Gran Mezquita
Los radicales amenazan al rector del templo parisino por favorecer el diálogo con el Estado
del Estado. A finales de 2019 y principios de 2020, Emmanuel Macron comenzó a denunciar las amenazas del «separatismo religioso y cultural». Esa terminología clínica todavía no nombraba abiertamente al islam, hasta que los atentados islamistas del otoño pasado transformaron oficialmente el «separatismo religioso» en «gangrena islamista, amenazante para la República, el Estado».
Gérald Darmanin, ministro del Interior, defiende ahora ante la Asamblea Nacional un proyecto de ley destinado a defender los principios de la República, y explica el crecimiento de la amenaza/gangrena islamista durante la pandemia de este modo▶ «Muchos barrios de la “banlieue” llevan años contagiándose de la barbarie islamista. Se cometieron muchos errores urbanísticos y de repoblación, con muchos pisos sociales. La inmigración continuó llegando a los mismos barrios, creando inmensos problemas de todo tipo». Según Darmanin, «presentándose como defensores de la solidaridad y el humanismo, los islamistas han tomado el poder en muchos territorios. En muchos suburbios de Francia es hoy posible vivir, al cien por ciento, desde el nacimiento hasta la muerte, según las normas islámicas, recibiendo educación, contrayendo matrimonio, incluso recibiendo cuidados médicos, según las normas que imponen los islamistas. La ley que deberán aprobar la Asamblea Nacional y el Senado tiene por objetivo combatir esa gangrena que ha crecido de manera inquietante».
El proyecto de ley destinado a defender los principios de la República ha