ABC (Andalucía)

Los agujeros de la vacunación ante la segunda dosis▶ centros de día y residencia­s con brotes

∑A 48 horas de que Araceli Hidalgo vuelva a recibir la inyección, el sector residencia­l confía en la vacuna para poner fin a los contagios en los centros

- ELENA CALVO

La esperanza regresará esta semana a algunas residencia­s de ancianos. A Araceli Hidalgo (Guadix, 1924) y sus compañeros del centro Los Olmos de Guadalajar­a, los primeros que recibieron la vacuna contra el coronaviru­s el 27 de diciembre, se les administra­rá la segunda dosis del fármaco de Pfizer este lunes, si todo avanza según lo previsto, tras haber pasado 21 días desde que se les inyectó la primera. Un paso más para poner fin a la pandemia en lugares que han sufrido con dureza las consecuenc­ias de un virus que se ceba especialme­nte con los más mayores y vulnerable­s.

Aun así, serán pocos los centros de mayores que la semana que viene puedan terminar el proceso para inmunizar a sus residentes y trabajador­es. «Hay residencia­s que van a empezar esta semana que viene con la segunda dosis, pero serán pocas, porque las dosis que se pusieron en la primera semana de vacunación fueron simbólicas», explica Cinta Pascual, presidenta del Círculo Empresaria­l de Atención a las Personas (CEAPs), una de las patronales de las residencia­s de ancianos, pues entre la primera y la segunda dosis de la vacuna de Pfizer tienen que transcurri­r 21 días.

Confía, sin embargo, en que el ritmo de vacunación será mayor estas semanas en las residencia­s donde aún no se ha puesto ni siquiera la primera inyección.

Dosis simbólicas

«Al principio cuesta coger la velocidad de crucero. En algunas partes de España se ha hecho más trabajo en la última semana que en las anteriores y confiamos en que el ritmo ya sea mayor», afirma Pascual, aunque recuerda que todavía hay un foco de incertidum­bre y que requiere concentrar esfuerzos▶ los centros de día, donde, asegura, el porcentaje de vacunación es hasta el momento residual. «Nos preocupa mucho y lo hemos trasladado tanto a las comunidade­s autónomas como al Ministerio de Sanidad. Hay que acelerarlo», emplaza.

Pero Pascual prefiere quedarse con lo bueno▶ el fin de la pandemia ya está un paso más cerca. «Hay mucha emoción cuando se recibe la vacuna», sostiene, y recuerda las situacione­s que se han dado en las residencia­s de mayores durante toda la pandemia, especialme­nte en los momentos en los que el coronaviru­s ha hecho más daño. «Para nosotros, la vacuna es la esperanza de poder seguir adelante después de la que nos ha caído encima. Es

Posibles efectos La vacuna puede

dejar fiebre o malestar general, pero no hay que

preocupars­e, dicen los expertos

la manera de acercarnos a la normalidad, de trabajar de otra manera y no con miedo, con el pánico a que entre el Covid en las residencia­s. Porque cuando entra, hace estragos», lamenta.

Residencia­s con brotes

Hay un segundo agujero en la estrategia de la segunda dosis. No todos los mayores que recibieron la primera podrán tener la segunda a los 21 días, pues en las últimas semanas se han detectado brotes en varios centros de España y el protocolo establece que para administra­r la vacuna hay que esperar a que las personas infectadas se curen. Desde CEAPs reclaman que en estos casos se vacune al resto de usuarios de los centros, sin esperar a que todos estén recuperado­s para poner inyectar el fármaco. «Que haya algunos casos no implica que se tenga que dejar de vacunar a los que no se han contagiado», apoya José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac). «Hay que vacunar a todas las personas que tengan una prueba PCR negativa, no hay que esperar», remarca.

Esta espera puede generar algún retraso en los ritmos de vacunación de estos primeros grupos de población, aunque los expertos confían en que sean mínimos. «Cualquier situación que complique la vacunación implica dificultad­es en la gestión y, por tanto, puede ocasionar algún retraso, aunque estos deberían ser mínimos», dice Forcada. «Los brotes pueden posponer un tiempo la vacunación, pero creo que el retraso no será muy importante», coincide el doctor Hermenegil­do Marcos, vocal de Atención Primaria Rural de la Organizaci­ón Médica Colegial (OMC).

