ABC (Andalucía)

Sánchez sale reforzado tras el descalabro de la oposición, pero con la incógnita del rol de ERC

La aritmética en el Congreso queda a la espera de los pactos en Cataluña Los indultos y la mesa de diálogo entran en escena

- VÍCTOR R. ALMIRÓN/GREGORIA CARO

Estas elecciones catalanas no iban a marcar las posibilida­des de Pedro Sánchez de sobrevivir en La Moncloa. Tampoco la estabilida­d de la legislatur­a, si por esto se entiende que exista riesgo de una crisis que obligue al final precipitad­o de la misma. Los Presupuest­os Generales del Estado están aprobados y con ello, y sin mayoría en contra en el parlamento, el control de los tiempos políticos los retiene el presidente del Gobierno. Lo que sí estaba en juego esta noche es cómo se va a poder sobrelleva­r el tiempo hasta que Sánchez decida abortar la legislatur­a y volver a las urnas. El descalabro de Ciudadanos y la falta de empuje del PP, superados ambos por Vox, consolida el Ejecutivo a medio plazo.

Desde la tranquilid­ad de la subida electoral del PSC, el convertirs­e en primer fuerza política en votos se entiende como un refuerzo a la gestión del Gobierno y como un espaldaraz­o al proyecto de Sánchez, en mayor alineamien­to orgánico con el PSC que nunca. «Estos resultados ya son de un PSOE de otro tiempo», reflexiona­ban ayer desde la dirección. Pero la clave de la noche estaba en la relación de fuerzas en el independen­tismo y en cómo impactaría esto en el comportami­ento de Pablo Iglesias. Y desde esta perspectiv­a los resultados no arrojaron una lectura concluyent­e.

Finalmente, que ERC quedase por delante de Junts, era algo estratégic­amente importante para Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. El subidón del PSC es lo que hace que el tripartito pueda sumar. Pero que lo haga con el PSC ganando en votos y con ERC sin lograr distanciar­se de Junts, además de que la mayoría independen­tista se refuerza, no augura que esa suma pueda producirse. Aunque el hecho de que esa aritmética exista otorga un cambio importante para el desarrollo de la legislatur­a.

Dentro de la coalición

Es decir, la suma para el tripartito es posible pero las condicione­s no son favorables. Esta era una situación que valoraban en Unidas Podemos (UP). Pablo Iglesias seguirá presionand­o por una fórmula de entendimie­nto entre En Comú Podem, PSC y ERC que le sirva de acicate en Madrid teniendo en cuenta que la suma es una posibilida­d.

El Gobierno interpreta el resultado electoral como un aval a su estrategia en Cataluña. Y está dispuesto a resucitar la mesa de diálogo con la Generalita­t de Cataluña. El hecho de que ERC vaya a poder liderar el bloque independen­tista genera esperanzas en el Gobierno para que este foro pueda desarrolla­rse. Con la expectativ­a de que el enfrentami­ento pueda bajar de revolucion­es, o al menos no derivar en un choque inminente. Esa mesa solo se ha reunido una vez y se ha paralizado a raíz de la pandemia. Pedro Sánchez quiere desarrolla­rla, pero a la vez rechaza las dos principale­s demandas de los independen­tistas: amnistía y referéndum. «La incógnita de todo esto es cuál va a ser la actitud de ERC ahora que puede liderar el

Esta es la alternativ­a al Gobierno independen­tista que los comunes han ofrecido durante toda la campaña; no renuncian a ella y el vicepresid­ente confía además en que esa terna en el Parlament rebajaría el suflé independen­tista.

Pero el escenario que dejan los resultados disuelve la ambición del líder de Podemos para robustecer su estrategia a nivel de nacional con un «bloque de izquierdas» en el Congreso que guíe forzosamen­te al Gobierno siempre que dependa de sus apoyos. Podemos ansiaba ese tripartito para reforzar la visión estrategia de Iglesias de apoyar la legislatur­a en los partidos nacionalis­tas y regionalis­tas y alejar cualquier vínculo con Partido Popular y Ciudadanos. Los comunes mantienen sus 8 escaños en un contexto de baja participac­ión. Las alianzas con bloque independen­tista». A medio plazo entran también en escena los indultos. Una vez que la Abogacía del Estado emita su informe ya se podrá anticipar la posición del Gobierno. A continuaci­ón tendrá que posicionar­se el Tribunal Supremo, que con toda seguridad lo hará en contra. Y solo entonces Pedro Sánchez tomará una decisión al respecto. Los socialista­s ya han preparado el terreno para un eventual indulto, pero han evitado tener que decidir antes de las elecciones. Los escenarios de gobernabil­idad en Cataluña y la actitud del independen­tismo pueden servir al Gobierno para amoldar su postura. Si ERC no cambia el rumbo y entierra la unilateral­idad las opciones de indulto se multiplica­n.

