«El motor de la pandemia no son las cepas, sino los supercontagios»
Científicos españoles descartan que una mutación invalide «de repente» una vacuna
Frente al discurso imperante de que la tercera ola es fruto de las nuevas cepas del SARS-CoV-2, el equipo de investigadores que lideran Antonio Salas y Federico Martinón insisten en que el auténtico «motor» de la pandemia no son las mutaciones del virus sino «los episodios de supercontagio». «Que una cepa gane espacio depende de varios factores, y uno de ellos son los supercontagiadores», asegura Salas. Este grupo de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) acaba de publicar una carta en la revista «Science» donde inciden en esta idea, que ya expusieron en mayo tras analizar 5.000 genomas completos del virus y que ahora ratifican tras haber ampliado su estudio a 166.000. En la actualidad están abarcando medio millón de genomas, «y empezamos a tener problemas de computación».
La publicación en «Science» se hace como respuesta a otro trabajo que identifica un episodio de supercontagio en Boston «que nosotros ya identificamos en nuestro primer estudio». «Las nuevas cepas pueden jugar un rol, pero hay un motor que sigue funcionando detrás», asevera Salas en conversación con ABC, «seguramente en esas cepas haya brotes puntuales con crecimientos importantes en España y el mundo, pero están ocasionados por eventos de supercontagio».
En mayo, el equipo de Salas y Martinón calculó que entre un 30 y un 50% de los casos de Covid-19 en el mundo eran debidos a esta figura de los supercontagiadores. Ocho meses después, el investigador estima que la cifra en la actualidad «no debería variar mucho». En su opinión, que una cepa «tenga éxito en una población» puede venir determinado incluso «por el factor suerte, por el azar», que haga «que esa mutación surja en un contexto epidemiológico concreto».
«No se trata de un brote de una persona o dos, sino de una persona que contagia a docenas, y son esas docenas las que pueden expandir de manera secundaria ese genoma», pero que no necesariamente exigen una mayor contagiosidad en la variante del virus, como se ha querido hacer creer. Ya en mayo afirmaron que «hay países en los que uno o unos pocos casos han provocado el contagio global», y creen que ese puede ser, de nuevo, el escenario en el que estemos.
«Tunear vacunas»
Para Salas, que los laboratorios hayan sido capaz de encontrar un método de inmunización en menos de un año es «un milagro científico», que solo se explica «porque detrás hay mucha ciencia», tanta como «para producir no una sino muchs vacunas». «Es uno de los grandes logros de la ciencia de los últimos tiempos», recalca.
Salas, que se reconoce como «no especialista en vacunas», no oculta su preocupación ante el hecho de que haya zonas del planeta, países del tercer mundo, donde no se logre inmunizar a grandes capas de su población, como sí lograrán con toda probabilidad las naciones más ricas. «Si no se vacuna, esos países serán reservorios de variabilidad genómica del virus», y si no se frena, «seguirá circulando, a corto plazo no parará de manera espontánea», y pone el ejemplo de la gripe, «que sigue ahí».
De acuerdo con sus investigaciones, el SARS-CoV-2 acumula una mutación «cada dos semanas», lo que arroja 24 variaciones al año, a pesar de lo cual Salas confía en que la efectividad de las vacunas no se vea comprometida a corto plazo. «No habrá una mutación que, de repente, haga que una vacuna deje de funcionar», sino que «será algo progresivo, como sucede con la gripe». Su tesis es que, probablemente, «cada dos años» haya que «tunear la vacuna» y «renovar la inmunidad sobre la población».
En todo caso, partiendo de que la efectividad de algunas de las vacunas es superior al 90% «cuando los especialistas habrían puesto la mano en el fuego porque fuera del 60 o el 70% como mucho», las mutaciones del virus podrían provocar una leve caída porcentual. «¿Que en vez de ser efectiva al 95% lo es al 90%?», formula, «ese rango no se lo imaginaba nadie».
Y hace un último recordatorio. «Parece razonable pensar que “salvar la Navidad” haya podido ser el detonante de esta tercera ola». Cree acreditado que los rebrotes son consecuencia «de una relajación de las medidas de prevención». «Una persona que usa mascarilla y mantiene la distancia, previene el contagio, sea el portador de una variante u otra», concluye.
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El azar
«Que una cepa tenga éxito en una población depende del factor suerte, del azar»
Tesis «Cada dos años habrá que modificar la vacuna y renovar la inmunidad en
la población»