ABC (Andalucía)

Junts y ERC llevan las elecciones al 30 de mayo y el PSC valora impugnarla­s

La medida se adopta en base a tres informes que no han visto ni consultado los partidos políticos

- DANIEL TERCERO

Los catalanes no acudirán a las urnas el domingo 14 de febrero. El Gobierno catalán, tras reunirse con los partidos con representa­ción en el Parlamento autonómico, aprobó ayer suspender la cita del 14-F y llevar las elecciones al 30 de mayo. La excusa oficial es la situación sanitaria que se prevé para mediados del próximo mes, con unos datos como consecuenc­ia del efecto de la tercera ola del Covid-19 que reflejaría­n entre 3.000 y 4.000 contagios al día (ayer hubo 4.324 casos) y entre 620 y 750 pacientes ingresados en las UCI (509 registrado­s, ayer). Sin embargo, pocos dudaban este viernes en los pasillos del Parlamento de Cataluña de que la decisión de suspender las elecciones, así como la defensa del PSC por mantener la fecha, estaban motivadas más por las expectativ­as electorale­s de cada uno que por la situación sanitaria que pudiera darse.

Antes de las 19.00 horas, Pere Aragonès (ERC), presidente en funciones de la Generalita­t, firmó el decreto de suspensión electoral y cambio de fecha. A esas horas, el día del 30 de mayo ya se sabía como nueva fecha electoral, pues en la reunión del Ejecutivo autonómico con los partidos, por la mañana, se dio a conocer. PSC, comunes y PDECat mostraron su disconform­idad por el día escogido, al entender que se aleja demasiado del 14-F.

Aunque fueron tres partidos (de ocho) los que no vieron bien el 30 de mayo, solo los socialista­s que presentan a Salvador Illa, ministro de Sanidad, como candidato a la Generalita­t, se mostraron dispuestos a dar el paso de impugnar la decisión del gobierno catalán. Y es aquí cuando empieza el espacio de lo ignoto, pues ni hay regulación legislativ­a al respecto ni precedente­s comparable­s jurídicame­nte.

El decreto firmado por Aragonès ayer solo establece el cambio de fecha▶ del 14 de febrero al 30 de mayo. Faltará un nuevo decreto con la convocator­ia, que deberá firmarse a 54 días del 30 de mayo, es decir, al paso de los siete primeros días de abril. Y, junto al decreto de convocator­ia, otro con las llamadas normas complement­arias.

Es este tercer decreto con el que, según el PSC, el Gobierno catalán pretende cambiar «las reglas» de juego a mitad de la partida. Miquel Iceta, tras la reunión parlamenta­ria, lo dejó muy claro▶ «Una cosa es cambiar la fecha de las elecciones y otra las reglas de juego». Y concretó que el PSC impugnará la decisión si la nueva convocator­ia supone un cambio del camino andado, es decir, que se modifiquen «listas» o surjan nuevas «coalicione­s».

Los socialista­s temen, según confirmaro­n a ABC fuentes de la dirección, que se produzcan «nuevos fichajes» –en Ciudadanos, por ejemplo– o

que, los independen­tistas, al ver que las encuestas «no les gustan», se animen a formar alguna coalición electoral al estilo de la de Junts pel Sí de 2015, en la línea de lo avanzando por este diario el miércoles de esta semana.

El lío jurídico es morrocotud­o, empezando porque no se sabe a ciencia cierta si el recurso a la decisión de la Generalita­t se debe interponer ante la Junta Electoral Central (JEC) –que recibirá el decreto firmado por Aragonès por orden del Ejecutivo autonómico– o el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Y siguiendo porque la impugnació­n no parece solo potestad de los partidos políticos, a los que se sumó Vox, según informó Santiago Abascal desde Barcelona, sino que también un ciudadano podría impugnar.

Informes que nadie vio

Por si todo esto no fuera suficiente, el Gobierno catalán, en el preámbulo del decreto firmado por Aragonès, justifica la decisión del cambio de fecha electoral sustentánd­ose en cuatro informes de los que tres (fechados ayer mismo por los servicios jurídicos de la Generalita­t, el director de la Agencia de Salud Pública de Cataluña y, el tercero, por la Consejería de Acción Exterior, Relaciones Institucio­nales y Transparen­cia) nadie nada más que el Ejecutivo autonómico tenía conocimien­to y, por lo tanto, ningún partido de la oposición vio o consultó en la reunión de por la mañana.

Tras la firma del decreto, Aragonès y Budó, en una comparecen­cia sin medios de comunicaci­ón, señalaron que la decisión adoptada «es la mejor opción para luchar contra la pandemia y para garantizar el derecho al voto» y confían en que para la primavera se viva «un contexto más favorable» que permita la votación.

De todas formas, según el decreto, que se publica hoy en el Diario Oficial de la Generalita­t (DOGC), el 30 de mayo también queda condiciona­do a un «análisis previo de las circunstan­cias epidemioló­gicas y de salud pública y de la evolución de la pandemia». Es decir, el Gobierno catalán podría volver a suspender la cita del 30 de mayo.

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I. BAUCELLS Miembros del Gobierno catalán, junto a Torrent y Aragonès, se dirigen a la reunión con los partidos, ayer

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