El primer ordenador que lee la mente
Investigadores japoneses han creado una Inteligencia Artificial que decodifica la actividad cerebral y la muestra en pantalla
Nuestra relación con la tecnología nunca volverá a ser la que era. La culpa la tienen dos simples letras, IA, Inteligencia Artificial, y tras ellas se esconde una revolución destinada a dar un vuelco a nuestras vidas en los próximos años. Los primeros chips inteligentes ya están entre nosotros en ordenadores, servicios de internet como Google Maps e incluso en algunos de los más recientes teléfonos móviles. Este mismo año llegarán a los televisores, coches y electrodomésticos. Pero esto es solo el principio.
Antes de que nos demos cuenta, nuestro ordenador, nuestro televisor, nuestro smartphone, nuestro coche o incluso nuestra lavadora empezarán a tomar decisiones en nuestro nombre, a seleccionar contenidos, programas de lavado o las mejores rutas sin necesidad de consultarnos. Todo esto será posible porque nuestros dispositivos van a ser capaces de conocer nuestras costumbres, lugares favoritos, los programas que más nos gusta ver y a qué horas, y un largo etcétera de cosas que no caben en estas líneas.
El secreto está en una mezcla del llamado machine learning (o capacidad de aprendizaje de las máquinas) y el uso de chips basados en redes neuronales. Como en un cerebro humano, las máquinas aprenden a partir de sus «experiencias», sacan conclusiones y actúan en consecuencia. Las posibles aplicaciones son tantas y tan variadas que sería imposible enumerarlas. La era de los dispositivos «tontos», incapaces de hacer nada que no les hubiéramos ordenado de forma explícita, ha llegado irremediablemente a su fin.
Lejos de los productos comerciales, además, la IA sigue desarrollándose en miles de laboratorios de todo el mundo. Estos días, por ejemplo, se ha hecho público un experimento japonés en el que investigadores de la Universidad de Kyoto han conseguido poner a punto un sistema capaz de leer, y visualizar después en una pantalla, nuestros pensamientos. ¿Ciencia ficción? Nada de eso. Solo Ciencia…
Ingeniería inversa
El «truco» consistió en escanear todos y cada uno de los procesos cerebrales de tres voluntarios al mismo tiempo que miraban (o recordaban) una serie de imágenes concretas. Después, y a partir de ese escaneo, un proceso de ingeniería inversa fue capaz de «reconstruir» los objetos en el que los voluntarios estaban pensando, basándose únicamente en la actividad de sus cerebros.
Apenas es un primer paso, pero el potencial es enorme. Los autores hablan ya sin tapujos de la posibilidad de crear obras de arte con solo imaginarlas. Bastaría pensar en una imagen para que el ordenador la plasmara, sin que hacer nada más. Los científicos japoneses piensan también en una máquina capaz de representar visualizaciones de nuestros sueños. Como si fuera una película, podríamos, cada mañana, ver en pantalla todo lo que hemos soñado durante la noche.
Hace tiempo que se habla del Internet de las Cosas, pero el momento ha llegado. Los cálculos más realistas revelan que para 2025 habrá ¡100.000 millones! de dispositivos conectados a internet, todos ellos intercambiando datos e informaciones a un ritmo de vértigo. Una cifra que deja pequeña, muy pequeña, a la de humanos de carne y hueso conectados a la red, unos 3.500 millones de personas. Para 2025 se espera que sean 7.000 millones...