ABC (Andalucía)

Amancio Ortega es ahora menos rico, pero se ha convertido en el más solidario

Desde su Fundación, ha destinado 63 millones de euros para luchar contra la pandemia

- ANGIE CALERO

Dentro de dos meses se cumplirá un año desde que se decretó el Estado de Alarma en nuestro país. Todos los ciudadanos tuvieron que confinarse en sus respectivo­s hogares sin excepción, incluido Amancio Ortega. Como todos los españoles, el hombre más rico de España también vio alterada su rutina diaria y, durante los meses más duros de la cuarentena, estableció su cuartel general de trabajo en su casa de La Coruña, junto a su mujer, Flora Pérez. Aunque sus costumbres de las primeras horas del día siguieron siendo las mismas▶ practicar su tabla de ejercicios diaria nada más levantarse y desayunar en casa. Después, en lugar de desplazars­e hasta las oficinas de Inditex en Arteixo –donde antes de la pandemia pasaba todo el día–, se ponía en contacto con su equipo más directo y dedicaba casi las mismas horas del día a trabajar desde casa.

El empresario cerró el año ocupando de nuevo el primer puesto en la lista «Forbes» de los hombres más ricos de España. Aún así, la crisis económica derivada del Covid-19 golpeó la naturaleza de los negocios del accionista mayoritari­o de Inditex, que cerró el año fiscal con menos beneficios que en los años anteriores. Pero, aunque en la lista de milmillona­rios de «Forbes» ha caído hasta el puesto número 13, como contrapart­ida hay que destacar que Ortega sigue siendo uno de los hombres más solidarios de España.

No es ningún secreto que desde que Ortega comenzó su andadura como empresario ha tenido siempre en la cabeza la obsesión por proteger su privacidad y la de su familia. Ésta es una de las principale­s razones por las que nunca se ha puesto debajo de un foco ni frente a una cámara, para mantener su privacidad y proteger así a su familia. Eso le ha permitido vivir alejado de la atención pública y desenvolve­rse por La Coruña, donde prácticame­nte todo el mundo le conoce, como cualquier otra persona anónima. Allí ha llevado siempre una vida absolutame­nte normal y, cuando sale a pasear al perro, no tiene una nube de periodista­s ni fotógrafos detrás.

Con esta alergia a cualquier tipo de protagonis­mo, para el empresario la vida se divide en tres parcelas▶ la familiar, el Grupo Inditex y las iniciativa­s solidarias que lleva a cabo a través de la Fundación que lleva su nombre. Durante aquellos días del mes de marzo, entre sus tres prioridade­s hubo frentes abiertos y entrecruza­dos.

Lo fundamenta­l para Ortega era que su hija Marta pudiera dar la bienvenida a su nieta Matilda y que no hubiera ningún tipo de complicaci­ón en el parto. Y, aunque llegó en un momento complicado por la pandemia, todo salió según lo previsto y la primera hija en común de la heredera del Grupo Inditex y Carlos Torretta nació el 21 de marzo. En pleno confinamie­nto, el empresario ha podido disfrutar de ella desde que la recién nacida llegó a casa desde el hospital.

Un cumpleaños diferente

Siete días después de la llegada de Matilda, el 28 de marzo, un desfile de ambulancia­s hizo un alto en el camino a las ocho de la tarde debajo de su casa. Con las sirenas activadas, un grupo de sanitarios aplaudió a la hora de siempre mientras le cantaban cumpleaños feliz por su 84 cumpleaños. Fue una forma de agradecer al empresario todo lo que estaba haciendo por la sociedad durante la pandemia. Y es que, por aquellos días Ortega y su equipo participar­on activament­e en la compra de material sanitario, que se realizó en una acción coordinada entre el Grupo

Inditex y la Fundación Amancio Ortega. En aquel momento España necesitaba con urgencia mascarilla­s, equipos de protección individual, guantes, gafas de protección, respirador­es y camas hospitalar­ias para unidades de emergencia y la mayoría venían desde China, por lo que desde la empresa de Amancio Ortega –que lleva desde los años 90 trabajando allí– pudieron gestionar esas operacione­s, que ascendiero­n a 63 millones de euros.

Según ha podido saber ABC por una fuente cercana a la Fundación, no fue necesaria ninguna reunión donde determinar que había que comprar material sanitario porque «surgió todo de manera espontánea». «No hubo ni un segundo de duda al respecto, la disposició­n para ayudar fue inmediata. No hubo ningún titubeo ni necesidad de pensar nada», cuenta.

Los aplausos de aquel 28 de marzo también respondían a las iniciativa­s solidarias de la Fundación Amancio

La hija de Marta En este año tan complicado para todos, Ortega ha

dado la bienvenida a su

nieta Matilda

En la Fundación Continúan con las

donaciones de aparatos para las plantas de oncología de hospitales públicos

Ortega, que hace unos días comenzó su plan para construir siete residencia­s de ancianos en Galicia. Continúan además con el proyecto que iniciaron en 2017 con un capital de 300 millones de euros▶ un programa de apoyo al equipamien­to de las áreas de oncología de hospitales públicos de toda España para luchar contra el cáncer. «Ahora a todos nos parece completame­nte natural porque esta pandemia ha puesto sobre la mesa que debemos invertir más en sanidad. Pero hace tres años, cuando él lo hizo porque detectó esa necesidad, nadie lo tenía tan claro», explican desde la Fundación Amancio Ortega, desde donde destacan que, si hay algo que destaca en la trayectori­a de Ortega, es siempre ese punto de intuición y de tomar decisiones inteligent­es en momentos en los que esas iniciativa­s a lo mejor no parecían tan relevantes▶ «El tiempo siempre demuestra que sus decisiones eran muy acertadas».

 ?? I. LOPEZ ?? Amancio Ortega junto a su mujer, Flora Pérez, su hija Marta y su nieto Amancio Jr, en 2018 en La Coruña
I. LOPEZ Amancio Ortega junto a su mujer, Flora Pérez, su hija Marta y su nieto Amancio Jr, en 2018 en La Coruña

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