El feminismo clásico se alinea con Calvo y repudia las amenazas que recibe por la ‘ley Trans’
Las defensoras de los postulados ‘queer’ han puesto en la diana a la vicepresidenta primera del Gobierno
«La igualdad no significa ser idénticos», defiende la primera mujer que obtuvo el divorcio en España, Ana María Pérez del Campo. La presidenta de esas asociaciones embrionarias del feminismo en España sigue batallando a sus 85 años por que «ninguna mujer sea borrada con todos o alguno de los derechos conseguidos». Por eso, la ‘ley Trans’ le parece una «barbaridad». En algunos puntos, como el de que un joven menor de 18 años decida sin permiso paterno su identidad de género, la tacha de «auténtica burrada». «No creo que haya ninguna feminista que la defienda», zanja la presidenta de la Federación Nacional de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. Esta entidad, junto a quince asociaciones del llamado feminismo clásico del país, no han dudado en lanzar un manifiesto de apoyo rotundo a la vicepresidenta primera Carmen Calvo.
La carta de defensa llega después de que la exministra de Igualdad socialista fuese vilipendiada el fin de semana por parte de «alguien próximo a los postulados del actual departamento», presumen las asociaciones firmantes, tales como la Federación de Mujeres Progresistas, que encabeza Yolanda Besteiro. En la plaza 8 de marzo de Santiago de Compostela, una muñeca con la cara de la catedrática cordobesa apreció ahorcada, colgada de un árbol y con una pancarta llamativa, que rezaba, en gallego▶ «Me he perdido... ¿por dónde queda el patriarcado?». Solo alguien que defienda los postulados ‘queer’ (que no cree en la diferenciación entre sexos, hombre y mujer, sino en la construcción de la identidad de género) puede haber hecho esa alusión, alegan las firmantes.
Un debate «ideológico»
Besteiro no duda de que las posiciones de las feministas históricas se alinean con Calvo, a la que múltiples entidades de la órbita de Podemos, así como la Plataforma Trans, han puesto en la diana. «En este ambiente de bronca (que fractura al Gobierno de coalición), algunos han dado un paso más allá y han saltado a la amenaza, al insulto y a la promoción de un delito de odio. Han pasado a la persecución», apunta Besteiro. «Nos preocupa y alarma que no se sepa mantener el debate ideológico», dice Besteiro, en alusión a la ruptura del movimiento feminista no solo en España. «Por sus hechos las conoceréis», resume Pérez del Campo.
Ambas llaman al diálogo entre los partidos del Ejecutivo y las diferencias que les separan en torno a la ‘ley Trans’, que no se perfilará antes del 8-M, como ansiaba la actual ministra de Igualdad, Irene Montero. La vicepresidenta primera ha emplazado a seguir depurándola y presentarla a las asociaciones del colectivo no antes de finales de marzo, incluso en abril, para que cumpla todas las garantías jurídicas que, según ella, el borrador actual transgrede. «Lo peor de la ley, tal y como está ahora mismo, serán las consecuencias que tengan para las mujeres. Ni defiende a las mujeres, ni a los hombres, pero tampoco defiende al colectivo transexual», aducen las dos presidentas.