ABC (Andalucía)

Putin eleva la presión: allana la vivienda de Navalni y detiene a su hermano

∑El Kremlin incrementa la represión tras la nueva convocator­ia de manifestac­iones el próximo domingo para pedir la liberación del opositor

- RAFAEL MAÑUECO CORRESPONS­AL EN MOSCÚ

La Policía rusa desplegó ayer un inmenso aparato de intimidaci­ón contra los partidario­s y personas próximas al principal líder opositor, Alexéi Navalni, en prisión preventiva desde que regresó a Rusia, el pasado 17 de enero. Su hermano Oleg fue detenido, su esposa, Julia, quedó aislada en el apartament­o familiar sin poder contactar siquiera con su abogada mientras otros locales vinculados a la organizaci­ón de Navalni o a sus colaborado­res más estrechos eran también objeto de registros policiales.

Iván Zhdánov, miembro del Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK) creado por Navalni, escribió en Twitter que las fuerzas de seguridad rusas «derribaron» la puerta del piso de Oleg Navalni, hermano del dirigente opositor, al que arrestaron. Él ya fue detenido y liberado más tarde durante la manifestac­ión del pasado sábado.

La Policía, según Zhdánov, también se personó en el apartament­o en donde vivía habitualme­nte Navalni con su familia, en el barrio moscovita de Márino. Los agentes penetraron en el inmueble y no permitiero­n a Julia, la esposa del político opositor, salir mientras se llevaba a cabo el registro. Tampoco dejaron que su abogada, Verónica Poliakova, entrara en la casa, según aseguró la propia letrada.

Más registros

La radio Eco de Moscú daba cuenta ayer también de otro incursión policial en el apartament­o de la portavoz de Navalni, Kira Yarmish, condenada a una pena de diez días de prisión menor desde que fuera detenida el sábado en la manifestac­ión celebrada en la capital rusa en demanda de libertad para el principal adversario del presidente Vladímir Putin. Los agentes tampoco permitiero­n que los abogados de Yarmish presenciar­an el registro.

Acciones similares, según informó el Tribunal Tverskói de Moscú, están previstas en una treintena más de domicilios de

Acusacione­s

El Gobierno acusa a Occidente de buscar «causar

disturbios sociales» agitando

el caso Navalni

colaborado­res de Navalni, aunque la fuente judicial no especificó nombres concretos. Los registros tuvieron lugar ayer en no menos de una quincena de locales y apartament­os, incluida la sede del Fondo de Lucha contra la Corrupción, escribió en Twitter Liubov Sóbol, conocida abogada y mano derecha de Navalni, multada y detenida en las últimas semanas de forma repetida.

Lo curioso es que estas redadas tengan lugar en la víspera de nuevas manifestac­iones de apoyo a Navalni convocada para el domingo y el pretexto es la presunta «violación de las normas sanitarias» decretadas para contener la pandemia de Covid-19. Paralelame­nte, siguen abriéndose causas penales contra muchos de los detenidos en las movilizaci­ones del sábado por cortar calles o por supuestas agresiones a policías. Según reconoce el Ministerio del Interior ruso, aquel día fueron arrestadas cerca de 4.000 personas en las casi 70 ciudades rusas en donde hubo concentrac­iones. El órgano de control de las telecomuni­caciones, Roskomnadz­or, ha anunciado por su parte duras sanciones contra redes sociales como Facebook, Instagram, Youtube, Twitter, Tik Tok y Vkontakte por haber presuntame­nte incitado a los menores a acudir a las protestas. En la capital rusa, la manifestac­ión del domingo ha sido convocada frente a la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, conocido en el pasado como el KGB).

El secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev, antiguo jefe del FSB, dijo esta semana que los países de Occidente «buscan causar disturbios sociales, huelgas y nuevos maidanes» (las revueltas habidas en Ucrania) a base, según él, de «agitar el caso Navalni», a quien considera un simple «delincuent­e (...) que debe rendir cuentas ante la Justicia

dijo través de un viceminist­ro de Exteriores, Sergéi Riabkov, que la renegociac­ión se había hecho «en nuestras condicione­s».

Coyuntura delicada

Pero eso son meramente las formas. En el fondo, es la Casa Blanca la que está presionand­o a Putin en un momento ciertament­e delicado para él, cuando vuelve a enfrentars­e a protestas callejeras por las acusacione­s de corrupción y latrocinio, y el encierro arbitrario del líder opositor Alexéi Navalni. El Kremlin ya se vio en una situación similar hace una década, justo cuando Putin se presentaba a unas elecciones de trámite para pasar del cargo de primer ministro al de presidente, de donde salió por la supuesta limitación de mandatos, que al final no fue tal.

De las protestas de hace diez años salió, según figura en varios informes de la inteligenc­ia estadounid­ense, el rencor de Putin a Hillary Clinton. Entonces ella era secretaria de Estado (ministra de Exteriores) con Obama y Biden, y según creía el Kremlin instigó las protestas. El propio Putin dijo tras los comicios que Clinton «dictó el tono» de los manifestan­tes, que permanecie­ron en las calles hasta 2013, según informa la agencia Tass. En 2016, dos campañas diferentes de injerencia­s del Kremlin tuvieron como objetivo impedirle a Clinton que ganara las elecciones presidenci­ales, en las que se impuso finalmente Donald Trump.

A pesar de lo que pueda parecer, en realidad la Administra­ción Trump no fue precisamen­te dócil con Putin. Sólo el presidente parecía tenerle un respeto sospechoso, y se negaba a condenar abiertamen­te sus provocacio­nes. En sus muchas comparecen­cias siempre negó que hubiera existido una trama rusa para ayudarle, algo que desmintier­on sus propias agencias de inteligenc­ia.

Triunfo

El Kremlin se adelanta a la Casa Blanca y dice que la renegociac­ión se ajusta a sus

exigencias

Pero de Trump para abajo, la postura fue combativa. En 2018, el Gobierno de EE.UU. se retiró unilateral­mente de otro acuerdo, el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, acusando a Rusia de incumplirl­o. Este prohibió la producción, tenencia y pruebas de vuelo de misiles de crucero lanzados desde tierra con una capacidad de alcance de 500 a 5.500 kilómetros. Washington destruyó después 846 misiles. Moscú, 1.846.

Tras anular aquel tratado, Trump se marcó como objetivo renegociar el Nuevo Start de forma más beneficios­a para EE.UU., sobre todo planeando un rearme nuclear en el Pacífico para contener el expansioni­smo territoria­l chino. Ese otro acuerdo, negociado por Obama en 2010, caducaba el 5 de febrero. Ahora, según Rusia, se prorroga otros cinco años.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain