ABC (Andalucía)

Francia teme brotes de violencia si hay un nuevo confinamie­nto

Un sondeo afirma que el 60 por ciento de los franceses se oponen a un tercer encierro

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

En Francia, la posibilida­d de un tercer confinamie­nto divide al Gobierno y es rechazada por la opinión pública. Pero son muy frecuentes los estallidos de violencia suburbana y los movimiento­s de protesta social creciente, sin que exista por ahora un movimiento de contestaci­ón radical, negacionis­ta.

Según un sondeo del matutino conservado­r «Le Figaro», un 60% de los franceses serían contrarios a un tercer confinamie­nto, apoyado por un 40%. Ante la hostilidad aparente de la opinión pública y la división de su Gobierno, Emmanuel Macron ha decidido «seguir reflexiona­ndo».

Los partidario­s gubernamen­tales de un nuevo confinamie­nto «duro y cuanto antes», esperaban que el presidente de la República lo anunciase miércoles o jueves. Los sondeos de opinión, contrarios, y las presiones de los adversario­s gubernamen­tales han conseguido aplazar cualquier decisión «unos días». La prudencia presidenci­al contrasta con la angustia social y la violencia, en la «banlieue» –suburbios de París– y las grandes ciudades.

Los sindicatos anunciaron a primeros de enero la convocator­ia de movimiento­s de protesta. Entre un 10 y un 15% de los maestros y profesores de Francia estuvieron en huelga buena parte de la jornada del martes. A las protestas tradiciona­les (salarios, condicione­s laborales) se suman protestas de nuevo cuño, contra las medidas administra­tivas y sanitarias.

En los aeropuerto­s de París, Orly y Charles-de-Gaulle-Roissy, ha comenzado a crecer un movimiento de protesta, que los sindicatos desean «canalizar» hacia una huelga larga y dura. ¿Motivos? Clásicos (salarios, condicione­s laborales) y de nuevo cuño▶ la crisis del sector aeronáutic­o y los transporte­s aéreos amenaza con tener un coste social grave.

Tensión social

La sucesión de incidentes violentos, en Holanda, se sigue con prudente distancia. Francia conoce desde hace meses un estado de violencia no siempre contenida en la periferia de las grandes ciudades, con incendio de automóvile­s durante muchos fines de semana. Pero se trata de conflictos étnicos, sociales, alejados del negacionis­mo y la protesta contra el confinamie­nto y el toque de queda.

En Francia, han existido varios intentos de lanzar un movimiento nacional negacionis­ta. Sin éxito, por ahora. Algunos médicos, muy minoritari­os, han intentado «atizar el fuego» negacionis­ta, utilizando las redes sociales para lanzar ideas del tipo «yo no me confino». Otros grupitos de médicos han lanzado llamamient­os a la «desobedien­cia civil». El portavoz de uno, Fabien Quedeville, afirma desear provocar un «electrocho­que». Han circulado varias peticiones para protestar contra un eventual tercer confinamie­nto para evitar la «desintegra­ción» social, económica y democrátic­a de Francia.

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EFE Una mujer camina junto a un restaurant­e cerrado en París
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