«Te quiero, papi»
Carolina Marín, tras unos meses muy duros por la muerte de su padre, brilla y alza el título en Tailandia
Fue todo emoción. Solo habían transcurrido unos segundos después de que Carolina Martín sumase el último punto que certificaba su victoria contra la taiwanesa Tai Tzu-Ying, número uno del ranking mundial de bádminton. El suelo atrapó a la española, envuelta en lágrimas, porque ha sido un año duro para todos y, aunque no lo parezca, también para los deportistas profesionales, humanos al fin y al cabo pese a las finas burbujas en las que habitan. Un sentido abrazo con su entrenador fue el preámbulo de una dedicatoria que a la onubense se le había postergado demasiado tiempo. Un «te quiero, papi» en forma de susurro a la cámara fue el punto álgido de la celebración de Marín, complementado por sus volcánicos y ya tradicionales «vamos». Gonzalo Marín, padre de la deportista, había fallecido, tras cinco meses hospitalizado, el pasado julio tras un accidente laboral. Un homenaje a la altura, pues el abierto de Tailandia es el primer título de la temporada para la española.
«Creo que han sido los peores meses de mi vida, no se los deseo ni a mi peor enemigo», reconocía Marín, que también aseguraba haber estado al «límite» emocionalmente en los últimos meses, tanto por la situación global como por las idas y vueltas del hospital. Una tensión y frustración que seguro influyeron en el veloz juego que desplegó la española ayer, un encuentro rápidamente resuelto (219 y 21-16) y que también le brindó una revancha sobre la jugadora asiática. En marzo de 2020, a las puertas de la irrupción de la pandemia, ambas se habían enfrentado en las semifinales del All England de la ciudad de Birmingham, una eliminatoria en la que Marín fue derrotada. Una tarde la de ayer de cuentas pendientes, en definitiva. «Me estoy encontrando muy bien, lo he demostrado en todos los partidos de la semana», reflexionaba la andaluza tras la final, ya con su trofeo en la mano.
Marín empieza un 2021 con victoria (no ganaba un torneo desde diciembre de 2019) y esperanza, pues, si la situación sanitaria lo permite, la jugadora se encamina hacia su mayúsculo reto con los Juegos Olímpicos de Tokio (persigue su segundo oro) y el Mundial, que este año se celebrará en Huelva, su casa.