«El Covid ha hecho que los médicos comuniquen hasta tres fallecimientos por día»
er para entregarnos en busca de la posibilidad más hermosa, que suele ser también la menos fácil▶ La Vida, incluso al borde mismo de la muerte.
Nuestra hija vive porque la esperanza aterrizó a nuestro lado con bata blanca y fonendo, prometiendo que no habría preguntas sin respuesta, ni llanto sin consuelo. Aterrizó justo al lado del miedo que había llegado antes, puntual e inoportuno. La Esperanza es la hermana ingenua de la razón. Es incapaz de entender lo imposible pero es la única que sabe jugar en el tablero del miedo. Por eso hay que meterla como quepa, forzando las costuras o irracionalmente si no queda más remedio. Con ella, callada y en el asiento de atrás, viene la verdad que te espera al final de una historia que todavía no conoces. La historia de nuestra hija es la de una verdad que empezó con las palabras lentas, las miradas serenas y el tiempo de aquellos hombres buenos. Y por eso os la cuento así.
El proyecto Hilando Vidas de formación a médicos en comunicación de noticias está vinculado a la llegada de niños con vulnerabilidad pero, tal y como explica Mónica Estacio, «se puede extrapolar a urgencias, paliativos, trasplantes, muertes por Covid... De hecho con la pandemia se ha puesto de manifiesto la importancia de cómo dar malas noticias: Ha habido sanitarios que han tenido que informar de fallecimientos hasta tres veces en un día y esto ha supuesto un motivo añadido de estrés para ellos. Mis compañeros lo han pasado relamente mal», señala. En el curso, explica Estacio, «los médicos aprenden habilidades no clínicas, de trabajo en equipo... Trabajamos en la forma de comunicar. La teoría está en los libros, pero es importante que cada uno aprenda a hacer suyo el guion», concreta.
A la dcha., la doctora
Estacio apoyándome... pero como padres notamos que aquel doctor tenía muchísimo miedo en el momento en el que nos comunicó la noticia. Es lógico, no sabía qué escenario se iba a encontrar, ni cuál iba a ser mi reacción. Porque en ese momento, el sentimiento es de que te han cambiado a tu hijo, no es el que esperabas, es otro», reconoce.
Elaborar un protocolo
Este buen hacer, insiste la doctora Mónica Estacio, «no puede recaer en la buena voluntad del profesional de turno ni depender de quien te toque en ese momento de guardia. Tiene que haber un protocolo hecho, hay que preparar el ambiente».
Ese es el quid de la formación que imparten desde Hilando Vidas▶ «Es verdad que dar noticias ante una situación inesperada es un reto, pero puede marcar toda una vida. Por este motivo, es necesario que los profesionales aprendan a comunicar con empatía, acercamiento, humanidad, resiliencia... A las familias les ayuda mucho que el comienzo de esa vida sea con detenimiento, con amor, con paciencia y comprensión».