¿DÓNDE QUEDÓ LO DE PREDICAR CON EL EJEMPLO?
La presidenta balear mete en un lío al ministro Planas al montarle dos banquetes cuadruplicando el aforo que ella misma había decretado por el Covid
Fue la Consejería de Agricultura balear la que a finales de noviembre pasado le organizó al ministro Planas una cena y un almuerzo con 26 personas del sector agrario cuando, por entonces, el Ejecutivo de Francina Armengol había dispuesto que quedaban prohibidas las reuniones familiares o sociales de más de seis personas en el marco de las medidas para evitar la expansión del coronavirus. Por cuatro multiplicó Armengol el aforo de esos encuentros de mesa y mantel que le montó a Planas, quien no estaba obligado a conocer el límite de las reuniones permitido en cada comunidad pero sí que debió escamarse y decir «Francina, aquí somos mucha gente; muy buenas tardes, esto mejor por videoconferencia». Pero quien desde luego sí debía saber la restricción es Armengol, al menos si lee atentamente lo que ella misma decreta. Se trata, de nuevo, del viejo aserto de predicar con el ejemplo y de que los ciudadanos estén seguros de que la clase dirigente que limita sus derechos con medidas excepcionales está sujeta a los sacrificios que a ellos se les exigen. Pasó lo mismo cuando Iglesias se saltaba a la torera la cuarentena para pasearse por La Moncloa y comparecer ante la prensa cuando el virus había entrado en la dacha de Galapagar.