ABC (Andalucía)

El pulso de Ponferrada

- DIEGO L. GONZÁLEZ

al hacer lo que hizo; ni haya reparado de alguna forma el daño que sufrieron ella y su familia.

«Nadie nos ha pedido perdón, pero tampoco lo necesitamo­s. Fue muy sangrante porque hubo una sentencia que condenó al alcalde, pero mi hija siguió siendo la mala y él la víctima», cuenta Francisca García, la madre de Nevenka, al otro lado del teléfono. Ella, Florencio Fernández –su marido–, y sus otros tres hijos fueron pilares de apoyo fundamenta­les para Nevenka. «Nosotros hicimos lo que teníamos que hacer. Hemos estado al lado de mi hija en todo momento y estamos muy orgullosos de ella», dice García. Recuerda aquellos años como «muy duros», pero ella y su marido están «muy contentos» porque para su hija ha sido «una liberación» participar en el documental▶ «Lo pasó muy mal. Llegó a pesar 36 kilos. Pero ahora vuelve a ser ella otra vez. Vuelve a ser la Nevenka que perdimos».

Cambio de aires

Tras ganar el juicio, Nevenka se mudó a Londres, donde vive ahora junto a su marido y sus dos hijos mellizos de 8 años. Comenzó trabajando en una empresa de congelados. Después tuvo varios empleos y ahora dirige el departamen­to de auditoría de una multinacio­nal. «Dice que se ha pasado mucho tiempo escondida y que ya no lo va a estar más. Ahora es cuando se ha sentido con fuerzas para hablar. Quiere ayudar a otras mujeres que estén pasando por lo mismo», explica su madre, al tiempo que añade que Nevenka consiguió pisar Ponferrada por primera vez hace dos años. Hasta entonces, cuando iba a ver a sus padres no salía del pueblo donde ellos se refugiaron cuando todo pasó.

Desde el principio Francisca y Florencio fueron consciente­s de que sufrirían los daños colaterale­s del calvario de su hija. «Del Bierzo no nos hemos movido porque no teníamos nada que esconder. Teníamos una cantera de pizarra con 56 empleados que en 2002 tuvimos que cerrar porque las subvencion­es que teníamos pendientes se retrasaron porque el PP las congeló durante un tiempo. No les tembló el pulso», apunta Francisca. Una vez a la semana, se desplaza a Ponferrada para hacer recados. En alguna de esas visitas se ha encontrado con Ismael Álvarez▶ «Cambia de acera cuando nos cruzamos. Yo no agacho la cabeza, en todo caso la tiene que agachar él». ABC se ha puesto en contacto con él, pero no ha querido hacer ninguna declaració­n sobre el estreno del documental. Sí mantiene lo que hace unos meses declaró a un medio local, donde dijo que la motivación de Nevenka con el documental era económica. La familia niega que haya cobrado un euro.

Una sentencia pionera

En junio de 2002, días después de la dimisión del alcalde tras conocerse el fallo del Tribunal Superior de Justicia, Nevenka reconoció que la sentencia le pareció «muy benévola». «Sí estoy satisfecha en un sentido▶ creo que en

Hoy, el pulso de Ponferrada (64.027 habitantes) late a un ritmo muy diferente al de hace veinte años. La capital del Bierzo ha perdido el dinamismo económico del pasado, tras el cierre de las minas de carbón y la precipitad­a clausura de la central térmica de Endesa, que eran sus pilares económicos. Hoy, buscando un nuevo futuro, recordar el llamado caso Nevenka supone resucitar «un escándalo

España se han abierto unas puertas y que la gente por fin empieza a hablar sobre esto. Y ese es el camino», exclamó. Tanto ella como Álvarez recurriero­n al Tribunal Supremo, que respondió en noviembre de 2003 con un escrito cuyo ponente fue el magistrado Julián Sánchez Melgar, quien llevaba tres años en la Sala de lo Penal. Contactado por ABC, el juez asegura que «volvería a dictar la sentencia en los mismos términos» y que, aunque el Caso Nevenka fue muy mediático, los jueces tienen la obligación de despegarse emocionalm­ente de lo ocurrido y aplicar la ley partiendo de los hechos probados a través del relato histórico. muy grande», dicen en la calle. La primera reacción al evocar aquel episodio es de disgusto «por ver a Ponferrada en boca de España entera, por un tema que nadie quiere tener en su casa», explica una mujer. Comparte conversaci­ón con una amiga, extrañada de que Nevenka «se atreva a volver después de tanto tiempo». A partir de ahí, fluyen los recuerdos de una época en que se valoró mucho

«la buena gestión de Ismael en la alcaldía. Eso hizo que Ponferrada fuera, en general, benévola con él», cuentan. «Era como un dios», añaden. Unos metros más allá comparten la impresión de que el entonces alcalde «era poderoso, podía hacer lo que quisiera». Hay coincidenc­ia: «Pesaba más el poder de Ismael y era muy raro que una mujer acosada lo dijera. No era como ahora». «Pero hoy, la sociedad está más metida en ese tema», tercia un vecino, quien añade que se era «más permisivo que hoy en cosas así». Otro recuerda las manifestac­iones de entonces con «la sensación de que fueron más políticas que otra cosa» y su esposa apostilla que quienes salieron a la calle «deberían haberse mantenido al margen». «Se manifestar­on sin analizar las cosas y las juzgaron antes de tiempo», inciden. Entre alguno de los vecinos consultado­s existe la convicción de que «si hubiera pasado hoy, Ismael habría salido mucho peor parado».

Completa el ejercicio de reflexión otra ponferradi­na que se confiesa «culpable, personalme­nte, de haber sido demasiado indulgente» con Ismael Álvarez. Y argumenta que él «se quedó aquí y sigue haciendo su vida. Ojalá ella pueda volver y ver la ciudad como suya. ¿Ves? Nevenka se tuvo que ir y nadie le pidió perdón. Pero si no se hizo en su día, no lo van a hacer ahora», concluye. Un empleado de banca matiza: «El perdón no tiene vencimient­o».

Otras fuentes jurídicas consultada­s aseguran a ABC que fue una de las primeras veces que el Supremo entraba a dictar doctrina legal sobre el artículo 184 del Código Penal, que tipifica el acoso sexual, por lo que «fue una sentencia avanzada a su época porque el delito de acoso sexual –aunque ya se había introducid­o en el Código Penal– no se había aplicado hasta ese momento».

Nevenka ha permanecid­o callada 20 años y dice que ya no se va a esconder más. Quiere que su testimonio ayude a otras mujeres. Pero antes de esconderse, antes de dejar Ponferrada y de cambiar de país, ya dio un paso enorme para todas las que veníamos detrás.

Cientos de personas sin mascarilla se juntaron el sábado en el barrio del Born (Barcelona). «El Govern mantiene el castigo a los bares» mientras se dan estas situacione­s, lamentan los hosteleros.

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ABC A la izq., Nevenka Fernández en la actualidad, 20 años después de dejar el Ayuntamien­to de Ponferrada
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