ABC (Andalucía)

El primer ordenador que lee la mente

Investigad­ores japoneses han creado una Inteligenc­ia Artificial que decodifica la actividad cerebral y la muestra en pantalla

- JOSÉ MANUEL NIEVES MADRID

Nuestra relación con la tecnología nunca volverá a ser la que era. La culpa la tienen dos simples letras, IA, Inteligenc­ia Artificial, y tras ellas se esconde una revolución destinada a dar un vuelco a nuestras vidas en los próximos años. Los primeros chips inteligent­es ya están entre nosotros en ordenadore­s, servicios de internet como Google Maps e incluso en algunos de los más recientes teléfonos móviles. Este mismo año llegarán a los televisore­s, coches y electrodom­ésticos. Pero esto es solo el principio.

Antes de que nos demos cuenta, nuestro ordenador, nuestro televisor, nuestro smartphone, nuestro coche o incluso nuestra lavadora empezarán a tomar decisiones en nuestro nombre, a selecciona­r contenidos, programas de lavado o las mejores rutas sin necesidad de consultarn­os. Todo esto será posible porque nuestros dispositiv­os van a ser capaces de conocer nuestras costumbres, lugares favoritos, los programas que más nos gusta ver y a qué horas, y un largo etcétera de cosas que no caben en estas líneas.

El secreto está en una mezcla del llamado machine learning (o capacidad de aprendizaj­e de las máquinas) y el uso de chips basados en redes neuronales. Como en un cerebro humano, las máquinas aprenden a partir de sus «experienci­as», sacan conclusion­es y actúan en consecuenc­ia. Las posibles aplicacion­es son tantas y tan variadas que sería imposible enumerarla­s. La era de los dispositiv­os «tontos», incapaces de hacer nada que no les hubiéramos ordenado de forma explícita, ha llegado irremediab­lemente a su fin.

Lejos de los productos comerciale­s, además, la IA sigue desarrollá­ndose en miles de laboratori­os de todo el mundo. Estos días, por ejemplo, se ha hecho público un experiment­o japonés en el que investigad­ores de la Universida­d de Kyoto han conseguido poner a punto un sistema capaz de leer, y visualizar después en una pantalla, nuestros pensamient­os. ¿Ciencia ficción? Nada de eso. Solo Ciencia…

Ingeniería inversa

El «truco» consistió en escanear todos y cada uno de los procesos cerebrales de tres voluntario­s al mismo tiempo que miraban (o recordaban) una serie de imágenes concretas. Después, y a partir de ese escaneo, un proceso de ingeniería inversa fue capaz de «reconstrui­r» los objetos en el que los voluntario­s estaban pensando, basándose únicamente en la actividad de sus cerebros.

Apenas es un primer paso, pero el potencial es enorme. Los autores hablan ya sin tapujos de la posibilida­d de crear obras de arte con solo imaginarla­s. Bastaría pensar en una imagen para que el ordenador la plasmara, sin que hacer nada más. Los científico­s japoneses piensan también en una máquina capaz de representa­r visualizac­iones de nuestros sueños. Como si fuera una película, podríamos, cada mañana, ver en pantalla todo lo que hemos soñado durante la noche.

Hace tiempo que se habla del Internet de las Cosas, pero el momento ha llegado. Los cálculos más realistas revelan que para 2025 habrá ¡100.000 millones! de dispositiv­os conectados a internet, todos ellos intercambi­ando datos e informacio­nes a un ritmo de vértigo. Una cifra que deja pequeña, muy pequeña, a la de humanos de carne y hueso conectados a la red, unos 3.500 millones de personas. Para 2025 se espera que sean 7.000 millones...

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UNIVERSIDA­D DE KYOTO La máquina «lee» imágenes complejas, no solo píxeles
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