Koeman ahorra y gana
∑El holandés, que dejó a Pedri, De Jong y Messi en el banquillo pensando en la Copa, reacciona y el Barça remonta a un Betis que concedió en defensa
Messi en la grada y Riqui Puig titular. Esto sólo lo puede hacer Koeman, que es igual de mito que el argentino en la historia del Barça. Los que aún tenemos el prestigio de no haber vivido sólo en democracia, estaremos para siempre en deuda con el holandés. Por el gol de Wembley, por supuesto, pero también por el orden, la contundencia y el poder que le dio al Dream Team, el mejor equipo de todos los tiempos. El Cruyff entrenador, más que el jugador y más que Guardiola en todas sus dimensiones, fue la expresión más pura no solamente del fútbol, sino del talento. Dicho esto, la rotación, por llamarla de algún modo, tuvo mucho que ver con priorizar la Copa frente a la Liga. Qué lejos quedan los tiempos en que la única ambición posible del Barça era ganarlo todo y a lo grande.
El Betis empezó mordiendo, pero como un cachorro, y le hacía no más que cosquillas al Barça. Araújo se lesionó y Koeman mandó calentar, y salir, a De Jong. Umtiti, central, y el recambio más lógico, quedó sentenciado por algo más que un rumor. Bien está. Ya era hora. Los malos son malos y por supuesto hay que ser caritativos con ellos en el plano personal, pero el Barça no es un club social. La mala leche de Koeman es graciosísima e infinita. Me gusta. Lástima del chándal, con lo bien que le quedaría una teba de Bel, confeccionada con lana de Loro Piana y un leve jersey de
m.38▶ Borja Iglesias; m.59▶ Messi; Víctor Ruiz (pp); m.75▶ Víctor Ruiz; Trincao.
m.68▶ m.87▶
(Comité madrileño). Amonestó a De Jong, Dembélé, Busquets y Víctor Ruiz. lana merino debajo. El Barça incluso dominaba, pero sin acabar de entrar en el partido. Justo se mojaba los pies en el agua, como los niños en las playas invernales. Riqui Puig aceleraba la circulación del balón y Mingueza le daba profundidad. Pero la primera ocasión la tuvo el Betis, peligroso cabezazo al segundo palo. Lenglet, al cabo de 10 minutos, demostró qué es hacer el ridículo rematando de cabeza y por qué no es un jugador para el Barça. A Lenglet vale más regalarlo que no hacerlo jugar con el absurdo argumento del «ya que lo hemos pagado». Y en el 39 le pasó al Barça lo que les pasa a los equipos que especulan en lugar de implicarse. Una transición rápida de Fekir acabó con el gol de Borja Iglesias. Busquets es ya tan un jubilado, y él lo sabe, que para disimular su impotencia ante el autor del gol levantó el brazo protestando al árbitro sabiendo perfectamente que no era fuera de juego. La única protesta razonable era y es la nuestra ante el indiscutible hecho de que está acabado. Pero a Busquets no podemos ni regalarlo▶ está tan pasado que sería una descortesía encasquetarle semejante carraca ni al más odiado de los rivales. Koeman se fue al descanso con la misión de decidir qué hacía con Messi y con Pedri.
Braithwaite fue el sacrificado, por Pedri. Koeman no se ponía nervioso