Ribera y Feijóo avalan el uso de biomasa en la central de As Pontes
Endesa anunció su cierre porque no era viable económica ni ambientalmente
No está la última palabra dicha sobre el cierre definitivo de la central térmica de As Pontes (La Coruña), anunciado la pasada semana por Endesa. Un contrainforme elaborado por técnicos del Ministerio de Transición Ecológica, la Xunta y el Ayuntamiento de As Pontes contradice la versión dada por la compañía y asevera que el uso de biocombustibles para la generación de energía eléctrica no contraviene la normativa ambiental vigente.
Las conclusiones a las que llegan los técnicos de las tres administraciones públicas emanan de las pruebas que Endesa realizó en la central a finales del pasado año, en las que se empleó al 50% una mezcla de carbón y biomasa. Pero donde Endesa concluía que se producían «graves inconvenientes de carácter ambiental» por la emisión de mercurio y el exceso de cenizas, ahora se asegura que todo entra dentro de los parámetros permitidos por la legislación.
«En el caso del mercurio (...) no se superó en ningún caso el valor límite establecido», asevera el informe técnico al que ha tenido acceso ABC, «y las cenizas y escorias son admisibles para un vertedero de residuos no peligrosos» de acuerdo con el reglamento gallego, que solo exige una solicitud para «autorizar valores límites de hasta tres veces el valor para ciertos parámetros». La central «ya inició los trámites para solicitar la ampliación de estos límites el 11 de diciembre de 2020». A la vista de los resultados «se puede concluir la viabilidad ambiental de la instalación para quemar mezcla de carbón y biocombustible», sentencia el informe.
El plano económico
Viabilidad Gobierno, Xunta y As Pontes ultiman un estudio sobre la segura viabilidad
económica de la central térmica
Despejada la duda técnica y ambiental, la incógnita ahora reside en si la reconversión de As Pontes, la mayor térmica de España con su potencia de 1.200 MW, es económicamente viable para Endesa. En su análisis, el comité técnico formado por las tres administraciones deja claro que no han abordado esta cuestión, y que sin duda está en el centro de la decisión de la energética de cerrar definitivamente la central.
Endesa alegaba que «el MWh generado [a través de la mezcla de biocombustible y carbón] costaría alrededor de 65 euros, con lo que resultaría 15 euros (un 30%) más caro que el producido en una central de ciclo combinado de gas natural». Según sus cálculos, «la térmica es inviable al quedar fuera del mercado eléctrico», que prevé para este año «un precio de 47,3 euros por MWh». Además, adaptar la central «requeriría asimismo una elevada inversión y unos altos costes fijos», que produciría «una destrucción de caja estimada en 625 millones de euros en diez años de actividad».
Las tres administraciones trabajan en otro contrainforme sobre la viabilidad económica de la central. «Los números dan», aseguran.