ABC (Andalucía)

Meneghetti debuta con una historia de amor en la tercera edad, candidata de Francia a los Oscar

- LUCÍA M. CABANELAS

n abrazo en el baño, una llave furtiva que abre la puerta por la noche. Las miradas, las sonrisas y los bailes en la intimidad de dos pisos compartido­s por el rellano. Es el paraíso, pero también la cárcel de Mado (Martine Chevallier) y Nina (Barbara Sukowa), dos vecinas que se quieren en la intimidad de sus pisos; dos mujeres en el crepúsculo de sus vidas que intentan, de una vez por todas, superar los miedos y dejarse llevar por el anhelo, que las espera en Roma.

Hay muchos silencios en ‘Entre nosotras’, la película que representa­rá a Francia en los Oscar y el debut del director italiano Filippo Moneghetti. Hay infinidad de cariño en su enfoque, que derrama en cada plano torrentes de sentimient­o contenidos, pero también abunda la culpa en esta «historia de exclusión y autocensur­a». Por el estigma del qué dirán, por el miedo a fallar a los seres queridos. Mado ama a Nina, pero no soporta que sus hijos la juzguen por lo que siente. Atrapada en su propia vida, un engaño, quiere ser libre tras la muerte de su marido, pero no renunciar por ello a su familia. «Interpreta­mos diferentes papeles en nuestra vida, uno en familia, otro diferente con la gente. El problema para Madeleine es que le gustan los dos roles, quiere ser madre y, por otro lado, ama a Nina. Vive una doble vida. En la primera parte de la película ella es la impostora, en la segunda es al revés», explica Moneghetti.

El cineasta, «preocupado» por su «mirada masculina», rueda una historia de amor lésbico sin recrearse en las

Ufantasías eróticas de otras películas de similar temática. Al contrario que en ‘La vida de Adéle’, también francesa, no hay sexo ni apenas besos, pero el amor supura cada escena. Basta un baile y una canción italiana para darle rienda suelta. «No tengo por qué mostrar todo, es el público el que debe sentirlo y mi trabajo es despertar la imaginació­n de la audiencia», reconoce el director italiano, para quien era imprescind­ible contar la historia de amor de dos mujeres en la tercera edad. «La película no existiría si fueran más jóvenes», confiesa.

De hecho, Meneghetti es bastante crítico con la sociedad actual, que solo concibe el amor en la juventud, como si con los años este dejara ser igual de necesario. «Espero tener la misma energía que ahora cuando me haga mayor, que pueda seguir haciendo el amor y disfrutand­o de la vida. Tengo la sensación de que la sociedad en la que vivimos está realmente muy obsesionad­a con la perfección del cuerpo, y creo que a partir de cierta edad este tipo de historias no tienen la suficiente representa­ción en el cine. Por eso quise contar esta historia en la película, para llenar ese vacío y demostrar que puedes ser igual de hermosa y seguir sintiéndot­e igual de viva con 70 años», asegura.

Hay algún giro de guion en ‘Entre nosotras’, un poco de violencia y algún que otro drama, pero, sobre todo, es un intento de Meneghetti de «echar un vistazo a la complejida­d del amor, la obsesión, la ansiedad, la necesidad del otro. La idea era conseguir que los espectador­es reconocier­an lo que es ser amado y lo que es amar», concluye.

El fútbol mundial está viviendo una revolución. Cristiano y Messi, las dos figuras que han acaparado el planeta del balón durante tres lustros, pierden el trono que se repartiero­n en un combate limpio que alimentó el ego del uno y del otro para monopoliza­r once Balones de Oro en un duelo, 6-5, ganado finalmente por el argentino. En el ecuador de la treintena, los dos asumen que ha llegado la hora de la sucesión. Durante años no hubo otros que pujaran por su cetro. Neymar asomó la cabeza y se apagó, roto por las lesiones. Por fin, dos hombres, Mbappé y Haaland, han explotado a la vez para tomar el testigo.

Mbappé, 22 años, llevaba asomando la patita desde hace un trienio. Le faltaba atestar el golpe final sobre la mesa y lo dio el martes en el Camp Nou. Es el favorito al próximo Balón de Oro y al FIFA World Player.

La sorpresa es Haaland, cuya progresión meteórica le ha otorgado ya su plaza en esta fiesta gracias a una confianza total en sí mismo. «Tras ver marcar dos goles a Mbappé me dije que yo debía hacer lo mismo». Así lo hizo. Firmó un doblete en Sevilla. La seguridad de este muchacho de 20 años rememora a Cristiano. Estamos ante dos nuevos líderes para una época.

Paco Buyo, exjugador del Real Madrid y del Sevilla, y Ginés Meléndez, exentrenad­or de la Federación Española, de la selección de Armenia y formador de jóvenes durante décadas, han analizado técnicamen­te para ABC las virtudes y los puntos por mejorar de las dos nuevas estrellas del firmamento del balompié internacio­nal.

Buyo: «Mbappé, nuevo rey»

«Son dos futbolista­s llamados a dominar el fútbol mundial durante una década», señala el exguardame­ta gallego. «Mbappé es mi debilidad. Me enamoró su manera de jugar desde que le vi brillar en el Mónaco con 18 años y debutar en la Champions. Kylian es un auténtico superclase. La exhibición que dio en el Camp Nou acabó con quienes dudaban de su liderazgo y decían que el número uno era Neymar. Mbappé ha pasado por encima a Neymar, a Messi

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ABC La actriz Martine Chevallier

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