Pulso entre Alemania y Bruselas por los controles fronterizos germanos
∑En una carta, la Comisión advierte de que «son desproporcionados», y Berlín responde que son necesarios para controlar la pandemia, no la circulación
Alo largo del día de ayer se crispó notablemente el tono en la disputa entre las autoridades comunitarias y Alemania a causa del cierre fronterizo que aplica Berlín desde mediados de mes en las líneas con el Tirol austriaco, Eslovaquia y la República Checa. La Comisión Europea envió una carta de amonestación al gobierno Merkel, protestando por las condiciones en las que se impide el paso al menos a una tercera parte de quienes intentan ingresar en Alemania por esos pasos fronterizos y exigiendo una respuesta en el plazo de diez días hábiles; a lo que el Ministerio de Interior alemán respondió ignorando esta queja y con el anuncio de prolongación unilateral del cierre fronterizo al menos hasta el 3 de marzo, cuando en principio había sido establecido solamente hasta hoy.
Bruselas considera «desproporcionados» los cierres fronterizos en vigor desde el 14 de febrero y con los que Alemania pretende limitar la propagación de las mutaciones del coronavirus. Solo se permite la entrada a personas con nacionalidad alemana o permiso de residencia, así como profesionales de «importancia sistémica», una clasificación que sobre la marcha van definiendo día a día las autoridades de Baviera, el Land al que físicamente corresponden estas fronteras. Los camioneros están incluidos en la categoría, pero han de esperan durante kilométricas colas para someterse a control y cruzar los pasos fronterizos.
Cualquiera que pretenda ingresar en Alemania, además, debe presentar a la entrada la acreditación que justifique su viaje, la documentación de la carga con destino en Alemania y un test negativo realizado como máximo 48 horas antes del control fronterizo. El documento que acredita el test se exige en inglés o alemán, un requisito que ha obligado a dar la vuelta a muchos transportes. Otros, debido a las
Controles de la Policía alemana en un puesto fronterizo con la República Checa qué medidas considera inapropiadas. Enfatiza en primer lugar que, según la autoridad sanitaria de la UE ECDC, solo se han descubierto unos pocos casos de la variante británica del virus en la República Checa y Eslovaquia. En varios otros países de la UE, el valor es más alto. Por tanto, se solicita más información sobre la base sanitaria y legal sobre la cual la República Checa y Eslovaquia fueron declaradas zonas con variantes del virus.
Los gobiernos de Austria y República Checa habían expresado su malestar anteriormente a nivel de ministros de Interior y Exteriores. El gobernador tirolés Günther Platter, del partico conservador ÖVP, se ha quejado amargamente y ha reprochado que «no es un medio adecuado para combatir las pandemias». «Es incorrecto excluir solo a los viajeros en ocupaciones de importancia sistémica para Alemania. Se necesitan más excepciones», ha suplicado en vano. En la República Checa, el movimiento civil «Chcipl Pes» exige a su gobierno contramedidas de represalia que incluya la prohibición de entrada en el país de productos y personas procedentes de Alemania. «Debe impedirse que los trabajadores sanitarios checos que trabajan en hospitales de Sajonia y de Baviera puedan cruzar esa frontera», reivindica en una llamada difundida en Facebook. Y organizaciones de transporte de varios países, como Fenadismer en España, han pedido amparo a las autoridades de Bruselas, que está de acuerdo en que «está en peligro la libertad de movimiento de personas y mercancías establecido en los Tratados de Schengen». La base de las preocupaciones de Bruselas es que los estados de la UE acordaron en octubre recomendaciones comunes para viajar dentro de la UE, establecidas según un mapa en el que las regiones están marcadas con determinados colores dependiendo su grado de peligrosidad de contagio y con criterios comunes al respecto, que Alemania se salta ahora de forma unilateral.
En teoría, la Comisión Europea po
Schengen
Los transportistas europeos alertan de que la libre circulación de Schengen está
en peligro
dría iniciar procedimientos legales contra Alemania, pero esto es «poco probable», según medios alemanes como el semanario ‘Der Spiegel’, «debido a la pandemia en curso».
En busca de acuerdo
La Comisión Europea ha enviado cartas similares a Bélgica, Hungría, Dinamarca, Suecia y Finlandia, que siguiendo el ejemplo alemán han tomado medidas fronterizas con las que la Comisión tampoco está de acuerdo. A instancias de la Comisión de la UE, los ministros europeos de los países de la UE están discutiendo el procedimiento en las fronteras internas y Alemania confía en pergeñar un acuerdo provisional. Desde el punto de vista del ministro federal del Interior alemán, Horst Seehofer, los controles fronterizos inicialmente previstos para diez días deberían ampliarse. El político de la CSU bávara ha rechazado con brusquedad las críticas de la Comisión Europea y espera poder manejar la situación a través de la reunión de ministros.
El secretario de Estado para Asuntos Europeos, Michael Roth, ha desestimado las críticas de la Comisión Europea y ha recordado que la decisión es coherente con las excepciones que recoge el Tratado Schengen. «No ha sido una decisión fácil de tomar para el gobierno alemán, pero tenemos la obligación de hacer frente a la mutación del virus y proteger a nuestros ciudadanos, esa es nuestra prioridad».