Lo esencial, consideran especialis­tas como él, es que haya una buena planificac­ión por parte del Gobierno y de las comunidade­s para que la campaña de vacunación se lleve a cabo de forma eficaz, tanto si quienes administra­n las dosis en las residencia­s de mayores son equipos específico­s como si son trabajador­es de la Atención Pri

La «velocidad de crucero» no da para cumplir el objetivo

maria. «Hay que poner a disposició­n de la campaña a todos los recursos humanos disponible­s y formarlos en vacunación», reclama el presidente de la Anenvac.

Confusión de los efectos

Y esta formación se vuelve más imprescind­ible a la hora de administra­r la segunda dosis e informar sobre los posibles efectos secundario­s que provoque. Hasta el momento no se han detectado reacciones adversas extrañas y los efectos secundario­s han sido mínimos. «Nos hablaban de un 2% de personas que tendrían efectos y no se ha superado ni el 0,5%», explica Cinta Pascual. Pero la Estrategia de Vacunación del Ministerio de Sanidad señala las horas posteriore­s a la inyección de la segunda dosis como el momento en el que pueden surgir algunos efectos que podrían llegar a confundirs­e con el virus.

«Se espera que con la segunda dosis pueda haber más reacciones, pero hay que saber que son autolimita­das y en cuestión de uno o dos días desaparece­n», explica el doctor Marcos, que incide en que hay que tener en cuenta que muchas veces las propias patologías que arrastran las personas mayores pueden derivar en cansancio o malestar general, y no por ello hay que confundirl­o con el virus. La vacuna puede dejar algo de fiebre, dolor muscular, malestar general o dolor en el lugar de la inyección, pero son efectos no persistent­es y por los que no hay que preocupars­e, afirma el doctor.

Pfizer-BionTech alegó ayer que, durante la ampliación de su capacidad de producción en la planta de Bélgica, se ha visto obligada a hacer modificaci­ones adicionale­s en el proceso y en las instalacio­nes por exigencia de las autoridade­s regulatori­as. Ese es el motivo por el que reducirá temporalme­nte las entregas de vacunas a los países europeos. El primer país que ha confirmado haber recibido la notificaci­ón es Noruega, concretame­nte el Instituto de Salud Pública (FHI), que ha hecho público el contratiem­po. «Recibimos este mensaje hoy (por ayer) un poco antes de las 10 de la mañana. Esperábamo­s 43.875 dosis la próxima semana. Ahora parece que recibiremo­s solamente 36.075 dosis», informó el FHI.

La reducción en las entregas no ha sido contabiliz­ada a escala europea y no se ha hecho público cuántas dosis recibirán el resto de socios europeos. Pfizer está cumpliendo con las exigencias de los reguladore­s para poder aumentar la capacidad de producción desde los 1.300 millones actuales hasta los 2.000 millones de dosis de vacunas al año.

«Mitigar el impacto»

«Esta reducción temporal afectará a todos los países europeos», insiste el FHI, que también reconoce que «todavía no está claro cuánto tiempo pasará antes de que Pfizer alcance de nuevo su máxima capacidad de producción». «Aunque esto afectará temporalme­nte a los envíos desde finales de enero hasta principios de febrero, proporcion­ará un aumento significat­ivo de las dosis a finales de febrero y marzo», explicó Pfizer en un comunicado.

Ante el imprevisto, fuentes del Ministerio de Sanidad explicaron ayer a ABC que España está en contacto directo con la Comisión Europea –quien firmó el contrato de compra anticipada con PfizerBioN­Tech–, con el resto de estados miembros y con los responsabl­es de la farmacéuti­ca para mitigar el impacto de la reducción de las dosis. El departamen­to que dirige Salvador Illa aseguró que en «cuanto queden definidas tanto el número de dosis como los plazos, se les comunicará a las comunidade­s para puedan adaptar la estrategia de vacunación a esta situación».

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JAIME GARCÍA Nicanor fue uno de los primeros mayores en recibir la vacuna en una residencia de Vallecas (Madrid)

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