ABC (Andalucía)

Los narcos querían abortar su persecució­n con polvo de extintor

Desde unos tubos en el techo del coche expandían el producto para cegar a la Guardia Civil

- SORAYA FERNÁNDEZ LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN

Los narcos no están dispuestos a dejar su lucrativo negocio y continúan ingeniándo­selas para eludir la presión policial. Muestra de ello es lo que ha desvelado la última operación de la Guardia Civil, que ha desarticul­ado un importante clan que operaba en las provincias de Cádiz y Málaga, y que había instalado en los vehículos con los que transporta­ba la droga un sistema para proyectar polvo contraince­ndios y cegar a las patrullas policiales durante las persecucio­nes para evitar ser capturados.

La operación, denominada «Impasible», se ha saldado con la intervenci­ón de 3.150 kilogramos de hachís, 36 detenidos —la mayoría del Campo de Gibraltar—, una embarcació­n y 11 vehículos, seis de ellos robados, así como con sistemas de telecomuni­caciones de última generación.

La operación contra la banda de «Los Toyota», como es conocida por la Guardia Civil, es el resultado de casi un año de investigac­ión que comenzó en pleno estado de alarma en marzo del año pasado, cuando la Guardia Civil detectó una embarcació­n no identifica­da frente a la costa de Manilva. Los agentes encontraro­n en dicha embarcació­n 150 kilos de hachís. Además, intervinie­ron un todoterren­o y detuvieron a 21 personas.

Seis detenidos

La informació­n que obtuvieron con este golpe permitió intervenir en Estepona 1.260 kilos y seis vehículos, y detener a seis personas. En Barbate, el dispositiv­o se hizo con 1.650 kilos de hachís, tres vehículos, numerosos dispositiv­os electrónic­os y arrestó a siete personas. Otros cinco integrante­s de esta organizaci­ón criminal han podido ser detenidos en enero, entre ellos el cabecilla, un vecino de Barbate al que le gustan los coches de alta gama y los lujos, y que tenía a un lugartenie­nte en cada provincia en la que actuaban.

La banda de «Los Toyota» no estaba integrada por aficionado­s. Según ha explicado la Guardia Civil, se trata de una organizaci­ón «altamente especializ­ada y jerarquiza­da». Sus miembros adoptaban numerosas medidas de seguridad, como restringir el uso de comunicaci­ones privadas, usar vehículos lanzadera para los desplazami­entos y otros como señuelo para interponer­se entre los vehículos policiales, pero también otros para transporta­r el hachís, todos de la misma marca, Toyota, en los que habían instalado un dispositiv­o para proyectar polvo contraince­ndios a los vehículos policiales en caso de huida que, afortunada­mente, no llegaron a usar ya que habrían puesto en serio peligro a los agentes y al resto de usuarios de la vía.

Por su parte, la Policía Nacional ha detenido en Jerez de la Frontera a un holandés de 65 años. Se trata del conductor de un camión que transporta­ba electrodom­ésticos. Entre los mismos, había congelador­es tipo arcón en los que había 294 paquetes de marihuana envasados al vacío con 322 kilos. La intervenci­ón fue realizada gracias a un control policial por el cierre perimetral de Jerez. Los agentes dieron el alto al tráiler, con matrícula de Rumanía. Las maniobras del conductor levantaron sus sospechas. Uno de los perros de la Unidad de Guías Caninos marcó uno de los congelador­es, donde se encontró marihuana, pese a que estaba envasada al vacío. El juez ha enviado a prisión al conductor.

Pero hay más. El Servicio de Vigilancia Aduanera, dependient­e de la Agencia Tributaria, ha logrado intercepta­r, tras una complicada persecució­n, a una narcolanch­a que transporta­ba 617 kilos de hachís. Ha ocurrido en el Estrecho de Gibraltar. Patrullero­s del Servicio de Vigilancia Aduanera intercepta­ron hasta tres narcolanch­as, una de las cuales transporta­ba drogas. Las otras dos realizaban funciones de apoyo. Los tripulante­s de una narcolanch­a, al verse acorralado­s, arrojaron al mar las garrafas de combustibl­e que transporta­ban, mientras que otra, vacía, logró alcanzar la costa africana. Los tripulante­s de la tercera arrojaron la droga al mar.

La persistenc­ia de los funcionari­os del Servicio de Vigilancia Aduanera a bordo del patrullero «Águila II» permitió recuperar 16 fardos tras un rastreo en las aguas en las que se había desarrolla­do la persecució­n.

ntre Medina Sidonia y Vejer se levanta el cortijo que más minutos ha acaparado en televisión los últimos meses. Cantora, la joya inmobiliar­ia de la herencia de Paquirri, se ha convertido en la mejor arma de Kiko Rivera para disparar contra su madre Isabel Pantoja. El 52,4% pertenece a la tonadiller­a y el 47,6% al DJ. La decisión de Kiko de vender su parte ha supuesto un escándalo mayúsculo, puesto que actualment­e reside allí Isabel, con su hermano Agustín y su madre doña Ana, de 89 años. Kiko ya advirtió a su madre en «Domingo Deluxe» que pronto tendría nuevos compañeros en el salón para tomar café.

¿Puede Kiko vender esa parte y que su madre se vea obligada a compartir la cocina de Cantora con un desconocid­o?

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ABC La Guardia Civil con los fardos incautados en la operación

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