El plan de vacunación no detalla el destino que deben tener las dosis sobrantes
Los viales sin usar aguantan cinco días sin nevera, los abiertos sólo seis horas
La polémica desatada por la vacunación contra la Covid-19 de manera irregular de tres alcaldes del norte de la provincia de Córdoba (Torrecampo, Alcaracejos y El Guijo), además de varios funcionarios municipales del Ayuntamiento de Santa Eufemia, pone en el punto de mira no sólo las actuaciones individuales políticas sino también el propio plan de vacunación de la Junta de Andalucía, que debe detallar todo el proceso de inmunización.
Los servicios de Inspección de Salud han abierto una investigación mediante un expediente al Área Sanitaria Córdoba Norte para aclarar si las dosis inyectadas han seguido las pautas establecidas. El foco está puesto en los casos de los alcaldes. La situación se ha tensado hasta el punto de que fuentes sanitarias admiten que hay algunos efectivos de los equipos de vacunación con «ataques de ansiedad» por lo que ocurre. Sobre la mesa están los posibles vacíos que pueda tener el plan de vacunación. Después de analizar en profundidad el mismo, no consta el destino que las dosis sobrantes han de llevar. Sí, que periodos de tiempo son cruciales desde que se abre una vacuna o hasta que no se dispensa. Y en esta línea han ido algunos de los argumentos de los «beneficiados» con estas inoculaciones.
A ello se refiere el alcalde de Santa Eufemia, el socialista Antonio Castillejo, tras el último episodio controvertido de vacunación. Cinco trabajadores municipales han recibido la dosis de Pfizer sobresantes de la actuación prevista en la residencia municipal de la pequeña localidad de Los Pedroches. Y ello, a pesar de no formar parte de los colectivos con prioridad, los más vulnerables. El alcalde de la localidad afirmó ayer a ABC que fue el personal encargado de vacunar quien llamó al Consistorio ofreciendo las dosis porque, de no administrarlas, se desecharían.
El regidor reprobó que se quiera polemizar con esto, porque «el problema es que el protocolo de la Junta presenta carencias. Si no dicen a quién hay que poner esas vacunas que sobran, ¿quién lo decide? Se supone que eso deben saberlo los sanitarios y por eso se les hizo caso».
La Estrategia de Vacunación frente a Covid-19 en España del Ministerio de Sanidad tomada por la Junta, para la primera etapa, en la que el número de dosis de vacunas será limitado, fija que se priorizará a residentes y personal sanitario y sociosanitario que trabaja en residencias de personas mayores y de atención a grandes dependientes. Luego, un grupo 2 con el personal de primera línea en el ámbito sanitario y sociosanitario. Otro grupo 3 con personal sanitario y sociosanitario y, por último, un colectivo 4 con las personas consideradas como grandes dependientes que no estén actualmente institucionalizadas.
La guía para profesionales publicado por la Junta de Andalucía no especifica qué destino tienen una dosis sobrante. Fuentes del Gobierno andaluz aseguran que, en estos casos, hay que remitirlas a los hospitales de referencia, si bien en el mismo protocolo se apunta también que, una vez diluido, el vial o la jeringa cargada «no se pueden transportar, se deben usar en el sitio donde se preparen».
Es decir, los viales que no se han usado pueden aguantar hasta cinco días fuera de los ultracongeladores, pero los abiertos deben inocularse en las siguientes 6 horas. Lo que no se especifica en el documento es, en ambos casos, cuál sería su destino.
El protocolo establece que se planificará con antelación el número de dosis/viales a distribuir cada día, para evitar extraer más de las necesarias, y que se solicitarán 48 horas antes. Teniendo en cuenta los casos de Córdoba en los que han «sobrado» dosis , no parece que esta exigencia se cumpla.