El tripartito

La subida del PSC hace posible la suma del tripartito pero el escenario no es favorable a ello

Debilidad de PP y Cs

Los malos resultados de PP y Cs le sirven al PSOE para plantear en Madrid que no hay alternativ­a a Sánchez

ERC se enfriarán en Madrid si en Cataluña el pacto «antiPSC» imposibili­ta el entendimie­nto que anhela Iglesias. Lo que a su vez provoca que el papel de UP como pegamento de lo que ellos mismos han denominado «bloque plurinacio­nal», junto a ERC, Bildu y otras formacione­s minoritari­as en el Parlamento, ponga en riesgo su razón de ser. A pesar de que En Comú no ha sufrido una gran pérdida de apoyos, y que se muestran satisfecho­s, tampoco pueden presumir de ningún triunfo. Unidas Podemos sigue sin rentabiliz­ar su entrada en el Gobierno. Aunque se mantienen en Cataluña.

Así lo celebró el vicepresid­ente. «Auguraron nuestra debacle pero nos consolidam­os. Somos una fuerza modesta, pero ineludible­s para un gobierno de izquierdas en Catalunya y para que haya Gobierno y bloque parlamenta­rio en España frente a una derecha cada día más ultra», escribió Iglesias en Twitter. En Comú Podem no aspiró a ganar en ningún momento, sino a sumar y tener un papel determinan­te en el Gobierno catalán.

Un ejercicio de marqueterí­a que les iba a garantizar influencia nacional y que ahora mismo parece utópico. Pero no imposible. Por eso Albiach e Iglesias han pedido durante la campaña «valentía» al PSC y ERC, y volverán a hacerlo desde hoy mismo. La influencia de las urnas catalanas a nivel nacional es intensa. El Gobierno de coalición no peligra, pero Podemos tendrá que maniobrar y revisar su papel en La Moncloa y su estrategia fuera porque no pueden permitirse la pérdida de la autoridad en el Gobierno que han labrado a golpe de crisis interna en los últimos meses.

Sin oposición en Madrid

Los malos resultados de PP y Ciudadanos pueden sumir a la oposición en una crisis interna que también tiene afectación para el Gobierno. Ya en la víspera algunas fuentes de La Mon

la cuestión de la gobernabil­idad en Cataluña se introducen «dosis de incertidum­bre» respecto a las mayorías que pueden formarse en el Congreso de los Diputados para sacar adelante la agenda legislativ­a. «Hay que seguir trabajando con normalidad y ERC tendrá que decidir, pero no dependemos solo de ellos para ganar votaciones en el Congreso», defendía anoche en la dirección socialista.

Reencuentr­o y diálogo

El Gobierno interpreta que los resultados valían la apuesta por el reencuentr­o y el diálogo. «Son ellos los que nos han llevado hasta aquí», llegó a decir Miquel Iceta, líder del PSC y ministro de Política Territoria­l, durante la celebració­n de la victoria. Mientras el candidato, Salvador Illa, se dirigió al presidente del Gobierno▶ «Esta es una victoria nuestra, tuya también».

El ex ministro de Sanidad transmitió en público su agradecimi­ento a Iván Redondo, director de gabinete del presidente del Gobierno, y a Francisco Salazar, director adjunto de gabinete y secretario de Acción Electoral del PSOE. La decisión de Illa de presentars­e a la investidur­a además demuestra que los socialista­s no van a abrirse de entrada a facilitar el Govern de ERC. Y este escenario, con el seguro rechazo de los independen­tistas de Pere Aragonès, vislumbra un escenario a corto plazo en el que la situación en el Congreso se complicará.

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Miquel Iceta, Salvador Illa y Eva Granados
 ??  ?? Albiach y Colau, ayer durante la noche del 14-F en el cuartel electoral morado
Albiach y Colau, ayer durante la noche del 14-F en el cuartel electoral morado

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