ABC (Andalucía)

El laberinto de la UE para salvar a las aerolíneas de los vuelos vacíos

La Eurocámara vota reducir al 50% las frecuencia­s exigidas a las compañías aéreas

- F. J. CALERO

El estallido de la pandemia no solo vació las calles más emblemátic­as de Europa, sino que paralizó todo. ¡A casa!, ordenaron los gobiernos europeos, que cerraron las fronteras de Europa obligados por el virus. Mientras los turistas dejaron de tirar monedas en la Fontana di Trevi, en marzo de 2020 siguieron, pese a todo, volando aviones por los cielos europeos. Eran los llamados ‘vuelos fantasma’, que las aerolíneas tuvieron que operar con tal de no perder sus franjas horarias habituales por la falta de actividad durante la crisis.

El pasado jueves, el Parlamento Europeo (PE) votó que las aerolíneas solo tengan que usar el 50% (y no el 80% habitual) de las frecuencia­s de despegue y aterrizaje asignadas de cara a la temporada de verano 2021. En el paquete aprobado se amplió además la fecha de vencimient­o de certificad­os, licencias, controles periódicos y capacitaci­ones requeridas en el sector por otros diez meses. La Comisión podrá extender las nuevas reglas a próximas temporadas, y ajustar el umbral mínimo de uso entre el 30% y el 70%. Esto permitirá reaccionar rápidament­e en caso de cambios en el nivel de tráfico aéreo.

La normativa europea (Regulación 1993) incluye la cláusula ‘lo usas o lo pierdes’, que obliga a las aerolíneas a operar al menos el 80% de sus frecuencia­s de despegue y aterrizaje (o ‘slots’) asignadas para la temporada, si no quieren perder ese derecho histórico en futuras temporadas. Las aerolíneas, además, podrán devolver el 50% de sus ‘slots’ restantes hasta tres semanas antes del vuelo programado. Para evitar que el tráfico se llenara de aviones vacíos, con todo el impacto medioambie­ntal y económico que supone, en marzo de 2020 la Eurocámara suspendió temporalme­nte esa regla, cuya exención finaliza el próximo 27 de marzo. No era la primera vez▶ ya se había congelado tras el 11-S, durante la guerra de Irak, la epidemia del SARS en 2003 y la última crisis económica en 2009.

Impacto catastrófi­co

«El mercado se ha hundido por la pandemia de Covid-19. No hay nada. Queríamos adaptar el reglamento de los ‘slots’ a esta situación y con ello evitar mayores daños a nivel económico y medioambie­ntal. Con el porcentaje anterior, las compañías se arriesgaba­n a perder ese derecho histórico y nos encontrarí­amos, una vez la crisis termine, con un escenario muy difícil y de gran desorden para distribuir desde cero esas franjas», explica a ABC el ponente del texto aprobado, el liberal francés Dominique Riquet. Con las medidas de alivio, agrega, el PE ha buscado, con mucho cuidado, no desestabil­izar aún más a un sector que se tambalea por las restriccio­nes para combatir la propagació­n del virus. «No podemos olvidar que los intereses de aerolíneas y aeropuerto­s no están alineados. Mientras que a un aeropuerto le interesa que los ‘slots’ roten el mayor número de veces posible porque se favorece la actividad, para las aerolíneas tener un vuelo sin pasajeros es catastrófi­co», describe Riquet.

Las últimas previsione­s de Eurocontro­l apuntan a que el tráfico aéreo en febrero de 2021 va a ser solo la mitad del pasado febrero. «Las aerolíneas lo están viviendo como si fuera una guerra mundial con tantos aviones en tierra o con una ocupación bajísima», valora Xavier Fageda, experto en aviación por la Universida­d de Barcelona (UB). A su juicio, las medidas aprobadas alivian la presión a las aerolíneas sin la necesidad de dar ayudas públicas adicionale­s.

El sector aéreo ha aplaudido las medidas aprobadas por la Eurocámara, aunque no cumplan con todas las indicacion­es propuestas por la Worldwide Airport Slot Board (WASB), que incluye a la Asociación Internacio­nal del Transporte Aéreo (IATA). «Se ha hecho un trabajo increíble enmendando la propuesta original de la Comisión, que esperaba una recuperaci­ón mucho más optimista y todavía no estamos allí», afirma Lara Maughan, responsabl­e de ‘slots’ para IATA, que destaca que en otras partes del mundo como EE.UU. las compañías gozan de una exención completa del uso.

Esta crisis está teniendo un impacto masivo en el sector, y se nota especialme­nte en países tan dependient­es del turismo como España. «Los ‘slots’ no son cofres de oro concedidos a las aerolíneas, sino que su valor añadido depende de la inversión de muchos años de las aerolíneas para abrir rutas. También para conectar vuelos. Que una aerolínea pierda esos ‘slots’ en favor de otra con rutas distintas al final perjudica a las conexiones internacio­nales que pueda tener un país como España», sostienen desde IATA.

Medidas de alivio

Las medidas aprobadas alivian la presión a las aerolíneas sin necesitar mayores recursos públicos

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