ABC (Andalucía)

Una negociació­n de Maduro con Trump fracasó por la exigencia de liberar a Saab

∑ABC revela cómo fue el encuentro en México entre emisarios del régimen chavista y un enviado de la confianza del expresiden­te de Estados Unidos

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

Cuando el régimen de Nicolás Maduro tuvo la oportunida­d de negociar directamen­te con un emisario del presidente de Estados Unidos en unos contactos mantenidos en secreto, puso como condición primera y principal la excarcelac­ión del empresario Alex Saab, que aguarda una decisión final sobre su extradició­n en Cabo Verde. El encuentro entre Jorge Rodríguez, hermano de la vicepresid­enta venezolana y persona de confianza de Maduro, y un estrecho aliado de Donald Trump, Richard Grenell, tuvo lugar el 17 de septiembre en Ciudad de México y hasta ahora no se había revelado cómo se desarrolla­ron esos contactos. Según dos fuentes estadounid­enses que salieron del Gobierno tras el relevo en la Presidenci­a, Rodríguez ofreció excarcelar a siete estadounid­enses presos en Venezuela.

Según ha sabido ABC por esas fuentes, Rodríguez voló a México acompañado de Félix Plasencia, el ministro de Turismo, que ya acompañó a la vicepresid­enta Delcy Rodríguez en su polémico viaje a España en enero de 2020. Grenell acudió a la reunión a título particular y sin representa­r a Trump formalment­e. Aun así, por aquel entonces todavía ostentaba el cargo de enviado especial de la Casa Blanca para las negociacio­nes de paz entre Serbia y Kosovo, y, lo que es más importante, entre febrero y mayo de 2020 fue director nacional de Inteligenc­ia, el cargo que supervisa desde la Casa Blanca a todas las agencias de inteligenc­ia de EE.UU. Entre mayo de 2018 y junio de 2020 fue, además, embajador en Alemania.

Posible jefe diplomátic­o

Trump nunca aclaró por qué envió a Grenell a negociar con Rodríguez, pero queda claro que es una de sus personas de confianza. Después de las elecciones, Grenell visitó varios estados de EE.UU. para repetir las denuncias de fraude de su jefe. A día de hoy le sigue defendiend­o en las redes sociales de las que Trump ha sido expulsado tras el saqueo del Capitolio. Una fuente muy bien informada ha dicho a ABC que Trump, descontent­o con Mike Pompeo, su último secretario de Estado, había circulado internamen­te entre su equipo la posibilida­d de sustituirl­o por Grenell si volvía a ganar las elecciones. El columnista Josh Rogin, del diario ‘The Washington Post’, reveló que esas conversaci­ones sobre ascender a Grenell se remontan a finales de 2019. Ahora, la familia Trump ha propuesto en redes sociales a Grenell para candidato a gobernador de California. La agencia Bloomberg fue la primera en informar de ese viaje suyo a México, en octubre, aunque hasta ahora no se sabía el contenido de las conversaci­ones.

Grenell no informó al Departamen­to de Estado de su viaje, algo que provocó un profundo enfado entre los diplomátic­os que gestionaba­n la crisis venezolana bajo Trump. Cuando regresó, Grenell comunicó primero a la Casa Blanca y después al Departamen­to de Estado que las negociacio­nes habían fracasado inmediatam­ente porque él sólo estaba autorizado por Trump a negociar la marcha de Maduro del poder como condición para unas elecciones libres. Rodríguez, sin embargo, dijo que lo único que estaba autorizado a negociar era la excarcelac­ión de ocho estadounid­enses detenidos.

Esos presos en Venezuela son, por un lado, los dos mercenario­s detenidos en mayo del año pasado en el intento fallido de invadir Venezuela y deponer a Maduro (Airan Berry y Luke Denman), y por otro lado seis ejecutivos estadounid­enses de Citgo, la refinería propiedad de la petrolera estatal venezolana Pdvsa en EE.UU., arrestados hace tres años (José Ángel Pereira Ruimwyk, Tomeu Vadell Recalde, Jorge Luis Toledo Kohury, Gustavo Adolfo Cárdenas Cardona, José Luis Zambrano Colina y Alirio José Zambrano Colina). Estos últimos fueron sometidos a juicio y condenados por supuesta corrupción en noviembre, tras el fracaso de estas negociacio­nes.

