ABC (Andalucía)

Donald Trump queda exonerado, pero los republican­os le repudian

∑«No hay ninguna duda de que es responsabl­e a efectos prácticos y morales de provocar los disturbios», dice el líder conservado­r en el Senado

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

l Senado de Estados Unidos exoneró ayer a Donald Trump en su segundo juicio político del ‘impeachmen­t’. Consideran así que el expresiden­te no es culpable de haber incitado a la insurrecci­ón y el saqueo del Capitolio, que provocó siete muertes. Aun así, fueron siete de 50 los republican­os que se unieron a los demócratas para condenar al expresiden­te, algo insólito. Para inhabilita­rle se necesitaba­n dos tercios de los votos, es decir, 67 en total. Una mayoría del Senado sí cree, entonces, que es culpable.

Es más, aunque votó a favor exonerarle, el líder republican­o en el Senado, Mitch McConnell, dijo que lo hizo únicamente por motivos de procedimie­nto▶ no se puede someter al ‘impeachmen­t’ a alguien que ya no ejerce el cargo. Después, McConnell dijo▶ «Las acciones del expresiden­te Trump antes de los disturbios fueron una vergonzosa negligenci­a». «No hay duda, ninguna, de que el presidente Trump es responsabl­e a efectos prácticos y morales de provocar los hechos de aquel día. No hay dudas al respecto. Las personas que irrumpiero­n en este edificio creyeron que estaban actuando según los deseos e instruccio­nes de su presidente», añadió McConnell, antes de decir que Trump aun puede ser denunciado y llevado a juicio.

Trump rompió su silencio para declarar, en un comunicado▶ «Esta ha sido una fase más de la mayor caza de brujas en la historia de nuestro país. Ningún presidente ha pasado por algo así, y sigue porque nuestros oponentes no pueden olvidar a los casi 75 millones de personas, la cifra más alta para un presidente en funciones, que votaron por nosotros hace unos pocos meses». Trump ya sobrevivió otro ‘impeachmen­t’ hace un año, y siempre ha denunciado que las investigac­iones en su contra son parte de una caza de brujas.

Los siete republican­os que su sumaron a los demócratas son Richard Burr de Carolina del Norte, Bill Cassidy de Luisiana, Susan Collins de Maine,

ELisa Murkowski de Alaska, Mitt Romney de Utah, Ben Sasse de Nebraska y Patrick Toomey de Pensilvani­a. Los seis últimos votaron a favor de abrir juicio a principios de semana. Al primero, Burr, parece que los alegatos de los demócratas le convencier­on para pasarse al otro bando y condenar a Trump. El juicio, sin testigos, ha durado cuatro días.

Débil defensa

El Partido Republican­o quiere pasar página de la era Trump, y aunque este acabe exonerado, para los líderes conservado­res en el Capitolio las pruebas y los testimonio­s aportados son ya suficiente condena, en especial cuando ha quedado claro que son ellos las principale­s víctimas de las temerarias acciones del expresiden­te. Tan débil ha sido la defensa de Trump en el juicio que ha tenido lugar esta semana en el Capitolio, tan armada por los pelos que ayer, de forma totalmente sorpresiva, los demócratas y unos pocos republican­os se unieron para alargar brevemente el proceso y, algo que no deja bien parado a Trump, incluir en el expediente del caso un testimonio escrito que demuestra que el expresiden­te actuó con gran pasividad aquella aciaga jornada del 6 de enero.

Los republican­os estaban profundame­nte insatisfec­hos con la defensa de Trump, que el viernes alegó que el exvicepres­idente, Mike Pence, nunca estuvo en peligro cuando en los vídeos se vio claramente su evacuación del Capitolio mientras a escasos metros la turba furiosa gritaba «ahorcad a Mike Pence». Con contundenc­ia, los diputados demócratas que ejercieron la acusación revelaron que el líder republican­o en la Cámara de Representa­ntes, Kevin McCarthy, imploró a Trump que hiciera algo, que enviara refuerzos al Capitolio, que pidiera a sus partidario­s que se fueran inmediatam­ente, pero el

presidente lo hizo tarde y mal, a regañadien­tes, con un par de mensajes en Twitter llenos de matices.

Los fiscales dijeron ayer que querían llamar a testificar a diputados republican­os como Jaime Herrera Beutler, que han declarado a los medios que saben los detalles de la acalorada llamada de McCarthy a Trump y constataro­n la pasividad del expresiden­te ante un asalto mortal a la sede del poder legislativ­o. Así que en medio de esa profunda insatisfac­ción, los demócratas fueron capaces de forzar una votación sobre testigos, algo que no estaba previsto.

Testimonio como prueba

Finalmente ambas partes llegaron a un acuerdo ‘in extremis’▶ se aceptó como prueba un testimonio de la diputada Herrera, una de las pruebas más duras contra Trump, sin tener por qué alargar más el proceso. En ese testimonio, la diputada asegura que Trump justificó el saqueo al decir▶ «Mira, Kevin, creo que a ellos les molesta más esto de las elecciones que a ti».

Los fiscales acusaban a Trump de incitar a sus seguidores a saquear el Capitolio el 6 de enero, cuando las dos cámaras del legislativ­o se disponían a validar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenci­ales del pasado mes de noviembre. Aunque pelearon por llevar testigos al Senado hasta el final, acabaron cediendo, y aceptaron que la exoneració­n tuviera lugar un sábado por la tarde de forma acelerada, sin alharacas.

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El aboagdo de Trump, Michael van der Veen (dcha.), interrumpe al demócrata David Cicilline durante el juicio político en el Senado
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EFE

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