Donald Trump queda exonerado, pero los republicanos le repudian
∑«No hay ninguna duda de que es responsable a efectos prácticos y morales de provocar los disturbios», dice el líder conservador en el Senado
l Senado de Estados Unidos exoneró ayer a Donald Trump en su segundo juicio político del ‘impeachment’. Consideran así que el expresidente no es culpable de haber incitado a la insurrección y el saqueo del Capitolio, que provocó siete muertes. Aun así, fueron siete de 50 los republicanos que se unieron a los demócratas para condenar al expresidente, algo insólito. Para inhabilitarle se necesitaban dos tercios de los votos, es decir, 67 en total. Una mayoría del Senado sí cree, entonces, que es culpable.
Es más, aunque votó a favor exonerarle, el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, dijo que lo hizo únicamente por motivos de procedimiento▶ no se puede someter al ‘impeachment’ a alguien que ya no ejerce el cargo. Después, McConnell dijo▶ «Las acciones del expresidente Trump antes de los disturbios fueron una vergonzosa negligencia». «No hay duda, ninguna, de que el presidente Trump es responsable a efectos prácticos y morales de provocar los hechos de aquel día. No hay dudas al respecto. Las personas que irrumpieron en este edificio creyeron que estaban actuando según los deseos e instrucciones de su presidente», añadió McConnell, antes de decir que Trump aun puede ser denunciado y llevado a juicio.
Trump rompió su silencio para declarar, en un comunicado▶ «Esta ha sido una fase más de la mayor caza de brujas en la historia de nuestro país. Ningún presidente ha pasado por algo así, y sigue porque nuestros oponentes no pueden olvidar a los casi 75 millones de personas, la cifra más alta para un presidente en funciones, que votaron por nosotros hace unos pocos meses». Trump ya sobrevivió otro ‘impeachment’ hace un año, y siempre ha denunciado que las investigaciones en su contra son parte de una caza de brujas.
Los siete republicanos que su sumaron a los demócratas son Richard Burr de Carolina del Norte, Bill Cassidy de Luisiana, Susan Collins de Maine,
ELisa Murkowski de Alaska, Mitt Romney de Utah, Ben Sasse de Nebraska y Patrick Toomey de Pensilvania. Los seis últimos votaron a favor de abrir juicio a principios de semana. Al primero, Burr, parece que los alegatos de los demócratas le convencieron para pasarse al otro bando y condenar a Trump. El juicio, sin testigos, ha durado cuatro días.
Débil defensa
El Partido Republicano quiere pasar página de la era Trump, y aunque este acabe exonerado, para los líderes conservadores en el Capitolio las pruebas y los testimonios aportados son ya suficiente condena, en especial cuando ha quedado claro que son ellos las principales víctimas de las temerarias acciones del expresidente. Tan débil ha sido la defensa de Trump en el juicio que ha tenido lugar esta semana en el Capitolio, tan armada por los pelos que ayer, de forma totalmente sorpresiva, los demócratas y unos pocos republicanos se unieron para alargar brevemente el proceso y, algo que no deja bien parado a Trump, incluir en el expediente del caso un testimonio escrito que demuestra que el expresidente actuó con gran pasividad aquella aciaga jornada del 6 de enero.
Los republicanos estaban profundamente insatisfechos con la defensa de Trump, que el viernes alegó que el exvicepresidente, Mike Pence, nunca estuvo en peligro cuando en los vídeos se vio claramente su evacuación del Capitolio mientras a escasos metros la turba furiosa gritaba «ahorcad a Mike Pence». Con contundencia, los diputados demócratas que ejercieron la acusación revelaron que el líder republicano en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, imploró a Trump que hiciera algo, que enviara refuerzos al Capitolio, que pidiera a sus partidarios que se fueran inmediatamente, pero el
presidente lo hizo tarde y mal, a regañadientes, con un par de mensajes en Twitter llenos de matices.
Los fiscales dijeron ayer que querían llamar a testificar a diputados republicanos como Jaime Herrera Beutler, que han declarado a los medios que saben los detalles de la acalorada llamada de McCarthy a Trump y constataron la pasividad del expresidente ante un asalto mortal a la sede del poder legislativo. Así que en medio de esa profunda insatisfacción, los demócratas fueron capaces de forzar una votación sobre testigos, algo que no estaba previsto.
Testimonio como prueba
Finalmente ambas partes llegaron a un acuerdo ‘in extremis’▶ se aceptó como prueba un testimonio de la diputada Herrera, una de las pruebas más duras contra Trump, sin tener por qué alargar más el proceso. En ese testimonio, la diputada asegura que Trump justificó el saqueo al decir▶ «Mira, Kevin, creo que a ellos les molesta más esto de las elecciones que a ti».
Los fiscales acusaban a Trump de incitar a sus seguidores a saquear el Capitolio el 6 de enero, cuando las dos cámaras del legislativo se disponían a validar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre. Aunque pelearon por llevar testigos al Senado hasta el final, acabaron cediendo, y aceptaron que la exoneración tuviera lugar un sábado por la tarde de forma acelerada, sin alharacas.