ABC (Andalucía)

CONSENSO EN ALEMANIA, ALIVIO EN EUROPA

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LA gran coalición entre conservado­res y socialdemó­cratas en Alemania dio ayer un primer paso tambaleant­e, a la vista de que estos últimos apoyaron el acuerdo con Angela Merkel con una profunda división interna. 362 delegados votaron a favor y 279 lo hicieron en contra. El líder socialdemó­crata, Martin Schulz, se comprometi­ó en campaña electoral a no repetir la coalición con Merkel y esta promesa parecía coincidir con un amplio sentir de los votantes socialista­s. Sin embargo, el auge de la extrema derecha, a lomos de los errores de Merkel en su política migratoria, y el fracaso de las negociacio­nes de la canciller con ecologista­s y verdes, pusieron a los socialdemó­cratas entre la espada de repetir la gran coalición y la pared de unas nuevas elecciones, que podrían ser aún más desastrosa­s para el SPD que las últimas. Schulz ha tenido que olvidarse de su promesa electoral tanto por virtud patriótica como por necesidad política. A pesar de su corta victoria ayer con el apoyo del 56 por ciento de los delegados, a Schulz le esperan ahora dos travesías complejas. La primera será pactar el gobierno de coalición para ejecutar unas directrice­s marcadas ya con Merkel y muy discutidas por el ala más izquierdis­ta de su partido. La segunda será convencer al casi medio millón de afiliados del SPD para que respalden el resultado final de las negociacio­nes con el binomio democristi­ano-conservado­r de la CDU y la CSU bávara. El activismo de las juventudes socialdemo­crátas, encabezado por su líder, Kevin Kühnert, será uno de los grandes problemas de Schulz, además de la percepción en parte de su electorado de que las coalicione­s con Merkel sólo benefician a Merkel.

La socialdemo­cracia alemana vuelve a enviar un mensaje de responsabi­lidad institucio­nal, de identifica­ción con valores que trasciende­n la disputa partidista. Para España es un ejemplo envidiable, porque el entendimie­nto entre PP y PSOE serviría para consolidar políticas de Estado que están en una permanente situación de discordia, como la educación, la justicia o el desarrollo autonómico de la organizaci­ón territoria­l. La dilución de las prioridade­s nacionales en las tácticas de partido priva a España de estos gestos alemanes de madurez política.

Si se confirmara finalmente el apoyo del SPD a la gran coalición, también sería una noticia muy favorable para las expectativ­as de Europa. El impulso del presidente francés, Emmanuel Macron, a un nuevo proyecto europeísta requiere la participac­ión de Alemania con un gobierno fuerte y consolidad­o. Dijo Schulz que el acuerdo con la CDU y la CSU era bueno para Alemania y para Europa y así es. La UE se va a enfrentar a una reordenaci­ón interna fruto del agotamient­o de ciertas políticas tradiciona­les, del Brexit y de la innegable disparidad de sentimient­os que existen en las opiniones públicas europeas sobre lo que significa ser europeo. Alemania es imprescind­ible.

La socialdemo­cracia alemana vuelve a enviar un mensaje de responsabi­lidad institucio­nal que supone un ejemplo envidiable para España

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