«Los jóvenes que respetan el Covid-19 salen fortalecidos»
que corra el pensamiento de que a ellos y a su familia no les va a pasar nada malo, y mucho menos contagiarse del Covid-19. «Por este motivo, a estas edades quedarse en casa es una decisión que conlleva muchos aprendizajes y fortalezas. En primer lugar –destaca Peralbo–, la empatía. Son realistas y asumen la situación de riesgo actual si se saltan las normas. Adquieren capacidad de responsabilidad y de sacrificio por el bien de ellos y de los demás. Mejoran su tolerancia a la frustración, lo que conduce a una mayor madurez personal. Con vistas al futuro van a saber enfrentarse a las adversidades con menores complicaciones porque ya han desarrollado y aprendido unos recursos para hacerlo de los que antes carecían».
Este psicólogo incide en que esto no significa que en casa no haya conflictos y tensión. «Aun así, para paliar esta situación no todos deciden encerrarse en su habitación y sumergirse durante horas en las redes sociales, sino que son capaces de buscar otras formas de entretenimiento más creativo».
A todos estos adolescentes, Peralbo les asegura que son «verdaderos ejemplos a seguir y les aconseja que, a pesar de la situación, no decaigan en su esfuerzo. Los padres deben servir de guía y comprenderles. Es muy importante transmitirles que valoramos y respetamos lo que pueden sentir. No hay ocasión más adecuada para que los padres se conviertan en los mejores “influencers” de sus hijos», concluye este psicólogo.