En Comú Podem toca techo
De poco han servido las visitas de Pablo Iglesias o la omnipresencia de Ada Colau durante la campaña: con el voto de izquierdas especialmente disputado y las propuestas cada vez más esquinadas, hace tiempo que la indefinición de En Comú Podem, ese apostar por una República plurinacional federal que nadie sabe muy bien qué es, ha tocado techo.
Ocho escaños lograron en 2017 y otros ocho sacaron anoche, calcando un resultado que, pese al cambio de siglas y de candidato (Jéssica Albiach reemplazó a Xavier Domènech), ni suma ni resta. Si acaso, se deja medio punto en un porcentaje de voto que se mantiene más o menos estable entorno del 7%, lo mismo que conseguía ICVEUiA hace diez años sin necesidad de dar tantas vueltas. Por lo menos ellos no tenían que lidiar con ocurrencias como la de Iglesias comparando a Puigdemont con los exiliados republicanos durante la dictadura franquista.
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Salvador Illa
CANDIDATO DEL PSC A LA GENERALITAT
«El cambio ha llegado a Cataluña para quedarse. La victoria de hoy es un gran paso pero solo es un primer paso. El cambio es imparable»
que necesita Cataluña», dijo Illa sólo un día antes de que Sánchez lo ungiese oficialmente como candidato. Un gesto que levantó alguna que otra suspicacia y que el resto de partidos aprovechó para minar repetidamente la credibilidad del exministro Illa, el primer candidato con serias opciones de ganar unas elecciones catalanas desde que Pasqual Maragall se impuso a Artur Mas por la mínima en 2003.
De ahí que Illa se convirtiese pronto en el objetivo a batir; el político recién llegado de Madrid al que lo mismo se le afeaba una errática gestión de la pandemia que se le recriminaba en directo y ante las cámaras que fuese el único candidato que rehusó realizarse un test de antígenos antes del debate a nueve de TV3.
Al candidato de los socialistas catalanes todo aquello le sirvió para diseñar un nuevo eslogan electoral («del todos contra Illa al contra Illa vale todo» dijo), pero sus explicaciones no acabaron de convencer a nadie y alimentaron el fantasma de la vacunación indebida. Nada que no pudiese arreglar un capote de Moncloa negando la mayor y, sobre todo la sobreactuación de los partidos independentistas a la hora de dejar escrito y firmado que, «sea cual sea la correlación de fuerzas surgidas de las urnas, en ningún caso se pactará la formación de gobierno con el PSC».
Un nuevo acicate, el enésimo ya, para un candidato que se reivindicaba como alternativa al ‘procés’ y que si algo ha repetido durante la campaña es que, de ser presidente de la Generalitat, con él «no habrá tripartito, ni independencia, ni procès». «El cambio ha llegado a Cataluña para quedarse. La victoria de hoy es un gran paso pero sólo es un primer paso. El cambio es imparable. Tardaremos más o menos, pero es imparable», aseguró Illa, para quien la victoria del PSC es una oportunidad inmejorable para «reencontrarnos».