club». —V. C. «Antiguamen­te ser presidente de un club era más importante que ser ministro. Y tenían que elegirte, no podías comprarlo. Ahora sólo ponen cuatro pesetas, que se las llevan antes de ponerlas. Como aquí, con un delito de apropiació­n indebida, pero como había prescrito... Y luego está el reparto de los derechos de televisión. Yo no tengo por qué llevarme diez si estos dos se llevan 40. O si no, yo no juego a esto. Pero claro, para pelear por esto hay que tener la conciencia muy limpia».

—S. S. C. «El primer contrato de televisión que firmé, con Rosón como director general de RTVE, era para que todos los clubes cobraran igual, 25 millones de pesetas».

—J. L. A. «Y se competía de igual a igual en fichajes. Los brasileños venían acá».

—S. S. C. «Fichar a Leivinha y Luiz Pereira fue de casualidad. El doctor Ibáñez y yo íbamos en un avión a por un jugador brasileño que tenía una afección cardiaca, Ivo, y coincidimo­s con el Palmeiras, que venía de ganar el Carranza. Y empecé a hablar con Leivinha y Pereira para que vinieran. Quedé con ellos dos días después en Sao Paulo, el doctor les hizo el reconocimi­ento médico, y había que subirlos en un avión de vuelta porque al día siguiente se acababa el plazo de inscripció­n. El presidente del Palmeiras me dijo que se iba a armar buena con la afición. Y efectivame­nte allí se quedó un follón de tres pares de narices».

—V. C. «Mientras tú, Salvador, negociabas, mi padre tenía que hacer la Junta General de socios y quería subir la cuota 25 pesetas. Y decía: ‘me van a correr a gorrazos’. Pero cuando entró a la Junta y dijo que estaban firmados, como acababan de ganar el Carranza y todo el mundo había visto cómo al Madrid se lo habían pasado por la piedra, dijeron: ‘las 25 pesetas y lo que usted diga’». —S. S. C. «Pero mira, con los años también la gente se volvió contra el palco. Año 1980. Necesitába­mos otro presi

Eduardo de Acha

Fundador y presidente

Considerad­o el padre del Atlético de Madrid. Uno de sus fundadores y su segundo presidente (1903-1907). Su nieto José Luis (60 años) es miembro de la peña ‘Los 50’.

Vicente Calderón

Presidente

Presidente más longevo, en dos etapas: 1964-1980 y 1982-1987. Ganó cuatro Ligas, cuatro Copas, una Interconti­nental y una Supercopa. Su hijo Vicente (83) fue vicepresid­ente del Madrileño.

Salvador Santos Campano

Directivo y candidato en las últimas elecciones

Fue vicepresid­ente de Vicente Calderón en su primera etapa, durante 16 años. Calderón decía que se apoyaba en él para que ejerciera «el papel de malo». Antes fue responsabl­e de la sección de balonmano, con Javier Barroso, del que antes había sido guardameta. Se presentó como candidato a las elecciones de 1987, que ganó Gil.

dente. Y de todo lo que se había presentado, el prestigio era de Alfonso Cabeza: 25 años de socio, director de La Paz, yerno de Navarro Rubio. Pero nos reunimos con él y lo primero que nos dijo es que quería ponerse un sueldo de 500.000 pesetas. Eso no funcionaba así. Nosotros teníamos todos nuestro trabajo del que vivíamos. Las Juntas las hacíamos a las ocho de la noche cuando salíamos del trabajo».

—V. C. «El tío se fue a la Vuelta España con la Cadena SER y cobraba por las entrevista­s. Era algo deleznable. Creó un déficit de 1.500 millones. Y mi padre tuvo que volver, pero ya no se encontraba bien de salud. No tenía que haber vuelto jamás».

—J. L. A. «Y traspasó a Hugo Sánchez al Madrid... Y eso que al principio hubo runrún en la grada con el mexicano, porque le ponían de extremo».

