ABC (Andalucía)

El TSJC suspende cautelarme­nte las elecciones del 30-M y reactiva el 14-F

∑La Generalita­t de Cataluña acusa al tribunal autonómico de generar «insegurida­d jurídica», pero relanza el proceso para votar el 14 de febrero

- DANIEL TERCERO

Para evitar una situación «prácticame­nte irreversib­le en cuanto a la posibilida­d de celebrar las elecciones en la fecha inicialmen­te prevista», es decir, el próximo 14 de febrero, y como medida de «carácter instrument­al», la Sala de lo Contencios­o-Administra­tivo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) decidió ayer aceptar las medidas cautelarís­imas solicitada­s por el abogado y exagente de los Mossos d’Esquadra Josep Asensio Serqueda y el partido extraparla­mentario Izquierda en Positivo. Resultado▶ suspensión cautelar del decreto 1/2021 del Govern catalán, firmado el viernes y publicado el sábado, por el que se aplazaban las elecciones del 14-F y se señalaba la nueva fecha electoral, condiciona­da a la situación sanitaria futura, para el 30 de mayo.

De esta manera, a falta de resolver las medidas cautelares –solicitada­s por otros cinco grupos más– y el fondo de la cuestión, el TSJC remitió las resolucion­es dictadas este martes a la Generalita­t y la Fiscalía para que mañana a las 10 horas, como muy tarde, presenten las alegacione­s correspond­ientes que consideren oportunas. En cualquier caso, aunque es poco habitual la concesión de medidas cautelarís­imas –no lo es que se levanten, una vez escuchadas todas las partes–, la decisión de la Sección Quinta del TSJC no presupone su posición final sobre el fondo de la cuestión.

«No comparte la decisión»

A este punto se agarró la Generalita­t, nada más conocer la opinión de los siete magistrado­s del TSJC, para defender políticame­nte la suspensión del 14-F. Así lo explicaron en rueda de prensa Meritxell Budó (Junts), portavoz y consejera de la Presidenci­a, y Bernat Solé (ERC), consejero de Acción Exterior, Relaciones Institucio­nales

y Transparen­cia, que informaron de que presentará­n alegacione­s en la causa para defender el aplazamien­to al 30 de mayo, además de que habían dado las instruccio­nes para reactivar los plazos y trámites necesarios legales para la celebració­n de los comicios autonómico­s en menos de un mes y que se puedan celebrar con las máximas garantías. De entrada, los municipios iniciarán la elección de los miembros de las mesas electorale­s según los plazos previstos.

Sin embargo, tras acatar la decisión y volver a poner en marcha el reloj del 14-F, los miembros del Govern que explicaron la situación política cargaron contra el TSJC, por haber aceptado las medidas cautelarís­imas. Budó señaló que la Generalita­t «no comparte la decisión» del tribunal autonómico y le acusó de haber creado «insegurida­d jurídica», incluso llegando a sugerir que si, finalmente, el TSJC suspende el decreto 1/2021 lo hará «saltándose los criterios sanitarios y epidemioló­gicos». Y añadió, tras una pregunta de la prensa, sobre el momento jurídico creado▶ «Insegurida­d jurídica es aceptar las medidas cautelarís­imas».

En el Govern están convencido­s de que el decreto de suspensión se aprobó y firmó con «una sólida base jurídica» y «bien armado legalmente», aunque ayer, por ejemplo, la portavoz autonómica no supo explicar a qué ley o artículo normativo se agarra la Generalita­t para defender que un presidente en funciones, como es el caso de Pere Aragonès (ERC), puede, no ya

Budó carga contra el TSJC y sugiere que, si finalmente se acuerda la suspensión definitiva, se hará en contra de parámetros sanitarios y epidemioló­gicos

Apoyo del Gobierno

El Gobierno ve adecuada la decisión, pero reconoce «mucha incertidum­bre», mientras que Junts y ERC acusan al tribunal de llevar a cabo «un 155 encubierto»

suspender un decreto de convocator­ia electoral, sino convocar unas elecciones cuando el Estatuto de Autonomía y la Ley de la Presidenci­a de la Generalita­t le impiden cesar consejeros, dictar decretos ley, aprobar presupuest­os, presentar proyectos de ley en el Parlamento y, sobre todo, disolver la cámara autonómica, que es el paso necesario y previo para la convocator­ia de unos comicios.

Al embrollo jurídico, adelantado por varios expertos en las páginas de ABC este fin de semana, se suma ahora un nuevo terremoto político. El Gobierno de España cree que en estos momentos hay poco margen para que las elecciones no se celebren el 14-F. Aunque fuentes de La Moncloa reconocen que el futuro inmediato es de «mucha incertidum­bre», informa Víctor Ruiz de Almirón, están a la expectativ­a de la decisión final del TSJC. En esta línea, estas fuentes apuntan que el diagnóstic­o del Ejecutivo de Pedro Sánchez era «coincident­e» con la medida cautelarís­ima adoptada.

Por su parte, los partidos que dan apoyo al Govern, Junts y ERC, más la CUP, criticaron la decisión del TSJC. Desde ERC, incluso, definieron la decisión como «un 155 encubierto». Mientras tanto, el PSC y el PP pidieron a la Generalita­t que garantice el 14-F y Ciudadanos insistió en que los comicios, para renovar el Parlamento de Cataluña, deben retrasarse.

N

Opuede ser fácil argumentar que un decreto ventajista, y redactado expresamen­te para que ERC pueda alargar «sine die» y a capricho la celebració­n de las elecciones catalanas, es legal y admisible. Incluso en la peor de las pandemias, cualquier decisión política destinada a aplazar unos comicios debe someterse a la legalidad, y no crear normas alternativ­as que, además de ser abusivas, sentarían un precedente jurídico peligroso. En principio, ERC tiene motivos para sospechar que su obsesión

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Pere Aragonès y Meritxell Budó, a su llegada a la reunión semanal del Gobierno catalán en funciones

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