ERC GANA EN TODO CASO
por retrasar las elecciones puede verse frustrada. Mientras haya un solo catalán que pueda comer en un restaurante, acudir a un comercio o disfrutar en el cine, debería poder votar en un colegio electoral porque el riesgo de contagio es idéntico. Y si se le prohíbe votar ahora, merecerá la pena estudiar la argumentación jurídica que avale semejante disparate. Sobre todo, porque existe una imperiosa necesidad de normalizar lo que es solo una anomalía democrática▶ una Generalitat sin presidente y a legislatura vencida, capaz de tomar sus decisiones a golpe de decretos constitutivos de un fraude. Todo en la Cataluña institucional está en descomposición.
Sin embargo, otra lectura de este complejo laberinto de intereses cruzados y tacticismo sin escrúpulos favorece paradójicamente a ERC y sigue sin beneficiar a Pedro Sánchez. Si los jueces confirmasen que las elecciones deben celebrarse el 14 de febrero, ERC tendría fácil revertir el varapalo jurídico con un sencillo argumentario victimista. Bastaría con presentar en esa Cataluña institucional derruida a un tribunal españolista que les impide ejercer la democracia en libertad, y a un Gobierno de la nación represivo, manipulador de los magistrados, e insensible ante una brutal pandemia que mantiene a los catalanes amenazados. Sería el Estado quien de manera irresponsable se niega a aplazar las urnas solo unos meses, y quien desprotege a los ciudadanos forzándoles a hacinarse en colegios electorales y exponiéndoles a un contagio masivo. ERC tendría fácil retratar a ese Estado como el autor intelectual de un sistema pervertido por los «partidos del 155», incluido el sinuoso PSOE, que siempre juega cínicamente a varias bandas pero a la hora de la verdad traiciona al independentismo. E incluido también Podemos, que ha decidido hacerle media campaña al partido de Carles Puigdemont. ERC podrá utilizar incluso como mantra de su campaña que Sánchez nunca ha convocado la «mesa del diálogo» separatista, nunca ha desactivado el delito de sedición, y nunca ha indultado a los presos.
En el fondo, ERC tiene un «win-win» en sus manos. Gana si se aplazan los comicios, y gana si no es así. Al menos, hasta que se abran las urnas… cuando quedará el consuelo de medir la potencia real de fuego de Illa... probablemente, y «a priori», el candidato más sobredimensionado de la democracia.