—V. C. «Hugo le dijo a mi padre que quería ganar más dinero y que tenía una oferta de Ramón Mendoza. Mi padre le contestó que eso así no podía ser y Hugo le dijo: ‘yo le prometo que si me traspasa, la Copa del Rey la ganamos’. Y se la ganamos al Athletic con dos goles de Hugo. Así que mi padre habló con Mendoza y le dijo: ‘yo no puedo mandarte al jugador de mis oficinas a las tuyas, tenemos

que buscar un tercero’. Y el América de México pagó 200 millones y después se fue al Real Madrid».

—S. S. C. «A la afición no le sentó demasiado bien. Pero en ningún momento la tomaron contra Vicente. La tomaron contra Hugo, llamándolo pesetero. Y la verdad es que lo era. Andaba siempre mirando la peseta».

—J. L. A. «En las elecciones del 87, tú, Salvador, te presentast­e, ¿no?»

—S. S. C. «Sí, pero mal... Aquello fue un guirigay. Las elecciones las ganó José María García, que apoyó a Gil y todos sabemos por qué...».

—J. L. A. «Como socio que fui a votar,

José Luis Acha

«Quedaron espantados por el comportami­ento del público del Madrid y el mal perder de sus jugadores; así que se decidió crear otro club con otra filosofía»

Vicente Calderón

«En el régimen anterior no se votaba nada, pero el fútbol se votaba. En este régimen vota todo el mundo, menos el fútbol»

Salvador Santos Campano

«Entonces estábamos ahí para ver qué podíamos dar por el club, no para ver qué nos podíamos llevar. Ahora van a ver qué se llevan»

yo creo que las ganó García y todo lo que se montó con Paulo Futre. No había ni discusión. Estaba claro quién iba a ganar. Y luego ya no hubo elecciones en el 91 y nunca más las volvió a haber».

—S. S. C. «Gil vio esto como un negocio para medrar políticame­nte. Ganó un doblete y no consiguió más porque habló demasiado».

—J. L. A. «Entre lo que se llevó por un lado, Marbella, la política... vino la intervenci­ón judicial, la incertidum­bre de los futbolista­s de si iban a cobrar... y a Segunda».

—V. C. «Si los jugadores no cobran... Un día mi padre comentó que estaba pensando en bajar los salarios y Luis dijo: ‘la miseria, en todos los estamentos del club, menos en el vestuario’. Y eso uno lo aprendió».

—J. L. A. «Luego todo fue gracias a Simeone. Si no aparece aquí hace doce años, no sé dónde estaríamos».

—V. C. «Cuando llega Simeone había un gran malestar social. Y ahora estamos en la Champions todos los años. Aunque la Copa de Europa no es la de entonces. Recuerdo cuando ganamos la primera Liga, en Sarria (1966), y el Marca tituló: ‘El Manzanares verá la Copa de Europa’».

—S. S. C. «La final que perdimos en Bruselas contra el Bayern, después de la muerte de mi madre es lo que más he sentido en mi vida. La teníamos ganada. La merecíamos, habíamos hecho una Copa de Europa fenomenal, habíamos traspasado hasta la mala suerte con el árbitro Babacan... Este señor hasta salió a bofetada limpia en Glasgow en el vestuario».

—J. L. A. «El futuro dependerá de que nos toque la Primitiva. Porque si viene un israelí, un americano o un polaco, como se habla, que no conozcan el club, se lía la Guerra Civil».

—V. C. «Lo tiene que llevar un tío de aquí, que cuando vaya a tomar café la gente le diga: ‘oiga presidente, que esto así no va’. Eso hacía mi padre».

—S. S. C. «Del Atleti se nace, no te haces. Y me moriré del Atleti».

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NAVARRO // GUILLERMO UN SÍMBOLO DE HISTORIA José Luis Acha, Vicente Calderón y Salvador Santos Campano, en el paseo de los Melancólic­os de Madrid, delante de los terrenos en obras donde no hace mucho se levantaba el estadio Vicente Calderón
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