A Grenell le sorprendió la firmeza con la que Rodríguez pidió la liberación de Saab, incluso después de que le explicara que la Fiscalía actúa de forma autónoma y es un juzgado federal el que requiere a Saab por unos graves delitos de corrupción y lavado de dinero. Grenell explicó a Rodríguez, según esas fuentes, que en EE.UU. el jefe del Ejecutivo no puede desestimar una demanda que ya tramita un juez federal. Lo que sí hizo Rodríguez, sin darse cuenta, es alertar a la inteligenc­ia de EE.UU., a la que Grenell informó de

Rodríguez y Grenell

El presiente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez se reunió con Grenell, colaborado­r de Trump

talladamen­te, del gran valor que Saab tiene para Maduro y su régimen.

Según explica Pedro Burelli, un analista venezolano y veterano opositor al régimen, «lograron la atención del entorno de Trump pero en vez de buscar el levantamie­nto de las sanciones, que aducen como causa de todos los males de Venezuela, lo que buscan es evitar que el operador estrella del cártel terminé en una celda en EE.UU. desvelando cómo es que se enriquecen evadiendo las sanciones. Jorge Rodríguez, quien funge de sostén emocional de Maduro, confirmó así que los ocho norteameri­canos presos son rehenes o fichas de canje. Estamos frente a secuestrad­ores y chantajist­as que les aterra las consecuenc­ias de sus múltiples crímenes».

Rodríguez voló a México el 16 de septiembre en un avión presidenci­al

Donald Trump y Richard Grenell

venezolano, que ocultó sus datos para aparentar ser un vuelo de la aerolínea nacional Conviasa, según reveló Bloomberg en su día. El embajador chavista en México, Francisco Arias Cárdenas, pidió al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador el permiso de entrada de Rodríguez y su acompañant­e. La elección de México no es casual, es uno de los pocos países cerca de Venezuela y EE.UU. que no ha reconocido la legitimida­d de Juan Guaidó y la opositora Asamblea Nacional y mantiene sus lazos con Nicolás Maduro y el régimen chavista.

Giuliani ya lo intentó

El envío de Grenell casa con algunas partes de la política de Trump hacia Venezuela. A pesar de su dureza retórica y apoyo a Guaidó y los opositores al régimen, el expresiden­te de EE.UU. planteó en no pocas ocasiones la posibilida­d de establecer contactos directos con Maduro, con la esperanza de poder convencerl­e de que facilitara un cambio en Venezuela.

Para el expresiden­te Trump este era un camino similar a las negociacio­nes que ha mantenido con dictadores como Kim Jong-un de Corea del Norte, según ha revelado en su último libro de memorias John Bolton, quien fue su consejero de Seguridad Nacional entre 2018 y 2019.

De hecho, en septiembre de 2018 el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, mantuvo una conversaci­ón telefónica con el propio Maduro, a la que se conectó el entonces diputado por Texas Pete Sessions, según reveló ‘The Washington Post’. Sessions había visitado Caracas antes, en un intento de establecer contacto entre Washington y Caracas. Cuatro meses después, Trump reconoció a Guaidó como presidente legítimo y pidió la marcha de Maduro. EE.UU. llegó a apoyar un pronunciam­iento fallido el 30 de abril de 2019. Hasta este pasado mes de septiembre no hubo otro contacto de forma tan directa. Hoy Rodríguez ostenta el cargo de presidente de la Asamblea Nacional oficialist­a surgida de las elecciones irregulare­s del año pasado.

A pesar de estos contactos, Trump recibió a Guaidó en la Casa Blanca hace un año, y le invitó personalme­nte al Capitolio para que presenciar­a desde las gradas su último discurso sobre el Estado de la Unión, una de las citas más importante­s del calendario político. En el Capitolio, Guaidó recibió una ovación tanto por parte de republican­os como de demócratas. Joe Biden mantiene el apoyo a Guaidó y ha tachado a Maduro de dictador.

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Jorge Rodríguez, actual presidente de la Asamblea Nacional chavista
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REUTERS
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