La llegada de Draghi agrada al mundo empresarial y divide a los populistas
Si el expresidente del BCE no logra la unidad que busca, habrá
del presidente de la República», afirmó Draghi. Fue una intervención a la altura de lo exigido por el presidente de la República, cuando en la noche del martes, con un discurso dramático y muy claro explicó por qué Italia necesita un gobierno de «alto perfil» y no le conviene un adelanto electoral.
A los mejores
Una vez más, Italia sabe elegir a sus hombres más preparados. La opinión generalizada hoy es que Mattarella hizo la mejor elección. Nadie duda de que Draghi se rodeará, como siempre ha hecho, del mejor equipo posible. Sobre la mesa está la opción de un gobierno híbrido, mitad técnico, mitad político.
Con Draghi, Italia estará representada por el hombre que goza de gran prestigio y respeto internacional en un momento clave. Este año Italia ostenta la presidencia del G-20, con una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Roma en octubre, y a nivel de ministros de Finanzas en Venecia en julio. Para Draghi, si tiene éxito en su arriesgada misión, la jefatura del gobierno puede ser la antesala para la presidencia de la República, en sustitución de Sergio Mattarella, cuyo mandato de siete años se cumple el 31 de enero 2021.
Recurrir a Draghi como salvador de la patria, representa la bancarrota de la clase política italiana, enfrascada en una permanente guerra de guerrillas. Draghi espera obtener una amplia mayoría del parlamento. Un fracaso, que hoy no se contempla, llevaría al país a elecciones anticipadas.